El dilema de una maternidad p¨²blica
Las mujeres de la pol¨ªtica no dejan del todo el trabajo cuando son madres - El Gobierno crea un Ministerio de Igualdad, pero ?se tomar¨¢ la ministra de Defensa su permiso tras el parto?
Qu¨¦ inc¨®moda verdad la que dice que no es lo mismo predicar que dar trigo. El Gobierno acaba de dar a luz un Ministerio de la Igualdad, pero acercar los privilegios de los hombres a las mujeres necesita teor¨ªa y leyes, pero tambi¨¦n pr¨¢ctica. Por ejemplo, ?qu¨¦ puede hacer una ministra de Defensa embarazada cuando tenga a su beb¨¦? Carme Chac¨®n quiere hacer "compatible" la maternidad con su nueva cartera. Y eso, ?c¨®mo se hace?
"El caso de una ministra es especial, porque las mujeres con un contrato laboral corriente tienen la obligaci¨®n, para empezar, de tomarse seis semanas de baja maternal", reflexiona Mar¨ªa Pazos, de la Plataforma por el Permiso de Paternidad Intransferible. ?Aguantar¨¢ tanto tiempo Chac¨®n? "Mientras a los hombres no se les conceda el mismo tiempo de paternidad que a las mujeres y el mismo periodo obligatorio que a ellas, ser¨¢ muy dif¨ªcil que las madres puedan acercarse a los trabajos de los hombres", sigue Pazos. As¨ª que, la ministra, si quiere serlo en las mismas condiciones de sus compa?eros de gabinete, se ver¨ªa obligada a renunciar a parte de su periodo de maternidad. Porque, mientras los hombres que se toman el permiso de paternidad est¨¢n bien vistos, en las mujeres con puestos altos se penaliza. El ex ministro Jordi Sevilla anunciaba anta?o orgulloso que Zapatero hab¨ªa permitido que se ausentara de sus obligaciones un par de semanas para atender a dos de sus hijos reci¨¦n adoptados. Y c¨®mo tiempo antes, cuando trabajaba a las ¨®rdenes del ministro de Econom¨ªa Pedro Solbes lleg¨® a presentar su dimisi¨®n para cuidar a su primer hijo. Solbes no se la acept¨®, pero le concedi¨® una jornada flexible que le permit¨ªa llegar a tiempo para ba?ar al cr¨ªo.
El 18% de las mujeres con cargos ejecutivos renuncia a su baja por maternidad
Las empresas con m¨¢s directivas obtienen mejores resultados
Los hombres ganan en imagen social si toman permisos de paternidad
Las tecnolog¨ªas nuevas deber¨ªan permitir permisos m¨¢s flexibles
Cuando son los hombres los que piden esas cosas, la sociedad ve a un ciudadano ejemplar. Si Carme Chac¨®n solicita las 16 semanas de que disponen las mujeres que trabajan fuera de casa habr¨¢ quien tema que la Defensa del pa¨ªs no puede permitirse esos lujos. En fin, al menos, la experiencia de Sevilla le sirvi¨® para poner en marcha su Plan Concilia para los funcionarios del Estado, del que se beneficiaron antes que el resto de trabajadores.
Preguntada en TVE por si se tomar¨¢ la baja maternal, la ministra no revel¨® sus planes. Pero, en todo caso, se beneficiar¨¢ de las 20 guarder¨ªas que Defensa pone en marcha ahora en varias de sus sedes, tambi¨¦n en la de Madrid, con una inversi¨®n de 7,5 millones de euros. El objetivo del plan, seg¨²n se anunci¨® hace apenas un a?o, era "favorecer la incorporaci¨®n y permanencia de las mujeres en las Fuerzas Armadas, removiendo los obst¨¢culos que puedan dificultar ese acceso, al posibilitar la conciliaci¨®n personal, familiar y profesional en el seno de los establecimientos militares".
El 18% de las mujeres con cargos ejecutivos renuncia a su baja por maternidad y las que aceptan el permiso viven con la incertidumbre que eso ocasionar¨¢ a su futuro laboral. Una encuesta del IESE publicada el a?o pasado revela adem¨¢s que s¨®lo un 12% de los ejecutivos tom¨® ese permiso y eso que cuando se tomaron los datos para el estudio los hombres s¨®lo pod¨ªan coger un par de d¨ªas o tres. Adem¨¢s, indica la encuesta, a ellos les report¨® una buena imagen social.
M¨¢s dram¨¢ticos son los datos de las ejecutivas que abandonan su cargo, de alta responsabilidad, porque se ven incapaces de compatibilizarlo con la maternidad. Un 16% de las mujeres empleadas, ejecutivas o no, abandona el trabajo por la misma raz¨®n.
No es probable que una ministra lo haga, ni siquiera una diputada de a pie, pero entonces cabe inferir que para que lleguen alto, o sea, donde llegan los hombres sin que los hijos sean un impedimento, hay que rebajar la atenci¨®n a la maternidad, ya sea en d¨ªas de permiso o, simplemente, optando por no tener hijos.
Paradigm¨¢tico fue el caso de los Blair, cuando Tony y Cherie, primer ministro brit¨¢nico y abogada de prestigio, tuvieron su cuarto hijo. ?l buscaba una tercera v¨ªa para que unos no le acusaran de mal padre y esposo, y otros de desatender el pa¨ªs. Tom¨® el camino del medio, que quiz¨¢ no content¨® a nadie: redujo su jornada p¨²blica para atender la privada y se tom¨® una semanita. Algunos se preguntar¨ªan si las riendas del pa¨ªs pod¨ªan llevarse con una sola mano, pero ?alguien se pregunt¨® cu¨¢ntas se necesitan para cambiar pa?ales?
Las dudas sobre la decisi¨®n a tomar cuando naciera su cuarto hijo contribuyeron a elevar su popularidad. Para no perderla, su mujer tuvo que volver al trabajo a las nueve semanas de dar a luz: se trataba de defender a las administraciones locales frente a los sindicatos en un asunto de pensiones. Eso fue despu¨¦s, pero s¨®lo ocho d¨ªas antes de entrar en el paritorio, visti¨® la toga para criticar al Gobierno de su marido precisamente por la restrictiva ley de paternidad que planteaba. Con raz¨®n el asunto de los Blair y el permiso de paternidad dio la vuelta al mundo.
Entre reducciones de jornada y vueltas al trabajo precipitadas, el matrimonio hab¨ªa inventado acaso eso que los pol¨ªticos que predican entienden despu¨¦s por dar trigo: la "compatibilidad" entre el empleo y sus obligaciones maternales.
Por romper una lanza a favor de los pol¨ªticos y tambi¨¦n de las pol¨ªticas en este terreno, hay que recordar que no se les permite coger bajas, o al menos faltar a sus obligaciones, por asuntos de baberos. Especialmente significativo fue el caso que se vivi¨® en el Parlamento Vasco a principios del a?o pasado. Siete d¨ªas despu¨¦s del parto, a¨²n con los puntos puestos, una parlamentaria, Nekane Alzelai, defend¨ªa sus posiciones pol¨ªticas en su esca?o habitual mientras el beb¨¦ esperaba en su despacho, al cuidado de la secretaria, para ser amamantado. La reforma que desde hace a?os est¨¢ pendiente para el Parlamento Vasco planea habilitar un sistema telem¨¢tico para que las diputadas que sean madres o quiz¨¢ tambi¨¦n para los padres con baja de paternidad, puedan votar desde casa. No es balad¨ª esta cuesti¨®n, porque a veces un voto es esencial para sacar adelante un proyecto, por eso, las diputadas no se pueden permitir lujos maternales. Tambi¨¦n el Congreso de los Diputados aprob¨® en 2004 instar al Gobierno para que regulara las bajas por maternidad sin que el grupo perdiera el voto de la ausente. Hasta hoy. Margarita Ur¨ªa (PNV) recuerda a una diputada socialista que viajaba desde Baleares en dos aviones hasta el Congreso con su beb¨¦ en la anterior legislatura. "Todas la ayud¨¢bamos en los aeropuertos, una le cog¨ªa la bolsa... Y tambi¨¦n a Ana Tome (PP), en la primera legislatura de Aznar. No s¨¦ c¨®mo se las arreglar¨¢ Carme, pero saldr¨¢ a flote y ser¨¢ una ministra estupenda".
Carme Chac¨®n, adem¨¢s de ministra, es un voto en el Congreso. Un voto, "personal e indelegable", como se recoge en el art¨ªculo 79.3 de la Constituci¨®n, el principal obst¨¢culo para modificar este punto. Quiz¨¢ la soluci¨®n telem¨¢tica que se atisba en el Parlamento Vasco podr¨ªa ser una soluci¨®n.
Pero, mientras los hombres no tengan un permiso de paternidad obligatorio como el de la mujer, que le impida al empresario hacer distingos a la hora de contratar o ascender, ?es l¨ªcito pedir a las madres que sean hero¨ªnas y abandonen su puesto a sabiendas de que peligra su futuro en la empresa? ?Es justo pedir a una ministra que se tome las semanas que hagan falta mientras arrecian las cr¨ªticas por algo que en sus compa?eros varones posiblemente se ver¨ªa como un acto ejemplar?
La directora del Centro Internacional de Trabajo y Familia del IESE, Nuria Chinchilla, cree que los permisos de maternidad deber¨ªan alargarse, pero tambi¨¦n flexibilizarse al socaire de las nuevas tecnolog¨ªas. Respetando la parada biol¨®gica obligatoria de las seis semanas tras el parto, Chinchilla propone que las bajas sean de seis meses a un a?o, durante los cuales las madres o los padres pueden trabajar a tiempo parcial y no necesariamente en el despacho. "El teletrabajo facilita en muchos casos la labor que desempe?an las ejecutivas. No es necesario que vayan por la oficina, si acaso a horas sueltas, porque eso no supondr¨ªa p¨¦rdida de productividad. Se trata de una direcci¨®n por objetivos, que se pueden cumplir sin ir al trabajo f¨ªsicamente", dice. Y cree que las enfermedades del ni?o, que obligan a las madres, sobre todo, a ausentarse del trabajo se compensar¨ªan teniendo al cr¨ªo en casa. "Son edades en las que los beb¨¦s duermen mucho y se encontrar¨ªan momentos para sentarse al ordenador", explica. Pero advierte de que la flexibilidad laboral debe serlo realmente, porque si por flexibilidad se entiende un modelo inamovible se corre el riesgo de que pierda efecto. "Cada trabajadora es distinta y la flexibilidad se puede organizar de muchas formas".
Desde luego, la ley permite por ahora que las semanas que no son obligatorias para la mujer las pueda coger el padre, o repartirlas como le convenga a la pareja. Desde que la Ley de Igualdad estableci¨® el permiso de paternidad de 15 d¨ªas m¨¢s de 100.000 padres, seg¨²n las ¨²ltimas cifras que hizo p¨²blicas el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, se acogieron a ese derecho. Pero algunos son conscientes de que no es bien mirado en su empresa dejar el puesto para atender a un hijo, y a veces optan por trabajar desde casa, al menos un poco.
Respecto a la jornada parcial, Mar¨ªa Pazos, recuerda que en Suecia hay sectores enteros organizados en este tipo de jornada, "que los hombres no quieren y a la que se acogen las mujeres, aunque no les permite ganar tanto", dice. Por tanto, eso s¨®lo pueden hacerlo aquellas madres cuya pareja tambi¨¦n gane dinero, pero las mujeres solteras tienen que trabajar a tiempo completo.
Pero tanto padres como madres tienen dos meses de permiso maternal intransferible, as¨ª que, aunque no es obligatorio, si no lo cogen, lo pierden sin m¨¢s. "Por eso los hombres all¨ª cada vez lo cogen m¨¢s", afirma Pazos.
En aquellos lugares donde es intercambiable la estad¨ªstica demuestra que es la madre la que acaba qued¨¢ndose con el cr¨ªo. El padre se pierde la crianza, por supuesto, pero la mujer no gana seguridad ni prestigio para su empleo.
En Portugal hay obligatoriedad para el padre, pero s¨®lo para una semana; el resto, tres, son voluntarias. Por lo dem¨¢s, la obligatoriedad no se reconoce en casi ning¨²n sitio, aunque pa¨ªses como Suecia presentan buenos resultados sin necesidad de ello.
Pero todo esto puede sonar a cuentos chinos hoy por hoy a ministras y ejecutivas, en desigualdad de condiciones con otras mujeres por el peso de la responsabilidad que desempe?an. ?C¨®mo compatibilizar¨¢ la ministra? No ha respondido a¨²n con precisi¨®n. Algunos estudios internacionales solventes, como el efectuado por Catalyst sobre las 500 mayores empresas del mundo no dejan espacio a la duda: "Las empresas con m¨¢s directivas obtienen mejores resultados".
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