?Ay, Malos Aires querido!
A Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner se le pone todo imposible desde que lleg¨® a la Casa Rosada hace m¨¢s de tres meses. La presidenta argentina tiene p¨¦simas relaciones con la prensa, su litigio con los agricultores no est¨¢ del todo resuelto y evoca en algunas de sus acciones el rancio nacionalismo demag¨®gico peronista. Su ¨²ltimo suplicio es la gigantesca nube de humo que desde hace tres d¨ªas se extiende por buena parte del delta del Paran¨¢ y que afecta especialmente a la capital, Buenos Aires. La mandataria, desde luego, no es culpable directa de la situaci¨®n que desdice el nombre de la ciudad porte?a. Sin embargo, la ciudadan¨ªa acusa al Gobierno de haber reaccionado tarde a la vasta contaminaci¨®n atmosf¨¦rica, debida a los numerosos incendios que se han declarado por la irresponsabilidad de muchos granjeros en la quema de pastizales. Se calcula que cerca de 70.000 hect¨¢reas de rastrojos han sido destruidas en lo que va de a?o en las provincias de Buenos Aires y Entre R¨ªos. Es una pr¨¢ctica habitual que utilizan los agricultores argentinos para evitar arar y ahorrarse combustible.
Fern¨¢ndez les acusa de estar provocando los m¨¢s de 300 focos de incendios que se han declarado durante estos d¨ªas y que han causado varios muertos. "El humo es por irresponsabilidad humana", asegura la presidenta. Las organizaciones agrarias sostienen que en gran parte es debido a la fuerte sequ¨ªa que azota el pa¨ªs. Esta fricci¨®n entre el Gobierno y el sector agropecuario puede hacer peligrar la tregua de un mes que los agricultores han dado en su huelga de protesta por la subida de los impuestos a la exportaci¨®n de grano.
Los cronistas cuentan que caminar por la capital es como moverse entre tinieblas. La capa de humo ha obligado a restringir los accesos a la ciudad. El puerto ha sido cerrado; tambi¨¦n el aeropuerto para vuelos interiores. Camiones bloqueados, clases suspendidas, problemas respiratorios, ojos irritados. Buenos Aires se ha convertido en una masa oscura: un sarcasmo. Ahora s¨ª que est¨¢ justificado que los porte?os acudan al psicoanalista, porque se examinan bajo un prisma negro. Miran al cielo esperando a que sople el viento.
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