El Atl¨¦tico es un exceso
Los rojiblancos golean al Almer¨ªa, que remont¨® dos veces y jug¨® 50 minutos con nueve
El ¨²nico equipo capaz de pasar de la gloria al fracaso (y viceversa) siete veces en 45 minutos logr¨® ayer una estruendosa victoria y acab¨® entre la juerga general tras lograr seis goles, seis, cifra a la que no llegaba desde hace una d¨¦cada. Se lo pas¨® en grande el Atl¨¦tico a costa de un Almer¨ªa que se mantuvo en pie hasta que no pudo m¨¢s, esto es, hasta que se qued¨® con nueve jugadores. Con ser indiscutible el triunfo rojiblanco, no lo es menos que no supo imponerse hasta que el Almer¨ªa estaba arruinado. S¨®lo entonces dej¨® de sufrir.
Hay ratos en los que el Atl¨¦tico est¨¢ de broma. Ratos en los que su f¨²tbol es una impostura. Son momentos en los que queda en manos de su defensa, de sus centrales para m¨¢s inri. Y, entonces, todo lo bueno que hacen los buenos, los Ag¨¹ero, Forl¨¢n y compa?¨ªa, se difumina. Y el equipo deja de ser un equipo para convertirse en un chiste. Un chiste soez, adem¨¢s. ?Y qu¨¦ si a los dos minutos ha conseguido un gol? ?Y qu¨¦ si a los cuatro el rival se queda con diez? ?Y qu¨¦ si a los cinco marca el segundo?
ATL?TICO 6 - ALMER?A 3
Atl¨¦tico: Abbiati; Antonio L¨®pez, Pablo, Perea, Pern¨ªa; Maxi, Ra¨²l Garc¨ªa (Cl¨¦ber, m. 61), Camacho (De las Cuevas, m. 71), Sim?o (Reyes, m. 70); Forl¨¢n y Ag¨¹ero.
Almer¨ªa: Diego Alves; Bruno, C. Garc¨ªa, Pulido, Man¨¦; Ortiz (Uche, m. 75), Melo (Iriney, m. 74), Juanito, Soriano (Aitor, m. 46); Crusat y Negredo.
Goles: 1-0. M. 2. Antonio L¨®pez. 2-0. M. 5. Forl¨¢n, de penalti. 2-1. M. 11. Melo. 2-2. M. 17. Ortiz. 3-2. M. 33. Sim?o. 3-3. M. 37. Negredo. 4-3. M. 45. Sim?o. 5-3. M. 54. Ag¨¹ero. 6-3. M. 70. Ag¨¹ero.
?rbitro: P¨¦rez Burrull. Expuls¨® con la tarjeta roja directa a Pulido (m. 4) y por doble amarilla a Juanito (m. 40). Amonest¨® a Ag¨¹ero.
Unos 54.000 espectadores en el Calder¨®n.
Porque puede ocurrir, y ocurre, que el Almer¨ªa de turno, un equipo magn¨ªficamente hecho diga lo que diga el marcador, remonte un 2-0 en poco m¨¢s de cinco minutos y con 10 jugadores. Y que domine, y se luzca, entre la incredulidad, y el enfado, de la grada. ?Y qu¨¦ si, de repente, el Atl¨¦tico se escapa del purgatorio y marca por un garrafal fallo del portero rival? Porque puede ocurrir, y ocurre, que el Almer¨ªa de turno siga a lo suyo, tocando, enhebrando un f¨²tbol de mucha m¨¢s alta costura del que corresponde a un equipo de nulo pedigr¨ª. Y que vuelva a empatar, firmando tres goles en un suspiro y, adem¨¢s, con 10.
Todo ello sucedi¨® en 40 minutos, que fue lo que dur¨® el duelo como tal. Porque en ese momento Juanito arroll¨® a Maxi y vio la segunda amarilla. Y la roja de turno. Y con nueve se qued¨® el Almer¨ªa. Que muri¨®, claro.
Hasta que Juanito perdi¨® el norte, y los frenos, pasaron muchas cosas. Antonio L¨®pez toc¨® su primer bal¨®n y mand¨® una falta a la escuadra. Se desat¨® el Atl¨¦tico y hasta el ¨¢rea se col¨® Ag¨¹ero, derribado por Pulido. Vio ¨¦ste la roja y Forl¨¢n marc¨® el penalti. Cinco minutos se llevaban, 2-0 ganaba el Atl¨¦tico. Pero lleg¨® el turno de sus defensas. Mal asunto. Un centro desde la banda, Perea que no llega, Pablo que qui¨¦n sabe y Melo que fusila desde el ¨¢rea peque?a. Nadie tuvo la culpa, sin embargo, del empate, un chutazo de Ortiz que se fue a la escuadra. Eran momentos en los que Negredo sembraba el p¨¢nico en la retaguardia del Atl¨¦tico. Pero Sim?o lanz¨® una falta desde 30 metros y al casi siempre infalible Alves se le doblaron las manos.
De norte a sur viajaba el choque cuando en un c¨®rner se arm¨® un barullo que nadie supo desactivar y que empuj¨® de cabeza Negredo. Pero se desboc¨® Juanito y el cielo se le abri¨® al Atl¨¦tico. Sim?o, de tiro raso, hizo el 4-3 y, a la vuelta del descanso, Ag¨¹ero se agigant¨® para cabecear un c¨®rner, primero, y empujar despu¨¦s un centro de Reyes, que jug¨®, prueba irrefutable de que el Atl¨¦tico luchaba contra nueve y estaba de fiesta.
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