Concienciaci¨®n sobre el autismo
El pasado a?o la Asamblea General de la ONU adopt¨® una resoluci¨®n por la que se declara el 2 de abril D¨ªa Mundial de Concienciaci¨®n sobre el Autismo. Han transcurrido 65 a?os desde que Leo Kanher diagnostic¨® por primera vez en 1943 esta enfermedad que hoy afecta a 6 de cada 1.000 nacimientos en el mundo desarrollado, lo que ha movido a la ONU a llamar la atenci¨®n sobre un problema que ya est¨¢ siendo considerado por algunos expertos como una epidemia.
Han tenido que pasar demasiados a?os para que hoy la medicina convencional acepte que el autismo se desencadena en organismos gen¨¦ticamente vulnerables expuestos a determinados agentes externos. Es un pobre y decepcionante resultado despu¨¦s de tantos a?os y tanto sufrimiento. A esta velocidad cient¨ªfica el autismo no tendr¨ªa cura ni en el siglo que viene.
Afortunadamente, en la era de la informaci¨®n global las cosas no van a ser as¨ª. Hoy internet ofrece informaci¨®n que antes ignor¨¢bamos. La presi¨®n de las familias afectadas demandando una terapia efectiva cada d¨ªa es mayor y lo ser¨¢ m¨¢s cuanto m¨¢s sepan.
Desde mi experiencia como padre de una joven autista de 35 a?os, me niego a aceptar que hoy cualquier enfermedad no pueda ser curada si se conocen las causas primarias que la originan y se trabaja e investiga sin descanso hasta encontrar los recursos que permitan vencerla.
Es hora de que las investigaciones y los logros conseguidos por unos y por otros sean coordinados a nivel mundial en beneficio de los millones de familias ya afectadas y de los que potencialmente lo ser¨¢n si las medidas preventivas no lo remedian (adopci¨®n ya del test CHAT para la detecci¨®n del autismo a los 18 meses).
?Cu¨¢nto tiempo tardar¨¢ la medicina convencional en aceptar los resultados alcanzados por el Autism Research Institute de San Diego (www.autism.com) avalados por 40 a?os de investigaci¨®n para identificar y tratar las causas originarias del autismo? ?Hay alguna alternativa mejor que el protocolo DAN, promovido por la citada instituci¨®n?
Los cient¨ªficos, m¨¦dicos e investigadores involucrados en ¨¦l no merecen ser considerados como seudocient¨ªficos por la medicina tradicional.
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