Criado en la tradici¨®n de contar historias
Vivo en Nashville desde hace m¨¢s de 30 a?os, porque me dedico a escribir canciones y all¨ª se encuentran todos los elementos del negocio: estudios, artistas, editoriales
... Y no soporto los desplazamientos largos". Guy Clark (Monahans, 1941) se quita importancia con sorna al referirse a su oficio. El cantautor tejano, uno de los orfebres m¨¢s admirados de la m¨²sica estadounidense, visita por primera vez Espa?a dentro del Festival Blues & Ritmes. Y desde el otro lado del tel¨¦fono, su car¨¢cter afable suaviza una parquedad adicta al monos¨ªlabo.
Su prolongada residencia en Nashville explica la nostalgia de parte de su cancionero por el Estado natal: "Claro que pretendo regresar a Tejas alg¨²n d¨ªa". Clark contribuy¨® a desafiar a la Nashville rancia, la del pensamiento ¨²nico en cuestiones musicales. Dos de los temas de su primer ¨¢lbum (Old n? 1, 1975) allanaron la senda a Waylon Jennings, Willie Nelson y otros outlaws del country progresivo. Lo hicieron en realidad en versiones previas a las del propio autor, cantadas con cierto ¨¦xito por Jerry Jeff Walker.
"Mis padres amaban la palabra y, como a¨²n no hab¨ªa televisi¨®n, despu¨¦s de cenar nos sent¨¢bamos en la cocina a leer poes¨ªa"
Una de esas gemas se llama L. A. freeway y refleja las ansias de Guy por acabar su etapa en la California de finales de los sesenta. "Los ?ngeles me parec¨ªa demasiado ajetreada y grande, con una contaminaci¨®n terrible. Antes viv¨ª en San Francisco, y all¨ª conoc¨ª a mi pareja. Susanna era pintora y, con los a?os y mi ayuda, comenz¨® tambi¨¦n a componer".
Asuntos familiares de su infancia en el sur de Tejas inspiran Desperados waiting for a train, la otra canci¨®n que le convirti¨® en referente. "Habla sobre un hombre que fue una especie de abuelo para m¨ª. Era en realidad el novio de mi abuela, y ejerci¨® como figura masculina, pues mi padre estaba destinado por el ej¨¦rcito fuera de Estados Unidos". Sus progenitores carec¨ªan de vocaci¨®n musical: "Una amiga de la familia me ense?¨® a tocar la guitarra y con ella aprend¨ª las primeras canciones. Curiosamente, en espa?ol. No era una mujer latina, pero amaba todo tipo de m¨²sica, incluida la de los mariachis".
Guy le dedic¨® a su padre la emotiva The Randall knife: "Cuando muri¨® hered¨¦ un cuchillo que, pese a estar dise?ado para matar, se convirti¨® en un s¨ªmbolo de amor entre nosotros. Mis padres amaban la palabra hablada y escrita y, como a¨²n no hab¨ªa televisi¨®n, despu¨¦s de cenar nos sent¨¢bamos en la cocina a leer poes¨ªa". Y el joven Guy sigui¨® ahondando en ella: "Siempre me han interesado poetas que relatan cosas, como Robert Frost. Y creo que la m¨²sica tejana se caracteriza porque todos nos hemos criado en la tradici¨®n de contar historias. Forma parte de nuestra cultura".
En la Nashville de los setenta Clark no era el ¨²nico tejano. Su casa se convirti¨® en punto de encuentro para sus amigos m¨²sicos, una fraternidad que se recogi¨® en el documental Heartworn Highways: "Muchos de ellos no ten¨ªan ni d¨®nde vivir. La cinta captaba muy bien aquella atm¨®sfera. Y Townes Van Zandt era el ¨²nico que hablaba directamente a la c¨¢mara. Fue mi mejor amigo durante a?os. Y el mejor de todos nosotros, superior incluso a Dylan".
Clark y Van Zandt se hab¨ªan conocido una d¨¦cada antes, tocando en el circuito folk de Austin y Houston: "All¨ª sin duda nos influyeron bluesmen como Lightnin' Hopkins". Los personajes perdidos y marginados y los recuerdos personales pueblan las letras de Guy. Y su ritmo lento de trabajo encaja con una paciencia de lutier, pues se construye sus propias guitarras. "Es cierto, va con mi naturaleza: no tengo ning¨²n tipo de prisa".
Guy Clark act¨²a el 18 de abril en el Teatro Zorrilla de Badalona
WAYLON JENNINGS (1937-2002)
El de Littlefield fue bajista de otro ¨ªdolo tejano, Buddy Holly, y se salv¨® de morir con ¨¦l en el accidente de avioneta que le cost¨® la vida al ceder su puesto a Big Bopper. Como otros m¨²sicos, se instal¨® en Nashville, y con Ladies love outlaws dio nombre a la corriente de ruptura con la industria. Encontr¨® para el country la libertad creativa de los grupos de rock.
WILLIE NELSON (1933)
Harto de Nashville, regres¨® a Tejas para instalarse en Austin. Luego pasar¨ªa de outlaw del country junto a Waylon Jennings, con el que comparti¨® agente, a icono de la cultura popular. Sus enormes canciones conviven con un activismo de todo pelaje y resbalones varios (alg¨²n que otro dueto). Con Jennings, Kris Kristofferson y Johnny Cash form¨® The Highwaymen en los ochenta.
KRIS KRISTOFFERSON (1936)
El art¨ªfice de la inmortal Me and Bobby McGee (inolvidable la versi¨®n de Janis Joplin) era una ni?o con posibles que aparc¨® su beca en Oxford y el ej¨¦rcito para buscarse la vida en Nashville. Cuando lo de cantautor tejano empezaba a ser un recuerdo eclipsado por su estrellato cinematogr¨¢fico, reapareci¨® con el tan imprevisto como sentido This old road.
TOWNES VAN ZANDT (1944-1997)
Ser¨¢ dif¨ªcil encontrar un m¨²sico tejano (o asimilado, como Steve Earle) que no diga que Townes era mejor compositor que Bob Dylan. Nacido en Fort-Worth, hijo de rica familia petrolera, prefiri¨® el country-folk y la vida bohemia que, en su caso, se convirti¨® en err¨¢tica. El alcohol y los problemas mentales de juventud llenaron su m¨²sica de un halo de tristeza.
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