Tres semanas a clase en el curso

Tres semanas. ?ste es el tiempo que ha ido a clase en lo que va de curso escolar un alumno de Ja¨¦n diagnosticado con trastorno disocial. El motivo no ha sido otro que las continuas expulsiones de las que ha sido objeto en el colegio Santo Domingo de la capital jiennense por su conducta, una medida duramente censurada por sus padres que la consideran inadecuada. "Mi hijo tiene una enfermedad y la expulsi¨®n no es la soluci¨®n para tratarla", comenta Pedro, nombre figurado del padre, que es miembro de la asociaci¨®n de madres y padres con hijos con trastornos de conducta, Ampanitco, un colectivo que fue pionero en Espa?a en el abordaje familiar de este tipo de patolog¨ªas, asociadas a problemas de hiperactividad o impulsividad y que desembocan en trastornos de conducta desafiante.

"Mi hijo tiene una enfermedad y la expulsi¨®n no es la soluci¨®n"

Aunque el problema de este alumno lo plantearon sus padres hace casi dos a?os, no fue hasta bien entrado este curso cuando lograron que se le pusiera una profesora de apoyo, medida que tampoco funcion¨®. "Mi hijo no quer¨ªa ir a ese colegio porque se sent¨ªa aislado y discriminado por tantas expulsiones", se?ala la madre.

La medida de la Delegaci¨®n de Educaci¨®n ha sido trasladar al alumno a otro colegio, el C¨¢ndido Nogales, donde cuenta con el apoyo de un psic¨®logo de la Fundaci¨®n Don Bosco gracias a un convenio financiado por Educaci¨®n. "Ahora mi hijo est¨¢ bien y va con ganas a clase, pero claro ha perdido casi todo el curso por la demora en firmarse el convenio y la falta de respuesta del sistema educativo", se lamenta el progenitor.

El fracaso escolar es una de las consecuencias que padecen los adolescentes con trastorno disocial. De hecho, el alumno jiennense cursa 6? curso de Primaria con 13 a?os. Las reiteradas expulsiones del colegio estaban motivadas por sus continuas fugas o por encararse a los profesores o transgredir las reglas del centro. Incluso sus padres se vieron obligados a denunciarlo ante la Fiscal¨ªa de Menores tras admitir que hab¨ªan perdido el control sobre su hijo. Fue esta denuncia la que sirvi¨® para que el sistema judicial activara mecanismos de apoyo a la familia. De momento, el chico acude dos veces en semana a sesiones de psic¨®logos de la asociaci¨®n Liga Giennense de la Educaci¨®n.

Sin embargo, la presidenta de la asociaci¨®n Ampanitco, Carmen Maestro, critica "las lagunas sociales, jur¨ªdicas y educativas" que hay para tratar estas patolog¨ªas, pues ni siquiera los especialistas se ponen de acuerdo a la hora de abordarlas. Al alumno jiennense le diagnosticaron hace dos a?os de hiperactividad y, posteriormente, un m¨¦dico de Salud Mental concluy¨® en el trastorno disocial en ni?o socializado. "El m¨¦dico le quit¨® la medicina y dijo que no se pod¨ªa hacer nada", dice contrariado el padre.