Una dram¨¢tica perversi¨®n
Estados Unidos es el primer pa¨ªs del mundo por su potencia pol¨ªtica, econ¨®mica, cient¨ªfica y tecnol¨®gica, y el referente privilegiado de la democracia mundial. Sin olvidar que todos los que hemos vivido y trabajado all¨ª podemos dar fe de la pr¨¢ctica ejemplar de su democracia cotidiana. Por todo ello resulta preocupante e inaceptable la regresi¨®n que se ha producido en diversos ¨¢mbitos durante la presidencia de George Bush, en particular despu¨¦s del atentado del 11-S y con ocasi¨®n de la guerra de Irak, en materia democr¨¢ticamente tan decisiva como el reconocimiento y respeto de los derechos humanos. Los sucesos de Abu Ghraib, de los que existen abundantes documentos escritos y fotogr¨¢ficos; los testimonios de los detenidos en Guant¨¢namo; las revelaciones sobre las prisiones de la CIA localizadas en Europa; el esc¨¢ndalo que representa Bragam, un s¨²per Guant¨¢namo, y, por ¨²ltimo, el veto del presidente Bush a la ley votada por el Congreso prohibiendo los actos de tortura y en particular el waterboarding. Ese veto corona los intentos de la Administraci¨®n norteamericana para legitimar la tortura, cuyo acomodo jur¨ªdico se inici¨® cuanto Alberto Gonzales fue nombrado fiscal general por el presidente Bush.
A ese proceso legitimador, el veto presidencial aporta su confirmaci¨®n pol¨ªtica y las series televisivas Lost, 24 horas chrono, Alias, Law and order le a?aden la consagraci¨®n medi¨¢tica. En un estudio realizado por la organizaci¨®n Human Rights First se cuentan hasta 624 escenas de tortura emitidas en la televisi¨®n norteamericana, entre 2002 y 2005, en horarios de m¨¢xima audiencia. Su gran h¨¦roe es Jack Bauer, protagonista de 24 horas chrono, que para Joel Surnow, su creador, lejos de ser un torturador es el gran luchador por la libertad y la democracia. Bill Kristol y Lawrence Kaplan, dos neocons y promotores de la guerra total de George Bush, califican los desastres de Afganist¨¢n e Irak, con ya cerca de 300.000 muertos, como las dos primeras grandes victorias de la democracia en Oriente Medio. Christian Salmon, en su espl¨¦ndida cr¨®nica sobre este tema en el diario Le Monde del 15 de marzo pasado, nos recuerda la justificaci¨®n de la tortura por parte de Antonin Scalia, juez en la Corte Suprema de Estados Unidos, quien alaba el ejemplo del citado Jack Bauer, pues habr¨ªa salvado gracias a las pr¨¢cticas torturadoras, al menos en la pantalla, centenares de miles de vidas. Finalmente, en el ¨¢mbito universitario, el profesor Alan Dershowitz, de la Universidad de Harvard, alegando la inseguridad en que nos sit¨²a la amenaza terrorista, recurre al argumento del estado de necesidad (necesitamos imperativamente la seguridad para poder seguir viviendo en comunidad) que convierte a la tortura en un mal menor.
Esta democratizaci¨®n finalista de la tortura, que supone una malversaci¨®n de los derechos humanos y, por tanto, una perversi¨®n absoluta de los principios y valores democr¨¢ticos, obliga a los dem¨®cratas de todo el mundo y en particular a los comprometidos en su defensa a pedir su rectificaci¨®n. Obligaci¨®n que la Convenci¨®n Internacional contra la Tortura, de alcance universal, permite hacer efectiva en cualquier lugar y que, por tanto, nos concierne e interpela directamente a todos, sea cual sea nuestra nacionalidad, all¨ª donde nos encontremos. A los espa?oles tambi¨¦n.
Este art¨ªculo est¨¢ firmado por: 1. Jos¨¦ Vidal-Beneyto, Director Colegio Altos Estudios Europeos, Par¨ªs, 2. Victoria Abell¨¢n Honrubia, Cat.Univ. Barcelona, 3. Fernando ?lvarez de Miranda, Antiguo Presidente Congreso Diputados, 4. ?scar Alzaga, Cat. Univ. Complutense, 5. Yolanda Bardaj¨ª, Letrada TS, 6. Esteban Beltr¨¢n, Director Amnist¨ªa Internacional Espa?a, 7. Carlos Berzosa, Rector Univ. Complutense, 8. Carlos Bru Pur¨®n, Presidente Movimiento Europeo, 9. Rafael Calvo Ortega, Cat. Univ. Complutense, 10. Manuela Carmena, Representante espa?ola en Human Rights Watch, 11. Juan Antonio Carrillo Salcedo, Cat. Univ. Sevilla 12. ?ngeles Centenero, Prof? Derechos Humanos 13. Jos¨¦ Luis D¨ªez Ripoll¨¦s, Cat. Univ. M¨¢laga, 14. Jos¨¦ Antonio Escudero, Academias Historia y Jurisprudencia, 15. Rafael Fern¨¢ndez Montalvo, Magistrado TS 16. Mercedes Garc¨ªa Aran, Cat. Univ. Aut¨®noma Barcelona 17. Emilio Gast¨®n, ex Justicia de Arag¨®n 18. Enrique Gimbernat, Cat. Univ.Complutense Madrid 19. Jos¨¦ Antonio Gimbernat, Federaci¨®n Espa?ola Asoc. Dchos Humanos 20. Emilio Gin¨¦s Santidri¨¢n, Comit¨¦ Europeo Prevenci¨®n Tortura 21. Luis Gonzalez Seara, Academia Ciencias Morales y Pol¨ªticas, 22. Xes¨²s Jares, Coordinador Educadores por la Paz, 23. Carlos Jim¨¦nez Villarejo, Ex Fiscal Anticorrupci¨®n, 24. Ram¨®n Lapiedra, ex Rector Univ. Valencia, 25. Mar¨ªa de la Valgoma, Asoc. Derechos Humanos 26. Juan Jos¨¦ L¨®pez Burniol, Notario, 27. Jos¨¦ Antonio Mart¨ªn Pall¨ªn, Magistrado Em¨¦rito TS, 28. Federico Mayor , Presidente Fundaci¨®n Cultura de Paz, 29. Jos¨¦ Mar¨ªa Mena, Presidente Asoc. Catalana Juristas Dem¨®cratas, 30. Francisco Mu?oz Conde, Cat. Univ. Pablo Olavide, 31. Jos¨¦ Ignacio Navas Ol¨®riz, Notario, 32. Carmen Nogu¨¦s, Asoc. Derechos Humanos, 33. Alberto Oliart, Abogado, 34. Arcadi Oliveres, Presidente ACAT, 35. Salvador P¨¢niker, Fil¨®sofo, 36. Gregorio Peces Barba, Cat. Univ. Carlos III, 37. Jos¨¦ Antonio Perell¨®, Economista 38. Javier P¨¦rez Royo, Cat. Univ. Sevilla, 39. Antonio Remiro Brot¨®ns, Cat. Univ. Aut¨®noma Madrid, 40. Amparo Rubiales, Consejera de Estado, 41. Miguel Satr¨²stegui, Abogado, 42. Francisca Sauquillo, Presidenta MPDL, 43. Jaume Saura, Presidente Institut Drets Humans de Catalunya 44. Coral Valterra, Prof? Derechos Humanos, 45. Mar¨ªa Xiol, Abogada
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