Zapatero une lo que Aguirre rompe
La bancada del PP aparca por una tarde su crisis para atacar al l¨ªder socialista
Arias Ca?ete tuvo ayer una tarde memorable. Es cierto que Zapatero estuvo bien por la ma?ana y que tambi¨¦n Rajoy se las apa?¨® para arrancar los aplausos de su grupo -lo que no es proeza menor teniendo en cuenta como vienen los telediarios-. Pero quien de verdad se despach¨® a gusto en su asiento, interpelando a voz en grito a Zapatero, llam¨¢ndole con gestos caradura, levant¨¢ndose y sent¨¢ndose como un poseso, tan colorado que parec¨ªa que le iba a dar algo, fue Miguel Arias Ca?ete, ministro de Agricultura en el segundo Gobierno de Aznar y ¨²ltimamente en los papeles por sus teor¨ªas sobre los camareros de toda la vida y las tostadas como Dios manda.
Tanto jaleo arm¨® Arias Ca?ete desde la tercera fila de la bancada popular que el presidente del Congreso -un Jos¨¦ Bono casi ausente, nada tarjetero con los exabruptos que iban cayendo de la grada- no tuvo m¨¢s remedio que llamarlo al orden por primera vez en su reinado. Fue a las 16 horas y 15 minutos. Zapatero, con la mano izquierda metida en el bolsillo del pantal¨®n, aprovech¨® la ocasi¨®n para meter el dedo en la llaga.
Tanto jaleo arm¨® Arias Ca?ete desde la tercera fila que fue llamado al orden
El paisaje de la bancada del PP era fiel reflejo del desbarajuste
Manuel Pizarro, el fichaje estrella, estaba en la quinta fila del Hemiciclo
-No descarto que haya m¨¢s miembros del PP a los que les gustar¨ªa hacer la investidura [en lugar de Rajoy], pero me sorprende que usted tambi¨¦n sea uno de ellos.
Lo que faltaba. La bancada popular -muy tensa durante toda la ma?ana- se apunt¨® a la misma terapia de grupo que los mantuvo unidos y entretenidos -para desesperaci¨®n de Manuel Mar¨ªn- durante la legislatura pasada. Qu¨¦ mejor manera de olvidarse por un rato del terremoto interno -con Esperanza Aguirre colocada en el epicentro- que relajar tensiones d¨¢ndole ca?a al l¨ªder del PSOE. Porque la ma?ana fue -desde el punto de vista de los populares- m¨¢s bien triste. All¨ª arriba, en el estrado, vestido de gris presidente, volv¨ªa a estar Rodr¨ªguez Zapatero, leyendo un discurso de 42 folios, con un marcado tono de izquierda y un punto de emoci¨®n cuando -ante el fracaso de la lucha contra la violencia machista- quiso juramentar a todos frente a la tragedia diaria:
-Cualquier cobarde que levante la mano a una mujer debe saber que no tiene enfrente a un ser desprotegido, sino a 44 millones de personas dispuestas a plantarle cara...
Zapatero segu¨ªa all¨ª, cuatro a?os despu¨¦s, cumpliendo el tr¨¢mite necesario para, dentro de unas horas, ser investido de nuevo presidente del Gobierno. Por el contrario, el paisaje que ofrec¨ªa la bancada del PP era un fiel reflejo del desbarajuste. Zaplana, olvidado en una esquina de la cuarta fila, aplaudiendo con desgana y palmas sordas a su otrora l¨ªder. Manuel Pizarro, el fichaje estrella, a¨²n m¨¢s arriba, en la quinta fila del Hemiciclo. Hab¨ªa llegado solo, estuvo solo -sin apenas hablar con ninguno de sus compa?eros- y al filo de las dos de la tarde todo el mundo lo vio irse solo, por la puerta de atr¨¢s del Congreso. El paisaje lo completaban Trillo, Arias Ca?ete y Astarloa compartiendo fila y chascarrillos mientras que las nuevas huestes de Rajoy -Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa, el senador P¨ªo Garc¨ªa Escudero, F¨¢tima B¨¢?ez...- tomaban nota tras nota, consultaban estad¨ªsticas, preparaban a contrareloj la r¨¦plica de su jefe a Zapatero. Entre ellos, como un invitado inc¨®modo a quien nadie se atreve a ense?ar el camino de la puerta, aguantaba el tipo Acebes, ni sombra de lo que fue, ya s¨®lo due?o de un futuro incierto. Y, a pesar del paisaje, Rajoy fue capaz de fajarse bien con Zapatero, sobre todo cuando apel¨® al humor. Cuando el l¨ªder del PSOE le afe¨® no haber hecho propuestas concretas, Rajoy respondi¨® con desparpajo:
-Usted me reprocha que no presente programa de Gobierno. ?Ya me gustar¨ªa a m¨ª! Eso significar¨ªa que habr¨ªa ganado las elecciones. Yo estar¨ªa feliz...
Cuando Rajoy se baj¨® de la tribuna tras su ¨²ltima intervenci¨®n, su grupo le regal¨® una ovaci¨®n un¨¢nime, sin duda el mejor digestivo tras el almuerzo que hab¨ªa compartido el lunes con Esperanza Aguirre.
Luego se subi¨® a la tribuna Gaspar Llamazares y empez¨® su intervenci¨®n diciendo:
-Mi fuerza pol¨ªtica...
Hubo quien pens¨® que lo de fuerza lo dec¨ªa en broma.
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