La perversi¨®n de los ideales: Italia
Las ¨²ltimas elecciones italianas y sus resultados ofrecen una ilustraci¨®n paradigm¨¢tica de la corrupci¨®n de la pol¨ªtica democr¨¢tica que he comenzado a comentar en esta columna. Corrupci¨®n que se delata en la malversaci¨®n de los principios y en su pandem¨®nium ideol¨®gico; en la mediocridad, a la par que en el envilecimiento de muchos de sus actores individuales (los pol¨ªticos) y colectivos (los partidos); en el descr¨¦dito de la mayor¨ªa de sus pr¨¢cticas; en la falsificaci¨®n del lenguaje y de los signos; en la producci¨®n de una devastadora desigualdad entre personas y pa¨ªses.
El s¨¢bado, al presentar los ideales del liberalismo democr¨¢tico, se insisti¨® en que, m¨¢s all¨¢ del mercado, su referente principal es el individuo y el marco jur¨ªdico que hace posible el pleno ejercicio de su libertad. Ese prop¨®sito encuentra su mejor cumplimiento en el ¨¢mbito de la sociedad civil, siempre amenazada por el Estado y las pol¨ªticas gubernamentales, cuyo espacio hay que reducir a la m¨ªnima expresi¨®n.
La politizaci¨®n total de la acci¨®n p¨²blica coincide con el m¨¢ximo desprestigio de la pol¨ªtica
Pues bien, Silvio Berlusconi, jefe de Gobierno en dos ocasiones anteriores, ganador absoluto de estos comicios y uno de los hombres m¨¢s ricos de Italia, as¨ª como su coalici¨®n de fuerzas autodenominada Pueblo de la Libertad, al mismo tiempo que se proclaman liberales y dem¨®cratas se comportan como sus m¨¢s acerbos antagonistas. Por de pronto, integran en su coalici¨®n la Alianza Nacional de Gianfranco Fini, heredera del fascismo italiano, que se honra con una nieta del duce y conf¨ªa a una militante como la abogada Giulia Bongiorno, defensora de Giulio Andreotti en los dos juicios que se le hicieron por asociaci¨®n mafiosa, la cartera de ministro de Justicia. Reservan despu¨¦s el Ministerio del Interior a Roberto Maroni, que es el n¨²mero dos de la Liga del Norte, cuyo ultranacionalismo regional tiene en su presidente, Umberto Bossi, su portavoz m¨¢s eficaz, que no se recata en decir que la medida m¨¢s eficaz contra la inmigraci¨®n ilegal son las ametralladoras, que Roma es una ladrona y que "la limpieza ¨¦tnica debe comenzar por los maricones". Gianni Letta, el brazo derecho de Berlusconi, vigilar¨¢ desde la vicepresidencia, o una posici¨®n central an¨¢loga, que este imparable dispositivo no s¨®lo controla la pol¨ªtica, sino que ocupa todo el espacio de la sociedad. O, para decirlo con palabras de Franco Rositi, uno de los m¨¢s agudos cient¨ªficos sociales italianos, estas elecciones han servido para desmontar el Estado de derecho en Italia, condici¨®n necesaria para someterlo todo a la voluntad pol¨ªtica del Gobierno, que es precisamente el antiideal liberal.
Esta politizaci¨®n total de la acci¨®n p¨²blica, extendida a todos los espacios societarios, coincide adem¨¢s con el m¨¢ximo desprestigio de la pol¨ªtica, como prueban el ¨¦xito de El Caim¨¢n, parodia burlesca que Nanni Moretti ha dedicado a Berlusconi, y la extraordinaria notoriedad e influencia del humorista pol¨ªtico Beppe Grillo, cuyo blog, centrado en la cr¨ªtica de la pol¨ªtica, es uno de los m¨¢s visitados del mundo y cuya convocatoria del V-Day, d¨ªa de la verg¨¹enza, moviliz¨® a m¨¢s de 20 millones de personas en 20 ciudades de Italia.
Cuando este extraordinario empresario reiteradamente procesado y en alguna ocasi¨®n condenado, cuya compatibilidad con la Mafia puso de relieve la sentencia a nueve a?os de su ¨ªntimo colaborador Cesare Previti y la de Dell'Utri, cofundador de Forza Italia, alcance su meta de conquistar la presidencia de la Rep¨²blica se habr¨¢ quedado con el Estado italiano como antes se qued¨® con la televisi¨®n y habr¨¢ cerrado gloriosamente el ciclo de la absoluta privatizaci¨®n de la pol¨ªtica, mediante la absoluta politizaci¨®n de lo privado.
Lo que es posible porque, como sostiene Guido Martinotti, a quien tanto debe la institucionalizaci¨®n de la sociolog¨ªa en Italia y en el mundo, la Rep¨²blica (como Res Publica) ya no existe en su pa¨ªs. Con lo que sin el marco global republicano; sin la presencia parlamentaria de los partidos de la izquierda real, con el Arco Iris reducido a poco m¨¢s del 3% desde el 10% anterior y con los socialistas de Boselli apenas llegando al 1%; con una estructura judicial fr¨¢gil y politizada que la se?ora Bongiorno se encargar¨¢ de tener a raya; con un empresariado d¨®cil y ganado a la causa del capitalismo puro, al que, por boca de Giulio Tremonti, reci¨¦n nombrado ministro de Econom¨ªa, todos los males le vienen de la globalizaci¨®n y de mayo del 68; y con una esfera de la comunicaci¨®n que s¨®lo se mueve de su mano es evidente que toda oposici¨®n ser¨¢ casi imposible. S¨®lo quedar¨¢n por liquidar algunos n¨²cleos intelectuales, pero la limpieza de personas y doctrinas ya est¨¢ servida. Se anuncia en efecto la revisi¨®n en los textos escolares de la presentaci¨®n de la lucha antifascista con el fin de acomodar su memoria hist¨®rica a los designios del poder pol¨ªtico. Queridos Franco, Eva, Guido, Marino, ?qu¨¦ ha sucedido con nuestras esperanzas italianas?
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