25 a?os sin 'La edad de oro'
Cuenta Paloma Chamorro que despu¨¦s de cerrar La edad de oro viaj¨® a Nueva York para contactar con gerentes de galer¨ªas de arte. Ten¨ªa en la cabeza pr¨®ximos proyectos para Televisi¨®n Espa?ola, y su idea era estrechar lazos con artistas de la Gran Manzana. Llevaba su curr¨ªculo debajo del brazo. Nadie pod¨ªa creerlo. ?As¨ª que dirig¨ªas y presentabas un programa musical en el que pon¨ªas videoclips de The Smiths, Bauhaus, Lou Reed, Marc Almond?. No, no,correg¨ªa ella. Dirig¨ªa y presentaba un programa musical al que vinieron a tocar en directo The Smiths, Bauhaus, Lou Reed, Marc Almond.
Y es que a d¨ªa de hoy todav¨ªa sorprende ver trocitos de aquel m¨ªtico espacio, cuya sorprendente historia Paloma Chamorro destrip¨® hace unos seis a?os para un libro sobre La edad de oro que no se lleg¨® a publicar. Hoy vive alejada de su pasado profesional y no se prest¨® a conceder una nueva entrevista, pero dio su permiso para la inclusi¨®n de declaraciones de aquellas conversaciones en su casa de Madrid.
El hiperdesarrollo de la televisi¨®n basura se deriva del hecho de que en Espa?a realmente no existe una televisi¨®n p¨²blica (P. Chamorro)
Porque Divisa Home Video acaba de publicar un pack de cuatro DVD con lo mejor del programa, del que Chamorro asegura no tener noticias. El subt¨ªtulo, Antolog¨ªa de artistas espa?oles, exig¨ªa una explicaci¨®n que el departamento de mercadotecnia de la compa?¨ªa nos ha facilitado. La edad de oro recog¨ªa las tendencias art¨ªsticas y musicales de todo el mundo que en ese momento aportaba algo a la cultura moderna, pero siempre dando mayor presencia a todo lo que se desarrollaba en torno a la nueva cultura creativa y la explosi¨®n art¨ªstica que se daba en Espa?a, y que fue lo que conocemos como la movida. ?Y la producci¨®n internacional? Estamos trabajando en ello y esperamos poder llegar a los acuerdos necesarios para su edici¨®n
Unos lo defienden como un paradis¨ªaco oasis en el desierto televisivo. Otros lo discuten como una pretenciosa sinraz¨®n. Entre alabanzas y enfrentamientos, La edad de oro se elev¨® a la categor¨ªa de mito. El d¨ªa 17 del pr¨®ximo mes de mayo se cumplen 25 a?os de la emisi¨®n del primer cap¨ªtulo del espacio musical m¨¢s valiente y pol¨¦mico que jam¨¢s se ha programado en nuestra parrilla televisiva. Fueron 55 programas, entre 1983 y 1985, siempre en La 2, que entonces se llamaba UHF.
Naci¨® con la reuni¨®n de Kaka de Luxe y suspir¨® por ¨²ltima vez con la transmisi¨®n en directo del hist¨®rico concierto de The Smiths en el paseo de Camoens de Madrid. En medio, una traum¨¢tica existencia llena de complicadas actuaciones en directo, entrevistas imposibles y reportajes sobre artes pl¨¢sticas con un nexo com¨²n: la er¨®tica de lo imprevisible. Ese atractivo que supone hacer un programa en directo de m¨²sica en vivo y en un plat¨® de televisi¨®n. Ten¨ªa dos motivaciones principales, contaba Paloma. Reflejar lo que estaba ocurriendo musical y art¨ªsticamente alrededor m¨ªo y, sobre todo, hacer un programa de m¨²sica con sonido directo. ?sta ¨²ltima era mi m¨¢xima ambici¨®n, porque recuerdo que por entonces exist¨ªa un espacio que se llamaba Aplauso, al que llevaron a Roxy Music y a Ramones a hacer playback. Y no sabes lo que supon¨ªa para m¨ª ver a los Ramones en un plat¨® de televisi¨®n mover la boca sin cantar. Paloma Chamorro quiso crear un escaparate de la movida madrile?a para el mundo. Un tercer punto de encuentro. Porque si la galer¨ªa Moriarty serv¨ªa de lugar de reuni¨®n vespertino y la sala Rock-Ola concentraba el ambiente por las noches, La edad de oro era la cita semanal con c¨¢maras. Hab¨ªa que inmortalizar el momento. En Madrid, a partir de la segunda mitad de los setenta, las inauguraciones de las exposiciones de arte estaban llenas de m¨²sicos y los conciertos llenos de pintores. Las ni?as se hac¨ªan modelos con las cortinas de su mam¨¢ y presum¨ªan de leer, que era algo que no hab¨ªa hecho nunca un rockero o un moderno. En su ¨¦poca tuvo que convivir con airadas cr¨ªticas. Los mayores elogios llegar¨ªan tras su desaparici¨®n. Chamorro ven¨ªa de dirigir dos espacios de artes pl¨¢sticas en TVE (Trazos e Im¨¢genes), as¨ª que cuando le dieron aquel programa en prime time, algunos periodistas se?alaron su falta de rigor musical para tama?a empresa. Puede que La edad de oro no fuera un ejemplo de especializaci¨®n, pero s¨ª salpicaba muchas disciplinas golpeando un poco al aire para ver por donde sal¨ªan los invitados. Una especie de guateque televisado donde se pod¨ªa hablar de cualquier cosa y todo pod¨ªa ocurrir al margen del gui¨®n.
El programa m¨¢s influyente y transgresor de los ochenta. As¨ª se presenta el lote digital. Influyente, poco. Ning¨²n espacio posterior se atrevi¨® a recuperar aquel formato. Cambi¨¦moslo por m¨ªtico. Mucho se hablaba de ¨¦l y casi siempre por boca de terceros, pues hasta ahora no era f¨¢cil el acceso a sus contenidos. Transgresor lo fue. Chamorro recordaba que Jos¨¦ Mar¨ªa Calvi?o (entonces director de TVE) la llam¨® un buen d¨ªa a su despacho para pedirle explicaciones sobre las algarab¨ªas que se montaban en la prensa nacional al d¨ªa siguiente de la emisi¨®n del programa. Que si ofensas a la moral cat¨®lica, que si un nuevo cap¨ªtulo del mal gusto en la televisi¨®n de todos los espa?oles, que si los artistas estaban drogados y no daban la talla al ser entrevistados Emisi¨®n tras emisi¨®n, el inter¨¦s de la audiencia m¨¢s inquieta aumentaba en la misma proporci¨®n que los ataques a la presentadora y directora del programa. Por no contar la poca predisposici¨®n de algunos trabajadores de TVE para sacar un programa tan din¨¢mico como era aquel, dice.
La edad de oro fue un transgresor pac¨ªfico de los c¨®digos de comportamiento en Prado del Rey. Un bulto inc¨®modo, por tanto, para los altos cargos. Cuando Paloma declar¨® p¨²blicamente su cansancio, les puso en bandeja el pretexto para cerrar el programa. Era el 2 de abril de 1985. ?Ser¨ªa ahora mismo posible un programa como aquel? La mayor parte de los escritores no saben una palabra de pintura, y la mayor parte de los pintores no saben una palabra de m¨²sica moderna. Desasnar analfabetos es indispensable, pero desasnar intelectuales es muy importante. Aplicar este tipo de criterios a un programa con voluntad progresista y de vanguardia t¨¦cnica en la televisi¨®n es perfectamente factible. En Espa?a, el obst¨¢culo que tenemos es el hiperdesarrollo de la televisi¨®n basura, pero todo esto se deriva del hecho de que en Espa?a realmente no existe una televisi¨®n p¨²blica.
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