Subvertir

Como en la copla "ni me lavo ni me peino, ni me pongo la mantilla, hasta que vuelva mi novio, de la guerra de Melilla", S¨¢nchez Gordillo anuncia que no se quitar¨¢ la pa?oleta hasta que el pueblo palestino sea liberado. Esperemos que tenga otras o que la lave de vez en cuando porque tal y como est¨¢ la pol¨ªtica en Oriente Medio ser¨ªa un desastre para sus compa?eros de esca?o seg¨²n avance la legislatura. El alcalde de Marinaleda solt¨® una perorata en su toma de posesi¨®n que, si hubiera un poco de sensatez, no se le hubiera permitido. Esa monserga de que va a "subvertir el orden capitalista" suena a cachondeo viniendo de alguien que lleva casi 30 a?os de alcalde. Quienes esperaban una pamplina del irredento l¨ªder jornalero que jam¨¢s cogi¨® una hoz, no se vieron defraudados. Al menos dio espect¨¢culo. Esperemos que si, como le ocurri¨® la otra vez que fue diputado, vuelve a cobrar su sueldo de diputado junto con el de maestro, done una parte al pueblo palestino para mejorar sus condiciones de vida entre que llega y no llega su liberaci¨®n. Es seguro que el donativo ser¨ªa m¨¢s operativo que la simb¨®lica pa?oleta. El tradicional ch¨¢ndal que usa en otros momentos es posible que lo lleve en solidaridad con la selecci¨®n espa?ola, para que pueda pasar de cuartos en un mundial. Es de desear que el alcalde de Marinaleda no se solidarice con el pueblo inuit o con los yanomamis, porque ser¨ªa un poco extra?o que fuera al parlamento vestido con una parka de piel de foca o un taparrabos. Mientras tanto no parece que se parta la camisa por los jornaleros, pero casi, por la cantidad de botones que lleva desabrochados. A Gordillo se le van notando los a?os, con su incipiente barriguita y sus canas, en el ¨²nico grupo parlamentario donde no hay ni una sola mujer, aunque la c¨¢mara sea paritaria. Otros diputados de IU optaron por la f¨®rmula Batasuna del "imperativo legal" que tengo para m¨ª no es muy reglamentaria, pero all¨¢ la mesa de edad del Parlamento. El diputado de IU de C¨®rdoba, uno de los del imperativo legal, era el que quer¨ªa subvertir el orden juvenil a trav¨¦s del botell¨®n, que los caminos de la revoluci¨®n son como los del se?or, infinitos, e igual nos viene por un butano de cerveza que por una pa?oleta.

En la legislatura de la paridad parece que mandar¨¢n los hombres maduros. Vuelve el hombre, como el anuncio de colonia. Chaves, Pizarro, Zarr¨ªas, Gracia, Gri?¨¢n, Arenas y Valderas se sit¨²an en el centro de la pol¨ªtica andaluza. Y no debe ser tan malo cuando la cosa ha empezado con la unanimidad en la elecci¨®n de la presidencia y la mesa del Parlamento. Puede que O?a, Moreno,Coves y alguna otra mujer puedan aportar algo significativo, pero parece que la madurez varonil va a ser la nota fundamental: la generaci¨®n nacida a finales de los 40 o principios de los 50 se reivindica. No est¨¢ mal, todo el mundo sabe que la juventud es una enfermedad que tiene cura. Y esta generaci¨®n de pol¨ªticos experimentados garantizan estabilidad y profesionalidad, lo que no es poco. Habr¨¢ que echarle al guiso algunas dosis de renovaci¨®n por la v¨ªa de la paridad y la juventud, pero por ahora la pol¨ªtica andaluza se muestra s¨®lida y estable. Est¨¢ bien que se busquen consensos y se huya de la crispaci¨®n, pero tampoco vamos a pasar de atizarnos con una estaca a pactar hasta la ¨²ltima decisi¨®n. Nueva en el cargo es Fuensanta Coves que en su discurso, plagado de citas, llam¨® a una aproximaci¨®n de la pol¨ªtica a la sociedad. Me parece otro t¨®pico: no creo que haya tal desapego. Lo que ocurre es que la gente est¨¢ en sus cosas y la pol¨ªtica ocupa un cierto lugar en sus vidas que no es el mismo que tiene para quien lo hace de manera profesional. La gente est¨¢ en su trabajo, en su familia y en su econom¨ªa dom¨¦stica. El tiempo restante lo dedica al ocio y a informarse de la situaci¨®n. Cuando las cosas se ven importantes, cerca de un 80% van a votar, por lo que no creo que exista esa distancia que dice la nueva presidenta del Parlamento. Ni siquiera hay que estar todo el d¨ªa en la calle. A los pol¨ªticos los elegimos para que gobiernen y hagan leyes, y eso se hace en los despachos y en el Parlamento.