Siete ni?os en una guarder¨ªa vac¨ªa
La primera huelga de escuelas p¨²blicas infantiles contra la reducci¨®n de la calidad de los servicios a los ni?os logra un respaldo masivo
El cartel cubre el lateral de la fachada. "No es por m¨ª, es por tu hijo". La escuela infantil p¨²blica Alfar, en Vallecas, est¨¢ casi vac¨ªa a las nueve de la ma?ana. S¨®lo han entrado cinco de sus 90 alumnos. Un grupo de maestras explica en la puerta a los pocos padres que llegan con sus hijos que hoy est¨¢n de huelga, mientras pintan m¨¢s pancartas para colgarlas en los trozos de muro que a¨²n est¨¢n limpios. Cecilia aparece con su ni?a Melanie de la mano. Y como llega, se da la vuelta. "Nos marchamos porque trabajo por la tarde y ahora puedo cuidarla un ratito". Apoya a los maestros porque "juntar a 20 ni?os en una clase es una barbaridad".
El decreto regional que establece los requisitos m¨ªnimos para abrir una guarder¨ªa, aprobado en marzo por la Comunidad de Madrid, ha puesto en pie de guerra al sector educativo. Claman por la "dignidad" de la ense?anza infantil y contra lo que consideran una privatizaci¨®n encubierta del sector. 5.000 docentes de esta etapa estaban ayer llamados a la primera huelga de la historia de las escuelas infantiles p¨²blicas de Madrid, donde cada d¨ªa acuden 27.000 menores de seis a?os. La respaldaron m¨¢s del 90%, seg¨²n los convocantes, o el 53%, seg¨²n la Consejer¨ªa de Educaci¨®n, que fij¨® los servicios m¨ªnimos en el 25% del personal.
El a?o pasado 30.000 alumnos se quedaron en lista de espera
El documento de m¨ªnimos rebaja la cualificaci¨®n necesaria para trabajar como educador y aumenta el n¨²mero m¨¢ximo de alumnos por aula. En las clases de uno a dos a?os pasar¨¢ de 12 a 13 menores. En el tramo de dos a tres a?os, de 16 a 20. Y permitir¨¢ abrir centros sin patio propio. Basta un espacio p¨²blico cercano al que se pueda acceder sin cruzar una carretera para que los ni?os vayan al recreo.
Nada que ver con otro centro de Vallecas -que la directora ense?a a cambio de que no aparezca el nombre-. Todo el recinto est¨¢ rodeado de grandes ventanales. Desde cada uno se ve y se accede a un enorme patio con espacios separados para cada edad por peque?as vallas. Ninguno de sus 150 alumnos corretea hoy entre los columpios. Aulas diferenciadas, cocina propia, biblioteca, un rinc¨®n donde los ni?os toman contacto con el ordenador... Siete peque?os juegan en la sala de la entrada a primera hora de la ma?ana. Ira, de 41 a?os, entrega a su hijo a la carrera porque asegura no puede dejarlo en otro sitio. "Todos mis familiares trabajan". Se va corriendo a la casa de Rivas Vaciamadrid donde est¨¢ empleada como servicio dom¨¦stico. Comparte la protesta, asegura, pero el deber manda.
"No entiendo por qu¨¦ quieren meter a m¨¢s ni?os aqu¨ª, tendr¨ªan que abrir m¨¢s escuelas", comenta Milagros, con su hijo Dani, de dos a?os, en brazos. Han pasado por el centro por casualidad, para saludar a las maestras. Ambos secundan la huelga en la escuela Alfar. Ellas pueden comparar. El ni?o, de dos a?os, pas¨® su primer a?ito en la privada. Lo que m¨¢s le gusta de la p¨²blica es que la dejan entrar con su hijo al centro y no la obligan a soltarlo en la puerta sin m¨¢s. Tambi¨¦n el personal, la comida... y el precio. Antes pagaba 400 euros al mes. Ahora, 128.
"Casi todos los padres nos apoyan y se han quedado con sus hijos", explica una docente. La Federaci¨®n de Asociaciones de Padres de Alumnos (FAPA) Giner de los R¨ªos, que representa al 80% de asociaciones de la regi¨®n, respalda la protesta. "El decreto no ha tenido en cuenta los derechos de los ni?os ni la calidad, s¨®lo la cantidad", explica su portavoz, Jos¨¦ Luis Pazos. La Consejer¨ªa defiende que las nuevas ratios del decreto permitir¨¢n que 3.000 ni?os m¨¢s accedan a una plaza el a?o que viene. Sumadas a otras 3.300 creadas este a?o, ofertan 6.600 vacantes m¨¢s.
La cifra no basta. El a?o pasado 30.000 ni?os se quedaron en lista de espera, seg¨²n los sindicatos, que ven un intento de privatizaci¨®n del sector tras la normativa. "Quieren abaratar la escuela infantil para poder privatizarla m¨¢s tarde", seg¨²n un portavoz de UGT. "La soluci¨®n no es privatizar y fomentar la proliferaci¨®n de guarder¨ªas garaje o chiringuitos, sino desarrollar la red p¨²blica", a?ade otro de CC OO.
"Un gran retroceso"
"Tratar de arreglar la carencia de plazas a costa de la calidad educativa es un gran retroceso", sostiene Mario Mart¨ªn, experto en Pedagog¨ªa de la Universidad de Alcal¨¢ de Henares. "La comunidad educativa no sale de su asombro, est¨¢bamos orgullosos de nuestro modelo y creo que en Madrid est¨¢ dejando de ser un referente". Mart¨ªn asegura que el decreto que regula los requisitos m¨ªnimos reci¨¦n aprobado por la Comunidad de Madrid "no se ha pensado en clave pedag¨®gica, s¨®lo en clave de gesti¨®n"."Con 20 ni?os de uno a dos a?os por aula y profesional [cuatro ni?os m¨¢s que antes del decreto] no se puede garantizar la seguridad f¨ªsica de los peque?os y, menos a¨²n, su desarrollo emocional", a?ade Carmen Ferrero, portavoz de la Junta de Portavoces de Escuelas Infantiles que tambi¨¦n secunda la huelga. Pepa Alcrudo, de la Plataforma 0-6, apunta m¨¢s arriba. "Pedimos al Gobierno de Espa?a que regule los m¨ªnimos para evitar situaciones como ¨¦sta". Alcrudo sostiene que de la Ley Org¨¢nica de Ense?anza (LOE) "han salido las grietas por las que se escapan a chorros todos los abusos que vemos ahora".
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