"Nos pueden volver a mentir"
Alumnos que visitaron la central piden un control radiactivo imparcial
"No me lo puedo quitar de la cabeza: Han jugado con nosotros y no sabemos qu¨¦ puede pasar ahora o en unos a?os", lamenta Aida Masseg¨², 16 a?os y delegada de la clase C del colegio Maristes de Girona. Aida es una de las 20 estudiantes que el 4 de abril visit¨® la nuclear de Asc¨®. El destino y la imprudencia de la central les hizo una mala pasada porque solo un d¨ªa despu¨¦s Greenpeace denunci¨® la fuga radiactiva. Asc¨® ya hab¨ªa detectado la fuga radiactiva el 14 de marzo, 21 d¨ªas antes de la visita escolar.
La central ha ofrecido a estos alumnos someterse a un control radiactivo para que confirmen que no se han contaminado. No solo a ellos: tambi¨¦n a las 800 personas, entre las que figuran alumnos de otros cinco colegios, como el Sant Pau de Tarragona, que han visitado la central desde noviembre cuando se produjo el vertido de agua que acabar¨ªa ocasionando la fuga exterior. Aida y su madre piden pasar la revisi¨®n con alguien imparcial y ajeno a la central. "Nos pueden volver a mentir", avisa.
"Ahora seremos m¨¢s inteligentes: desde que fui tengo alergia a ir a clase", bromeaban ayer los alumnos mientras com¨ªan en un bar junto al colegio. Pero la mayor¨ªa est¨¢n preocupados y dicen que sus familias lo pasan mal. Critican a la central por no haber informado y reprochan a su colegio no reaccionar a tiempo. Pero sobre todo, quieren despejar dudas pasando por el detector de radiaciones. "Mi padre es m¨¦dico y est¨¢ inquieto. Lo ha comentado con un colega f¨ªsico y espera su respuesta", explica Artur Izquierdo, de 16 a?os. Laia Casals, de 15 a?os y delegada de la clase B, recela: "Si lo sab¨ªan desde noviembre, ten¨ªan que haberlo dicho y dejar que la gente decidiera ir o no a la visita. No tienen credibilidad".
Cuentan que la excursi¨®n dur¨® m¨¢s de dos horas y que fue "aburrida". "Para ver un v¨ªdeo de 16 minutos, nos lo pod¨ªan haber enviado y as¨ª nos hubi¨¦ramos ahorrado el viaje", a?ade Artur. Su hermano mayor visit¨® la central hace cuatro a?os, y entonces "visitaron incluso la chimenea nuclear". Ellos sospechan que su excursi¨®n, realizada en autocar y por las zonas exteriores al reactor, fue as¨ª "porque ya sab¨ªan que hab¨ªa riesgo".
La noticia de la fuga la supieron viendo un informativo. "Nos quedamos de piedra: mi madre se puso de los nervios", recuerda Meritxell Carri¨®n. Tres d¨ªas despu¨¦s pidieron explicaciones al colegio. "La escuela nos envi¨® una carta. Tambi¨¦n nos escribieron de Asc¨®", explica Meritxell. Pero lo "m¨¢s fuerte" fue cuando la central subi¨® el nivel de gravedad del incidente al reconocer que la fuga fue cien veces m¨¢s grave de lo admitido al principio. "Entonces comenz¨® la pesadilla", dice Cristalina S¨¢nchez, que no entiende por qu¨¦ los profesores intentan tranquilizar. "Dicen que no pasa nada, que es una exageraci¨®n, pero queremos hacernos las pruebas". El colegio y los padres decidir¨¢n hoy si regresan o no a Asc¨® para someterse al detector radiactivo.
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