Todos de compras a Nueva York

Te debes sentir muy solo en Madrid", me dec¨ªa un amigo de Manhattan por tel¨¦fono la semana pasada, "porque estoy seguro de que toda Espa?a est¨¢ de compras por el Soho". En Nueva York parece que las colas para pagar se han convertido en el nuevo punto de encuentro multicultural de Estados Unidos. Restaurantes, caf¨¦s, museos y, lo que m¨¢s, tiendas y boutiques se llenan de europeos blandiendo su tarjeta de cr¨¦dito. Olv¨ªdense de las imitaciones de Canal Street; con la tasa de cambio cayendo r¨¢pidamente a 1,60 d¨®lares por cada euro, de repente los art¨ªculos genuinos de lujo parecen asequibles para cualquiera cuyo sueldo se pague en euros.

Ahora, cuando a miles de agentes de Wall Street les est¨¢n poniendo de patitas en la calle, habr¨¢ menos competencia por la selecci¨®n de corbatas de dise?adores de marca en la meca del descuento en pleno centro de la ciudad, Century 21 (www.c21stores.com; 22 Cortlandt). No intenten visitar la gigantesca tienda -enfrente de la zona cero- a mediod¨ªa, momento en que los que a¨²n tienen trabajo pasan la hora de la comida escogiendo entre los percheros ropa de marcas como Gucci, Ralph Lauren, Donna Karan y Calvin Klein, que a menudo marcan un descuento del 50% o incluso del 75% respecto al precio original.

Chelsea es un barrio ideal para comprar art¨ªculos b¨¢sicos, con supertiendas como Old Navy, el emporio de los art¨ªculos para el hogar Bed Bath & Beyond, y Barnes & Noble para libros y m¨²sica

Los museos ofrecen algunas de las mejores compras. Nadie entra en la MOMA Design Store sin llevarse algo. Y aunque hay tiendas por todo el Metropolitan Museum of Art, aseg¨²rense de que encuentran la tienda de oportunidades, situada en el s¨®tano

Al igual que C21, Loehmann's (101 S¨¦ptima Avenida; www.loehmanns.com) vende restos de boutiques y grandes almacenes con considerables descuentos sobre los precios originales. Aunque estas tiendas no sean de mucho lujo, conseguir tres polos por el precio de uno sienta bastante bien. Resulta ir¨®nico que Loehmann's ocupe el edificio que alberg¨® la vieja Barney's, que se vio obligada a cerrar su tienda principal despu¨¦s de la ¨²ltima crisis econ¨®mica de Estados Unidos, a principios de los a?os noventa. Eso fue en la ¨¦poca en que esta pionera tienda de lujo era la ¨²nica raz¨®n para ir de compras al barrio de Chelsea. Todo eso tambi¨¦n ha cambiado. En la ¨²ltima d¨¦cada, Chelsea -que se extiende por el oeste de Manhattan, desde la Sexta Avenida hasta el r¨ªo Hudson, en las manzanas entre la calle 14 hasta la calle 30, m¨¢s o menos- se ha convertido en uno de los destinos de compras m¨¢s animados.

Para empezar, Chelsea es un barrio ideal para comprar art¨ªculos b¨¢sicos, con supertiendas como Old Navy (610 Sexta Avenida; www.oldnavy.com), el emporio de los art¨ªculos para el hogar Bed Bath & Beyond (620 Sexta Avenida; www.bedbathandbeyond.com), y Barnes & Noble (675 Sexta Avenida; www.barnesandnoble.com) para libros y m¨²sica. Estos espacios ocupan algunos de los gigantescos edificios que forman una manzana entera y que en el pasado fueron el hogar de los primeros grandes almacenes de la ciudad, en los d¨ªas en que este tramo de la Sexta Avenida recib¨ªa el nombre de The Ladies's Mile (la Milla de las Damas).

Los d¨ªas laborables, The City Bakery (3 W, calle 18; 21 23 66 14 14; www.thecitybakery.com) se convierte en una fant¨¢stica parada para comer, con un enorme buf¨¦ de ensaladas. Aseg¨²rese de cargar bien las pilas con unas de las mejores limonadas y galletas con pepitas de chocolate del planeta. Tambi¨¦n hay siempre alg¨²n bomb¨®n entre la muchedumbre de urbanitas chic.

'Cupcakes'

Si es goloso, tambi¨¦n puede darse el gustazo en Billy's Bakery (184 Novena Avenida; www.billysbakerynyc.com), que le ha quitado la primicia -adem¨¢s de los clientes- a la famosa Magnolia Bakery. Es casi un calco de la m¨ªtica pasteler¨ªa del 401 de Bleecker Street, y, al igual que en ella, en Billy's se venden unos cupcakes (especie de magdalenas) y una red velvet cake (tarta con bizcocho de chocolate, que se llama as¨ª, pastel de terciopelo rojo, por su caracter¨ªstico color) para chuparse los dedos, pero sin el desenfreno y las colas de Magnolia.

Los s¨¢bados y domingos, lo que queda del mercadillo de Chelsea, que en el pasado era fabuloso (los solares vac¨ªos en los que sol¨ªa instalarse han sido ocupados en su mayor¨ªa por nuevos y enormes edificios de apartamentos en los ¨²ltimos cinco a?os), ahora se ubica en un garaje cubierto en el 112 Oeste de la Calle 25 (entre las avenidas Sexta y S¨¦ptima). Los aproximadamente cien comerciantes empiezan a instalarse a medianoche, as¨ª que los aficionados de verdad saben que tienen que parar de camino a casa despu¨¦s de las copas para ser los primeros en escoger entre el mobiliario, los cuadros, las joyas antiguas, la plata, el cristal, los tejidos y la ropa, gran parte de los cuales es de los a?os cincuenta, sesenta y setenta.

Las naves industriales en el extremo occidental de Chelsea -que en el pasado fueron almacenes, f¨¢bricas y alguna que otra discoteca abandonados y en ruinas- se han transformado en la red m¨¢s densa de galer¨ªas de arte contempor¨¢neo de la ciudad (y de toda Am¨¦rica). Como ejemplo, empiecen en Gagosian (555 W, calle 24; www.gagosian.com), un espacio asombrosamente enorme y perfecto para las instalaciones a gran escala de artistas del estilo de Jeff Koons, Richard Serra y Mark di Suvero. Por muy fuerte que est¨¦ el euro, probablemente estos artistas se sit¨²en por encima del bolsillo de la mayor¨ªa de los amantes del arte, as¨ª que echen un vistazo a las l¨ªricas (y m¨¢s asequibles) pinturas abstractas de la galer¨ªa Mckenzie Fine Art (511 W, calle 25; www.mckenziefineart.com). Llegada la hora de cenar, la gente del mundillo art¨ªstico sigue api?¨¢ndose en Bottino (248, D¨¦cima Avenida; 21 22 06 67 66), donde los camareros, con fama de guapetones, les tratar¨¢n bastante mal (pero disfrutar¨¢n a pesar de todo). Pueden encontrar platos de estilo m¨¢s casero en el para¨ªso de los gastr¨®nomos, el Chelsea Market (75 Ninth Avenue; www.chelseamarket.com), donde encontrar¨¢n delicias en Fat Witch Bakery o en Ronnybrook Dairy, que hace la mejor leche con chocolate de la ciudad.

Incluso Barney's ha regresado a Chelsea con su CO-OP Store (236 W, calle 18; www.barneys.com), en la que se venden vaqueros, chaquetas y el ¨²ltimo grito en ropa urbana. Y la Apple Store del vecindario (401 W, calle 14; www.apple.com) probablemente sea la mejor apuesta para conseguir un iPhone, ya que puede que la tienda, reci¨¦n inaugurada, a¨²n no est¨¦ completamente abarrotada las 24 horas del d¨ªa.

M¨¢s abajo de la Calle 14, el aburguesamiento del dise?o, en la zona del Meatpacking District (los antiguos mataderos) y en el West Village, se ha acelerado a la velocidad de la luz.

West Bleecker Street es la direcci¨®n obligatoria para las boutiques de especialidades de los dise?adores. Ralph Lauren (www.ralphlauren.com) tiene tres en dos manzanas: la deportiva RRL, en el n¨²mero 390; Ralph Lauren Men, en el n¨²mero 381, y Ralph Lauren Women, en el 380. Marc Jacobs tiene cuatro boutiques, tres en los n¨²meros 405, 403, 385, m¨¢s la nueva tienda de accesorios en el 382, que tiene cola en la puerta. Entre ellas hay dise?adores como James Perse (411 Bleecker Street), el dise?ador californiano por antonomasia, conocido por sus relajados chinos y sus camisetas suaves como la mantequilla.

Si pertenece usted al com¨²n de los mortales y no puede conseguir mesa en el ultraexclusivo Waverly Inn (16 Bank Street; 212 243 79 00) -cuyo due?o es Graydon Carter, el director de Vanity Fair, y que, de hecho, sirve de club para gente de los medios de comunicaci¨®n y del arte-, intente pillar mesa en el patio cubierto de August (359 Bleecker Street; 21 26 91 41 70), m¨¢s relajado y amable.

Vidrio y cer¨¢mica

Al oeste de Bleecker, compren vidrio y cer¨¢mica de los a?os sesenta y setenta, para darse pisto y porque mola, en End of History (548-1/2 Hudson Street). Cerca de ah¨ª, el dise?ador belga de culto ha abierto Maison Martin Margiela (803 Greenwich Street; www.maisonmartinmargiela.com). El cambio ha llegado incluso hasta la calle Christopher, epicentro del ambiente gay en los setenta y ochenta, donde la ¨²ltima novedad es una nueva tienda de ropa para mujeres que se llama Albertine (13 Christopher Street).

A la vuelta de la esquina, Kid O (123 W, calle 10; www.kidonyc.com) tiene los juguetes educativos m¨¢s molones para ni?os de preescolar, y Yoya (636 Hudson; www.yoyashop.com) trabaja ropa de ni?os a la ¨²ltima.

Si el West Village es el nuevo Soho, entonces ¨¦ste est¨¢ adoptando los aires del pijo Upper East Side, con cada vez m¨¢s galer¨ªas enrarecidas e inusuales introduci¨¦ndose junto a las enormes marcas de moda. La tienda de antig¨¹edades De Vera (1 Crosby Street; www.deveraobjects.com) encabeza la lista del itinerario de compras de casi todos los decoradores importantes.

Centr¨¢ndonos m¨¢s en lo pr¨¢ctico, en la zona ampliada del Soho se venden algunos de los accesorios para la casa m¨¢s chics e ingeniosos. Inicien el recorrido en MOSS (150 Greene Street; www.mossonline.com), de alto nivel y alto concepto, y despu¨¦s dir¨ªjanse a Crate & Barrel (611 Broadway, www.crateandbarrel.com) y su nuevo prodigio, la enormemente popular CB2 (451 Broadway; www.cb2.com). Global Table (107-109 Sullivan Street; www.globaltable.com) es el secreto de los estilistas de fotograf¨ªa para conseguir el ¨²ltimo grito en decoraci¨®n de mesa de todo el mundo.

Igualmente pr¨¢ctica para adolescentes que quieren renovar el armario cada tres semanas es Forever 21 (578 Broadway; www.forever21.com), donde casi todo, desde camisetas hasta vestidos ce?idos, est¨¢ a menos de 16 euros. Los chicos pueden recargarse de cultura skate en Supreme (274 Lafayette; www.supremenewyork.com), que vende de todo, desde ropa hasta monopatines de edici¨®n limitada dise?ados por artistas como Takashi Murakami.

Los museos de arte de la ciudad tambi¨¦n ofrecen algunas de las mejores compras. Nadie entra en la Moma Design Store (11 W, 53rd Street; www.moma.org) sin llevarse algo. Y aunque hay tiendas desperdigadas por todo el Metropolitan Museum of Art (1000 Fifth Avenue; www.metmuseum.org) como tragaperras en un casino, aseg¨²rense de que encuentran la tienda de oportunidades, que est¨¢ en el s¨®tano, debajo del auditorio, para encontrar gangas en cat¨¢logos de exposiciones anteriores y productos relacionados con ellas.

El Upper East Side sigue siendo el reducto de muchas de las boutiques de dise?o m¨¢s exclusivas y quiz¨¢ de los lugares m¨¢s divertidos para alardear de euros: los majestuosos grandes almacenes a lo largo de las avenidas Quinta y Madison cuyos escaparates fabrican titulares y lanzan tendencias globales. Junto a la catedral de San Patricio y el Rockefeller Center, Saks Fifth Avenue (611 Fifth Avenue; www.saksfifthavenue.com), uno de los m¨¢s antiguos y pijos del grupo, es conocido por tener el mejor mostrador de perfumes de la ciudad de Nueva York. Y si ellos no lo tienen, saben d¨®nde puede encontrarlo.

El mismo servicio completo y la moda a la ¨²ltima son tambi¨¦n la raz¨®n para visitar establecimientos como Bergdorf-Goodman (754 Fifth Avenue; www.bergdorfgoodman.com), que cuenta con una tienda separada para hombres al otro lado de la calle, en el n¨²mero 745. Barneys (660 Madison Avenue; www.barneys.com), famosa por situarse en la vanguardia de la moda, tambi¨¦n divide sus art¨ªculos para hombre y mujer, y los matrimonios felices pueden pasar f¨¢cilmente un s¨¢bado entero en los grandes almacenes sin cruzarse el uno con el otro.

Cuando llega la hora de dejar que las tarjetas descansen, restaure sus tejidos con un vodka Martini perfecto en el King Cole Bar, del St. Regis Hotel (2 E, 55th Street; www.stregis.com), bajo los venerados murales del pintor Maxfield Parrish.

Pero con independencia de lo que decidan comprar o de d¨®nde lo compren, aprov¨¦chense de la debilidad del d¨®lar y alquilen un coche con ch¨®fer que les siga durante todo el d¨ªa para cargar con el bot¨ªn y llevarles a toda mecha a su siguiente destino. Nada arruina m¨¢s r¨¢pidamente una tarde perfecta de compras en Nueva York que la decididamente poco glamourosa guerra de los taxis a las cinco.

- Andrew Ferren colabora con The New York Times y Travel & Leisure, entre otros medios.