Soledades y corredores
Primavera y naturaleza siempre van de par, por lo que no es extra?o que proliferen los deportes al aire libre. Esa manera de primaverizarse el cuerpo. O seg¨²n. Resulta que un corredor de fondo, pero preso, aprovech¨® la media marat¨®n de Zamora para fugarse de la c¨¢rcel de Topas, donde a¨²n deb¨ªa cumplir dos meses de condena. Nadie sabe su paradero, por lo que se especula con eso, con que se ha fugado. ?Pero y si ebrio de libertad todav¨ªa sigue corriendo por ah¨ª en una especie de supermarat¨®n personal, en un pulso contra su mal pasado? En La soledad del corredor de fondo, Alan Sillitoe plantea una situaci¨®n parecida. Un preso participa en el campeonato de cross de Inglaterra. Es el favorito, seg¨²n el director de la c¨¢rcel donde al corredor le quedan seis meses de condena por cumplir. Al comenzar la carrera, el director de la prisi¨®n le recomienda que sea honesto. Queriendo decirle seguramente que no aproveche la carrera para darse a la fuga. El corredor, en su soledad, decide ser honesto a su manera. Se dejar¨¢ adelantar poco antes de la meta s¨®lo para fastidiar al director y aun a sabiendas de que ¨¦ste se lo har¨¢ pagar caro. Porque para el corredor de fondo, en su soledad, ser honesto equivale a no hacerle el caldo gordo al director de la c¨¢rcel.
En la carrera guipuzcoana a la que asistimos s¨®lo hay cabezoner¨ªa.
Como habr¨¢n podido comprobar no se trata de una situaci¨®n propia, s¨®lo de c¨¢rceles y corredores de fondo. El dilema sobre la honestidad desborda las medias maratones y las carreras de cross. En el caso del corredor digamos zamorano, mantenerse fiel a s¨ª mismo implicaba escaparse. En el del corredor ingl¨¦s, quedarse. Aunque ambos obedec¨ªan al mismo principio de base: no pasar por el aro de la autoridad. Con el factor a?adido, en el caso del corredor ingl¨¦s, de que su gesto es m¨¢s rebuscado y le proporciona una satisfacci¨®n que entra en conflicto con las represalias que tomar¨¢ el director de la c¨¢rcel.
Yo no s¨¦ que suceder¨ªa si traslad¨¢ramos la carrera de cross o la media marat¨®n a Guip¨²zcoa y si cambi¨¢ramos la condici¨®n de presos de los corredores por la de nacionalistas. Bueno, s¨ª s¨¦ que, de entrada, fuera cual fuese el dilema en presencia, me resultar¨ªa menos simp¨¢tico que el que se les plante¨® a los corredores presos o a los presos corredores.
Quedar¨ªa eso s¨ª, una similitud superficial e h¨ªbrida. De entrada, el corredor nacionalista guipuzcoano, no parar¨ªa de correr. Pose¨ªdo del furor motriz que le es propio, correr¨ªa y correr¨ªa hasta llegar m¨¢s all¨¢ de la meta, procurando, eso s¨ª, llegar el primero siempre, hasta la consumaci¨®n de los siglos. Su peculiar sentido de la honestidad le llevar¨ªa precisamente a eso, a correr y correr derecho por delante de s¨ª, atravesando cuantas paredes le salieran al paso sin importarle que fuesen maestras. Paredes maestras para la sociedad y para su propio partido.
?Qu¨¦ le importar¨¢ a un mocet¨®n de Andoain lo que pueda opinar su jefe? A diferencia del corredor de fondo ingl¨¦s, el corredor guipuzcoano no ser¨ªa consecuente consigo mismo porque, si no, tendr¨ªa que salirse del marco. Y es en ese marco donde s¨®lo puede contar algo. Salirse, o sea fugarse para crear su propio marco en una reedici¨®n de ciertas escisiones. Demasiada soledad para un mediocre corredor de fondo. Porque la cabezoner¨ªa nunca ha sido muestra de brillantez. Y en la carrera guipuzcoana a la que asistimos s¨®lo hay cabezoner¨ªa. (Mientras, se pierde el campeonato).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.