Entre Hamburgo y Estambul
El novelista turcoalem¨¢n Feridun Zaimoglu narra una infancia de dolor, miseria, dureza y violencia, pero tambi¨¦n de amor, deseo, sexo prohibido y transgresiones
Es un secreto a voces en Alemania que la literatura surgida de los m¨¢rgenes ¨¦tnicos de la sociedad, la que escriben los hijos y nietos de los trabajadores extranjeros, por muy irregular que se presente a veces, tiene infinitamente m¨¢s que decir que estas novelitas de taller literario, perfectamente confeccionadas, que la mayor¨ªa de las editoriales entiende por literatura. Leyla, el emocionante relato de una infancia turca, es buen ejemplo de ello. Feridun Zaimoglu, el novelista turcoalem¨¢n m¨¢s reconocido, invoca aqu¨ª a dios y al diablo, se sienta en la alfombra multicolor del cuentacuentos oriental, y se pone a engalanar, peinar y pintar su historia. Leyla, sin embargo, no necesita tantos afeites, pues es la historia de una familia, contada desde la perspectiva de la ni?a y joven mujer que fue madre de Zaimoglu en los a?os cincuenta, primero en un pueblo de Anatolia y despu¨¦s en Estambul (de donde partir¨ªa a Alemania). Y en esta infancia hay tanto dolor, tanta miseria, dureza y violencia, mezclados con amor, deseo, sexo prohibido y transgresiones de todo tipo que mantiene en vilo la atenci¨®n del lector desde la primera hasta la ¨²ltima l¨ªnea.
"Hay un momento para la humildad, un momento para la obediencia y otro para ir a ver al se?or de la casa", ¨¦sta es una de las primeras reglas que aprende la peque?a Leyla, despu¨¦s de recibir un pu?etazo de su progenitor, igual que la de ser muda como una pared en su presencia, nunca levantar los ojos y colocarle las pantuflas en el momento en el que cruza el umbral. La incuestionable ley patriarcal que rige en casa de Halid convierte a su mujer en "puta Armenia" y a sus cinco hijos en "perros", a los que pega a su antojo, explota como esclavos y de los que abusa sexualmente. Leyla se agacha cuando caen los palos, pero no se somete. Su padre s¨®lo es "el marido de mi madre". Crece en el odio y la desconfianza hacia lo que ¨¦l representa: "El honor de los hombres no trae m¨¢s que desdichas, las peroratas de los hombres quitan el aire para respirar y el pan para comer". Lamentablemente, la traducci¨®n se aleja a menudo innecesariamente del original, ablandando el tono tajante y emocionalmente cargado del texto.
Es la detallada descripci¨®n del crudo d¨ªa a d¨ªa de esta chica -principalmente dom¨¦stico porque no se le permite salir m¨¢s que a la escuela- lo que constituye el gran atractivo de la novela. Transcurre en un mundo de mujeres que en el espacio ¨ªntimo buscan resarcirse de las limitaciones y desdichas de sus existencias. En la cocina, en el haman, en las largas horas de bordar y coser el ajuar -actividades que se recrean mimosamente, pero sin edulcorar-, Leyla conoce el cari?o, la belleza, la sensualidad. Zaimoglu ha conseguido esquivar la coloraci¨®n pintoresco-folcl¨®rica tan propia de novelas ubicadas en escenarios parecidos y ha optado por una especie de realismo subjetivo, que, a trav¨¦s de la mirada so?adora pero l¨²cida de la ni?a, compone un cuadro social muy matizado.
As¨ª es como no s¨®lo se comprende que las circunstancias infrahumanas marcaron el car¨¢cter y destino de muchos inmigrantes que vinieron a Alemania para sostener con su mano de obra el "milagro econ¨®mico", y de cuya escasa integraci¨®n recientemente surgieron de nuevo tantas quejas. La novela transparenta tambi¨¦n -y esto es aplicable a muchos pa¨ªses isl¨¢micos de hoy- c¨®mo funciona una sociedad que mantiene en pleno siglo XX estructuras premodernas. Zaimoglu deja atr¨¢s la denuncia de la marginaci¨®n y mira hacia las ra¨ªces orientales de los turcoalemanes. En esto se asemeja al joven director de cine Fatih Akin (Al otro lado): a sus personajes atormentados ya no les mueve la marginaci¨®n social o la falta de perspectiva laboral, sino la lucha por unas se?as de identidad perdidas en el camino entre Hamburgo y Estambul. -
Leyla. Feridun Zaimoglu. Traducci¨®n de Valent¨ªn Ugarte. 451 Editores. Madrid, 2008. 503 p¨¢ginas. 20,67 euros.
El 'kanaksprak' entra en la literatura
En Alemania ha crecido en los ¨²ltimos 20 a?os una nueva rama de literatura que nace y gira en torno a la inmigraci¨®n y se escribe en alem¨¢n. Los frutos que da son cada vez m¨¢s abundantes y diversos: desde la novela autobiogr¨¢fica hasta la policiaca, desde obras dram¨¢ticas hasta la s¨¢tira cultural. Uno de los m¨¢s brillantes representantes de esta literatura, Feridun Zaimoglu, acu?¨® (y redimi¨® al mismo tiempo) un t¨¦rmino peyorativo para el lenguaje mestizo que emplean muchos alemanes de origen extranjero: kanak prak, idioma de los kanaken, como denomina un insulto popular alem¨¢n a los extranjeros "morenos". El kanaksprak ha entrado en la literatura como ocurri¨® con el spanglish en Estados Unidos.
Pero poco tienen que ver sus manifestaciones iconoclastas con la llamada "literatura del inmigrante", centrada principalmente en el choque de cultura con el pa¨ªs de acogida. Mientras la primera generaci¨®n de inmigrantes, llegada en los a?os sesenta -como la narradora turca Emine Sevgi ?zdamar, el poeta de origen iran¨ª Said, o el sirio Rafik Schami- todav¨ªa se esforzaba por obviar su ex¨®tica otredad y se debat¨ªa con el idioma, los nietos reivindican su estatus de descastados y se divierten con jergas urbanas, dialectos y anglicismos. En lo que ahora escriben la h¨²ngaro-alemana Zsuzsa B¨¢nk (El nadador, Acantilado), el b¨²lgaro-alem¨¢n Iliya Troyanov (El buscador de mundos, Tusquets) o el kurdo-alem¨¢n Sherko Fatah (Tierra de frontera, Siruela) se manifiesta una tradici¨®n literaria y una concienciaci¨®n alemanas, ocupadas con cuestiones existenciales de largo alcance pol¨ªtico -sociedades paralelas, traumas b¨¦licos, nuevos conceptos de identidad nacional- que nos ata?en a todos los que vivimos en sociedades cada vez m¨¢s mestizas. -
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