Un guardia civil reconoce durante el juicio que abus¨® de su hijastra
La menor se suicid¨® unos meses despu¨¦s de denunciar al esposo de su madre
Rosa es una madre destrozada. A las puertas de los juzgados de M¨®stoles y entre l¨¢grimas reclama que se haga justicia para sus hijas y su familia despu¨¦s de cuatro a?os de infierno, los mismos que ha tardado su caso en llegar a los tribunales.
Ayer comenz¨® en el Juzgado de lo Penal n¨²mero 3 de la localidad el juicio contra su ex marido, Jos¨¦ Mar¨ªa Cenamora, de 42 a?os y guardia civil, por supuestos abusos sexuales a su hijastra -que se suicid¨® en febrero de 2004, meses despu¨¦s de denunciar los hechos- y su propia hija. Ambas eran menores de edad.
Los familiares increparon al acusado con gritos de "?violador!"
Los psic¨®logos le han diagnosticado pedofilia limitada al incesto
El acusado, al que los psic¨®logos judiciales han diagnosticado un cuadro de pedofilia limitada al incesto -es decir, al ¨¢mbito familiar-, se enfrenta a una petici¨®n de seis a?os de c¨¢rcel por parte de la acusaci¨®n particular, que considera que se cometieron abusos contra las dos menores. El fiscal s¨®lo reconoce el delito contra una de las ni?as, por lo que solicita tres a?os de prisi¨®n, el m¨¢ximo que establece la ley para este tipo de casos. El guardia civil admite que abus¨® sexualmente de su hijastra, si bien niega que se produjera de una manera continuada.
Los pasillos de los juzgados de M¨®stoles eran ayer un hervidero. Familiares y amigos de las ni?as iban y ven¨ªan de un lado para otro mientras, a puerta cerrada, prestaban declaraci¨®n los primeros testigos. Todos recordaban perfectamente c¨®mo comenz¨® el infierno. Fue en octubre de 2003, cuando Patricia, entonces de 17 a?os, acus¨® a su padrastro delante de varios familiares de abusar de ella. "Le ped¨ªa que nos dijese a todos lo que hab¨ªa hecho, c¨®mo la tocaba mientras yo dorm¨ªa o estaba fuera de casa", explicaba Rosa. S¨®lo entonces se atrevi¨® a contar el drama en el que viv¨ªa y que nunca hab¨ªa mostrado con anterioridad a su madre o a sus amigos.
"Mi hija no pudo soportar que su denuncia llegara tarde, cuando ¨¦l ya hab¨ªa abusado tambi¨¦n de su hermana, que s¨®lo ten¨ªa seis a?os", explicaba ayer Rosa, que asegur¨® que la peque?a tambi¨¦n reconoci¨® los abusos. Patricia aguant¨® hasta el 8 de febrero de 2004. Esa noche, cuando volv¨ªa a casa con unos amigos, se arroj¨® a las v¨ªas del metro en la estaci¨®n de Tribunal.
"Entendimos desde el primer momento que el suicidio estaba directamente relacionado con el trauma psicol¨®gico que le provoc¨® sufrir los abusos, e inicialmente pedimos 12 a?os de c¨¢rcel por un delito de lesiones con resultado de muerte", explicaba ayer la abogada de la familia, de la Asociaci¨®n de Asistencia a las Mujeres V¨ªctimas de Agresiones Sexuales. Sin embargo, el juez de M¨®stoles que instruy¨® el caso no encontr¨® indicios suficientes que relacionasen la muerte de la joven con los abusos sexuales.
Sus amigos est¨¢n convencidos de que su sufrimiento llev¨® a Patricia al suicidio. "Ella era una chica alegre, con buena relaci¨®n con todo el mundo, que no ten¨ªa ning¨²n problema salvo su padrastro; ¨¦se era su problema", recordaba ayer Tamara, ¨ªntima amiga de la fallecida.
A partir del suicidio de su hermana y de la separaci¨®n de sus padres, la otra menor no volvi¨® a reconocer que fuera v¨ªctima de abusos. Tampoco lo ha hecho el supuesto agresor. De hecho, el ministerio fiscal no le imputa ese delito, sino s¨®lo el de su hijastra.
"Es totalmente injusto que una persona que hace algo tan monstruoso pueda librarse con tres a?os de c¨¢rcel", se?alaba con rabia Raquel, t¨ªa de las dos presuntas v¨ªctimas.
La tensi¨®n que durante horas se vivi¨® en los pasillos del juzgado explot¨® durante uno de los recesos de la vista oral, cuando familiares y amigos de las ni?as increparon al acusado con gritos de "violador", "degenerado" o "abusador de menores". La juez decidi¨® entonces desalojar a todos los presentes y suspendi¨® la vista oral, que se reanudar¨¢ la pr¨®xima semana.
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