Radiactividad en Palomares
Cuarenta y dos a?os despu¨¦s del accidente de Palomares (Almer¨ªa), la radiactividad sigue all¨ª. Y ha sido necesario un macroproyecto urban¨ªstico que se pretend¨ªa construir en ese lugar para sacarla a la luz y que comiencen, por fin, a analizarse y limpiarse los terrenos. Greenpeace ya denunci¨® en el informe Destrucci¨®n a toda costa 2006 que los proyectos de construcci¨®n de urbanizaciones se situaban en zonas afectadas por la radiactividad, y que los movimientos de tierras podr¨ªan dispersar en el aire part¨ªculas de plutonio y americio. Y lleva a?os denunciando los peligros de las armas -y las centrales- nucleares en general, y el caso de Palomares en particular. Los trabajos de limpieza que se efectuaron despu¨¦s del accidente fueron insuficientes, y los controles sobre el medio ambiente y la salud humana en la zona claramente deficitarios.
Pero la voracidad urban¨ªstica no tiene l¨ªmite, y los terrenos afectados por el accidente entraron en el circuito de la especulaci¨®n a pesar del peligro de que la contaminaci¨®n saliera a la luz. Y finalmente se comenz¨® a analizar en serio. El resultado de la b¨²squeda son dos zanjas con residuos radiactivos, con 30 metros de largo, 10 de ancho y 3 metros de profundidad media. Una situaci¨®n vergonzosa, porque pone de manifiesto que durante m¨¢s de 40 a?os todas las administraciones implicadas han pecado de desidia, silencios y ocultaci¨®n. Si la existencia de las zanjas figuraba en informes clasificados del Departamento de Energ¨ªa de Estados Unidos, ?c¨®mo es posible que no se haya hecho nada en 40 a?os?
Esperamos que ahora comiencen a tomarse las medidas necesarias para una descontaminaci¨®n eficaz y comience a decirse la verdad a la ciudadan¨ªa. Repit¨¢moslo una vez m¨¢s: no hay tecnolog¨ªa nuclear segura, ni civil ni militar. Las armas nucleares son un peligroso legado de la guerra fr¨ªa y las 30.000 cabezas nucleares que existen en el mundo deber¨ªan desmantelarse y desaparecer. Que no haya avances hacia el desarme y que, al contrario, aumente la proliferaci¨®n, s¨®lo nos hace m¨¢s vulnerables. Con esta tecnolog¨ªa, cualquier potencial accidente o ataque terrorista se convierte en un escenario de pesadilla. Despu¨¦s de 40 a?os, el caso Palomares lo sigue poniendo de manifiesto.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Accidente Palomares
- Opini¨®n
- Relaciones bilaterales
- Conflictos diplom¨¢ticos
- Accidentes nucleares
- Bombas at¨®micas
- Cuevas del Almanzora
- Descontaminaci¨®n radiactiva
- Provincia Almer¨ªa
- Descontaminaci¨®n
- Armas nucleares
- Contaminaci¨®n radiactiva
- Radiactividad
- Energ¨ªa nuclear
- Estados Unidos
- Accidentes
- Relaciones internacionales
- Contaminaci¨®n
- Andaluc¨ªa
- Norteam¨¦rica
- Protecci¨®n ambiental
- Defensa
- Ayuntamientos
- Problemas ambientales
- Sucesos