Partido derrotado, casa sin ley
Dirigentes del PP admiten que si la pugna por el poder sigue la situaci¨®n ser¨¢ incontrolable
Tras su segunda derrota electoral consecutiva, que llevar¨¢ a la derecha espa?ola a pasar 22 de los 30 a?os que van desde 1982 a 2012 en la oposici¨®n, el PP es una olla a presi¨®n. Y la espita por la que se escapa el vapor, en forma de duda, se llama Esperanza Aguirre, que el lunes amag¨® con presentarse. Esa duda carcome los cimientos del PP: ?Es Mariano Rajoy el hombre adecuado para ganar las pr¨®ximas elecciones? Despu¨¦s de casi 20 a?os de congresos a la b¨²lgara, este partido, anta?o una instituci¨®n cuasimilitar, es una formaci¨®n sin ley. La situaci¨®n est¨¢ totalmente descontrolada, y ya casi nadie se atreve a pronosticar qu¨¦ va a pasar en el congreso de junio.
Antes, el PP era un partido donde casi nadie hablaba de lo interno. No ya con periodistas, tampoco en las reuniones. Tanto en los maitines, ese c¨®nclave de todos los lunes -que Rajoy suspendi¨® hace tres meses, cuando decidi¨® excluir a Alberto Ruiz-Gallard¨®n de las listas al Congreso, y no ha recuperado- como en los comit¨¦s de direcci¨®n, se evita siempre cualquier asunto interno pol¨¦mico. Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, con su forma autoritaria de dirigir el partido, acab¨® por completo con las encarnizadas peleas dentro de la derecha en los 80. A cambio, aniquil¨® el debate interno. Y acostumbr¨® al PP a las decisiones a dedo, como la elecci¨®n de Rajoy.
Aznar acab¨® con las peleas encarnizadas, pero aniquil¨® el debate interno
Despu¨¦s de cuatro a?os de oposici¨®n y varios fracasos, el PP est¨¢ muy dividido
Nadie descarta que en un proceso tan abierto surja "un Zapatero del PP"
El entorno de Rajoy cree que hay que hacer oposici¨®n basada en los pactos
La decisi¨®n que tome Aguirre definir¨¢ el congreso del PP en junio
Pero la derrota de marzo ha acabado tambi¨¦n con eso. Casi todos los diputados y dirigentes regionales se muestran ahora dispuestos a hablar, con franqueza y a veces en tono muy duro, de lo que est¨¢ pasando en su partido. Muy pocos conf¨ªan ciegamente en su l¨ªder, y casi todos creen que ha llegado el momento del debate, porque el PP se est¨¢ jugando quedarse otros ocho a?os en la oposici¨®n.
Cada uno tiene su visi¨®n de la jugada, pero todos coinciden en algo: el partido, con un jefe derrotado dos veces y cuyo liderazgo est¨¢ cuestionado casi a diario, ha entrado en una din¨¢mica imprevisible. Aparentemente, Rajoy cuenta con el apoyo de los barones m¨¢s importantes (Andaluc¨ªa, Valencia, Galicia). Pero en el fondo, como recuerdan todos e insisten en el entorno de Aguirre, los 3.025 compromisarios votan en una urna, en secreto, con un papelito que nadie ve ni controla.
Tambi¨¦n hay algo en que lo que coinciden tanto los partidarios de Rajoy como los de Aguirre: si decide finalmente presentarse, la victoria no ser¨¢ f¨¢cil, pero conseguir los 600 avales que marcan los estatutos es m¨¢s sencillo de lo que parece. "Habr¨¢ gente que incluso diga: 'Yo apoyo a Rajoy, pero Esperanza tiene derecho a presentarse y le doy mi aval para que lo intente", se?ala un diputado pr¨®ximo al l¨ªder.
Un ex ministro se enfada con los an¨¢lisis simplistas de la prensa. "La gente no tiene ni idea de lo que es un partido. ?C¨®mo es posible que alguien piense que Arenas controla los 436 delegados de Andaluc¨ªa o Camps los 286 de la Comunidad Valenciana? ?Ni siquiera la propia Aguirre controla los 208 de Madrid! Da la sensaci¨®n de que nadie sabe c¨®mo se gana un congreso, que es pueblo a pueblo, no bar¨®n a bar¨®n. Y no parece que nadie en el entorno de Rajoy sepa c¨®mo se hace eso", sentencia.
Fuentes de la direcci¨®n recuerdan que la elecci¨®n de compromisarios -prevista para el 21 y 22 de abril- es muy abierta. Se puede presentar cualquier militante, se vota en urna secreta y "cuando se baja al nivel local es muy f¨¢cil que se cuele todo tipo de gente. Somos 700.000", insisten.
Adem¨¢s, el partido, despu¨¦s de cuatro a?os de oposici¨®n y varios fracasos en elecciones auton¨®micas, est¨¢ muy dividido. Algunos dirigentes ponen ejemplos gr¨¢ficos para demostrar por qu¨¦ la idea de que el aparato lo controla todo no es tan real. En Catalu?a, el partido est¨¢ dividido a mitad entre los partidarios de Daniel Sirera y los de los hermanos Fern¨¢ndez. Si hay dos candidatos, es probable que cada facci¨®n vote a uno distinto. "Es lo que pas¨® con Zapatero en el PSOE en el 2000", recuerda otro veterano. Galicia, por ejemplo, tambi¨¦n est¨¢ muy dividida, no en vano viene de un congreso en el que hubo tres candidatos. Rajoy apost¨® por Alberto N¨²?ez Feij¨®o, y es muy posible que los partidarios de otros candidatos no hayan olvidado esa afrenta. En Asturias la guerra es total entre el alcalde de Oviedo, Gabino de Lorenzo, y el presidente regional, Ovidio S¨¢nchez. Hay ejemplos a¨²n m¨¢s evidentes. En Castell¨®n, es Carlos Fabra quien controla el territorio. Su hija, Andrea, es diputada y est¨¢ casada con Juan Jos¨¦ G¨¹emes, consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, hombre de Rodrigo Rato y una de las personas de confianza de Esperanza Aguirre. Si realmente Rajoy y Aguirre llegaran a enfrentarse, ?Por qui¨¦n apostar¨ªa Fabra? ?Obedecer¨ªa a Camps o se dejar¨ªa llevar por su yerno? ?Y qu¨¦ pasar¨ªa en Alicante (124 compromisarios), donde el rechazo a Camps es a¨²n mayoritario? ?Y en Granada, donde el hombre fuerte, Jos¨¦ Luis del Ojo, est¨¢ enfrentado a Arenas? ?Y en M¨¢laga (con 78 delegados), donde su presidente, Joaqu¨ªn Ram¨ªrez, ha dicho que le parece "bien" que se presente Aguirre y que no es el momento de decir a qui¨¦n va a apoyar su provincia?
Esta situaci¨®n de incertidumbre la ha definido mejor que nadie Francisco ?lvarez Cascos, un hombre que a¨²n conserva, como Manuel Fraga, como Rodrigo Rato, un gran ascendente en los cuadros intermedios, claves en un congreso. Su entrada en tromba el viernes ha animado mucho a los partidarios de Aguirre, que creen que puede decantar delegados hacia ella. Cascos critic¨® indirectamente a Rajoy: "Hay que llamar derrotas a las derrotas y victorias a las victorias, y no enterrar por aclamaci¨®n el an¨¢lisis" del resultado electoral. Pero sobre todo, record¨® que el PP "nunca ha sido un partido de barones" y los compromisarios votan individualmente. Javier G¨®mez, diputado del PP por Segovia, sali¨® ayer en apoyo de Cascos.
El ex secretario general, que llevaba a?os en silencio, s¨®lo lo hab¨ªa roto en enero para apoyar la tesis de Aguirre de que los alcaldes no deb¨ªan ir en las listas al Congreso. El apoyo del aznarismo a la presidenta de Madrid es cada vez m¨¢s evidente. El propio Rato, que est¨¢ trasladando a su entorno el malestar porque Rajoy nunca le ha pedido expresamente que le ayude, podr¨ªa colocarse en el lado de la presidenta.
Aguirre tiene, sin embargo, varios problemas. Primero, no est¨¢ en el Congreso, y as¨ª es muy dif¨ªcil hacer oposici¨®n. "?Alguien se imagina el debate del estado de la naci¨®n con un portavoz del PP que no sea el l¨ªder, y que despu¨¦s Aguirre de una rueda de prensa en G¨¦nova para comentar c¨®mo ha ido el encuentro?", sentencia uno de los barones que a¨²n no ha definido claramente a qui¨¦n apoyar¨¢.
Otro es el de la edad (56 a?os, 3 m¨¢s que Rajoy). "Es injusto y muy particular de Espa?a, pero siempre gan¨® un l¨ªder de la oposici¨®n m¨¢s joven que el presidente del Gobierno. Pas¨® con Gonz¨¢lez, con Aznar, con Zapatero", recuerda un diputado situado en los 45. Por eso nadie descarta que, en este proceso tan abierto, de esa generaci¨®n de los nacidos en los 60 surja un "Zapatero del PP", alguien que genere una ilusi¨®n en el partido que sea imposible de frenar y que Rajoy ya no puede representar.
El problema principal de Aguirre es que para ganar no le basta con tener garantizados los 600 avales y lograr apoyos entre todos los enfadados del PP. "La clave son los 35 nombres que tienen que acompa?arla en la lista a la direcci¨®n. No pueden ser personas que est¨¢n en minor¨ªa en su territorio. Tiene que haber gente de peso. Alg¨²n bar¨®n o al menos dirigentes respetados en todo el partido. ?sa es la parte m¨¢s dif¨ªcil", se?ala un diputado aguirrista.
Un ex ministro se muestra muy molesto tanto con Aguirre como con otros posibles sucesores -el propio Camps, Gallard¨®n, el siempre nombrado Rato- porque "parece que todo el mundo est¨¢ esperando la oportunidad perfecta, que te abran la puerta como en La Zarzuela". "Hace falta alguien con decisi¨®n, como era Aznar, que desde la presidencia de Castilla-Le¨®n no paraba de lanzarle pullas a Antonio Hern¨¢ndez Mancha -que acab¨® dimitiendo- y estaba construyendo un equipo porque sab¨ªa muy bien ad¨®nde quer¨ªa llegar", sentencia.
Tanto este ex ministro como otros muchos dirigentes consultados temen que algunos aspirantes, especialmente Camps y Gallard¨®n, apoyen a Rajoy porque creen que es mejor que ¨¦l sufra las consecuencias de las m¨¢s que probables derrotas en las elecciones vascas, gallegas y europeas de 2009, y la crisis que se abra despu¨¦s les lleve a ocupar el liderazgo respaldados por el propio l¨ªder, que dimitir¨ªa.
En este an¨¢lisis, Aguirre est¨¢ condenada a presentarse ahora porque nunca contar¨ªa con el apoyo del l¨ªder -su distanciamiento parece definitivo- y sobre todo porque ella, debido a su edad, tiene m¨¢s prisa por llegar. "Yo creo que no tiene l¨®gica que se tire a la piscina, pero entre todos la van a arrastrar. Sobre todo El Mundo y la Cope, que la tienen como su juguete, y su entorno, especialmente Ignacio Gonz¨¢lez, el vicepresidente, que parece querer el puesto de su jefa", sentencia uno de los pocos veteranos que siguen apoyando sin fisuras a Rajoy.
Si finalmente Aguirre se decide, se enfrentar¨¢n dos personas, pero tambi¨¦n las dos almas del PP. No es cuesti¨®n de ideolog¨ªa, sino de estrategia. Lo que se discute realmente no son posiciones pol¨ªticas de fondo -privatizadores frente a intervencionistas, modelos impositivos, sanitarios o educativos distintos, democristianos frente a liberales-. No es una discusi¨®n pol¨ªtica cl¨¢sica en los partidos de la derecha europea. Lo que hay en el PP es una pura y simple discusi¨®n estrat¨¦gica que consiste en una pregunta: ?Qu¨¦ tipo de oposici¨®n hacemos?
El entorno de Rajoy, y especialmente su principal asesor, el omnipresente Pedro Arriola -un hombre que no sale casi nunca en las fotos pero est¨¢ en boca de todos los dirigentes del PP por su gran influencia sobre el l¨ªder-, sostiene que el gran problema del partido es que genera un gran rechazo. Da miedo, y eso ha animado en las ¨²ltimas elecciones, como sucedi¨® en 2004, un voto negativo que apoya al PSOE s¨®lo para que no gobierne el PP. Por eso creen que hay que hacer una oposici¨®n basada en algunos pactos y sobre todo dar una imagen m¨¢s suave, con personajes como Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa, que puede no tener un gran peso pol¨ªtico, pero al menos no genera rechazo inmediato en la izquierda como Eduardo Zaplana o ?ngel Acebes, muy identificados con el aznarismo.
En el otro lado, Aguirre defiende salir al "combate ideol¨®gico" sin complejos con el PSOE, en vez de "tratar de parecerse a ¨¦l". Es ella quien est¨¢ en condiciones de forzar, con su presentaci¨®n, ese debate. Todos opinan sobre lo que ella va a hacer, pero s¨®lo ella tiene la palabra definitiva. Su decisi¨®n, en un sentido o en otro, definir¨¢ el congreso de junio.
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