Costes del populismo
En los ¨²ltimos meses hemos sido testigos de nuevas formas de proteccionismo que, para variar, recaen sobre los mercados agr¨ªcolas. Tradicionalmente los agricultores han hecho pesar su voz, restringiendo las importaciones de granos, carne, leche, frutas y otros productos. Esta protecci¨®n ten¨ªa su origen en pa¨ªses ricos, con una agricultura de altos costes, e iba en desmedro de los consumidores de esos pa¨ªses y de los productores agr¨ªcolas en el mundo en desarrollo. Las tensiones han sido suficientes como para dejar en el congelador la agenda de la Ronda de Doha.
El nuevo proteccionismo tiene el signo opuesto: son los gobiernos de pa¨ªses pobres que exportan alimentos con un peso muy fuerte en la canasta de los consumidores locales, los que restringen exportaciones para asegurar abastecimiento amplio y barato.
Gobiernos proteccionistas condenan al mundo a alimentos m¨¢s caros al reemplazar cooperaci¨®n y comercio, por temor y arbitrariedad
Frente a la fuerte alza de los precios del trigo, hemos visto como Ucrania, Rusia y otros productores han limitado exportaciones. En las ¨²ltimas semanas ha tocado el turno al arroz: Vietnam, Egipto e India est¨¢n intentando frenar exportaciones para mantener los precios internos bajo control, en medio de fuertes alzas en el precio de este cereal en los mercados internacionales.
Estas medidas distorsionan seriamente el comercio internacional y siembran el miedo al desabastecimiento, impulsando compras preventivas por otros pa¨ªses. Con ello pr¨¢cticamente aseguran que en el futuro los consumidores vamos a tener que pagar m¨¢s caro por los alimentos y, de paso, condenan al hambre a los m¨¢s pobres y a quienes dependen de la ayuda internacional para alimentarse.
Al bloquear las alzas de precios en el mercado local, los gobiernos est¨¢n indicando a los agricultores que se deben dedicar a otros cultivos, no los m¨¢s escasos. Es cierto, otros productores, en otros pa¨ªses, van a reaccionar cultivando el trigo y arroz que faltar¨¢, pero a costes m¨¢s altos, ya que no son tan eficientes ni productivos como los agricultores del C¨¢ucaso o del valle del Nilo. Al final todos perderemos en este proceso de destrucci¨®n de comercio, en que la cooperaci¨®n inducida por la mano invisible de los mercados libres y el comercio internacional, es reemplazada por el temor y la desconfianza ante la arbitrariedad.
Joaqu¨ªn Vial es miembro del Servicio de Estudios de BBVA.
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