Pr¨¦stamos r¨¢pidos
En situaciones de apuro econ¨®mico, cada vez hay m¨¢s ciudadanos que recurren a la floreciente oferta de soluciones que prometen aliviar al instante sus cargas financieras. Reunificaci¨®n de deudas, hipotecas puente, cr¨¦ditos inmediatos... En muchos casos, el resultado es una mera refinanciaci¨®n que aligera el pago mensual a costa de prolongar los plazos de devoluci¨®n y de tipos de inter¨¦s efectivos menos favorables.
Esta tendencia ha sido llevada al extremo en algunos pa¨ªses europeos, donde la proliferaci¨®n de pr¨¦stamos r¨¢pidos ha llevado a comercializar cr¨¦ditos al consumo inmediatos, que pueden ser solicitados a trav¨¦s de mensajes cortos (SMS). En Suecia, este sistema lo introdujo Mobillaan en 2006 y desde entonces han surgido una treintena de empresas; y parece que el fen¨®meno se ha extendido a Estonia, Finlandia y Holanda.
Ferratum cobra 75 euros por prestar 300 a un mes (un 300% TAE) y 60 euros (un 480% TAE) si el plazo es de 15 d¨ªas
Tras registrarse en el servicio, el cliente s¨®lo tiene que enviar un mensaje con su identificador personal y su n¨²mero de cuenta y, en menos de 15 minutos, tendr¨¢ el dinero a su disposici¨®n. Sencillo, r¨¢pido y muy tentador para el segmento m¨¢s joven, familiarizado con el canal y ¨¢vido de fondos para cubrir peque?os gastos. El importe m¨¢ximo suele rondar los 300 o 400 euros, a devolver en un plazo de entre 15 d¨ªas y un mes. En Holanda, Ferratum cobra 75 euros en concepto de comisi¨®n por prestar 300 a un mes, lo que equivale a un 300% TAE, aplicando un tipo simple. Si el plazo es de 15 d¨ªas, el coste sube a 60 euros (480% TAE).
Pese a que algunas empresas del sector afirman tener tasas de morosidad por debajo del 2% (similares a las del pr¨¦stamo al consumo en Espa?a, en el 2,17%), los costes exageradamente altos han llevado a las autoridades suecas a prohibir el cobro de intereses superiores al pr¨¦stamo inicial, cifra f¨¢cil de alcanzar si el pago se efect¨²a con un par de meses de demora. Aunque en Espa?a todav¨ªa no se conocen productos similares, el mejor camino para evitar sorpresas desagradables es, sin duda, una buena educaci¨®n financiera.
E. S¨¢nchez y A. Mart¨ªn son profesores de la Escuela de Finanzas Aplicadas (AFI).
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