Sobre la pederastia

Es dif¨ªcil creer que sean puro teatro las palabras del Papa lamentando los m¨²ltiples casos de pederastia en el clero, que tanto da?o han hecho a la Iglesia cat¨®lica; m¨¢xime cuando ha asumido su parte de responsabilidad, al reconocer la "mala gesti¨®n" del esc¨¢ndalo. Por ello, creo que hay que recordar ahora, para ir a la ra¨ªz del problema, el "aunque expulses a la naturaleza con un cuchillo, volver¨¢ al galope" de Horacio; o el "quien quiere hacer el ¨¢ngel, hace el bestia" de Pascal.

Quiz¨¢ as¨ª se pueda comprender mejor c¨®mo los cl¨¦rigos de otras iglesias cristianas -o del mismo rito ortodoxo cat¨®lico-, donde no rige al celibato obligatorio, pueden repetir hoy con menos reparos el evang¨¦lico "Dejad que los ni?os se acerquen a m¨ª".

No faltar¨¢n quienes, impermeables a cualquier argumento que apele a la raz¨®n -que espero refleje aqu¨ª mis muchos lustros de estudio y licenciaturas en universidades eclesi¨¢sticas y civiles-, intenten de entrada tapar mi voz. Reclamo entonces mi derecho a expresarme como v¨ªctima directa de m¨²ltiples abusos por parte de diversos cl¨¦rigos en un colegio religioso; abusos que, no por ser "imperfectos" y no inferirme de inmediato un trauma brutal, no han dejado de perjudicar gravemente el curso de mi vida, como puedo calibrar mejor desde la relativa serenidad que proporciona la vejez, desde la que doy mi testimonio y razones para procurar evitar que se repitan hechos tan lamentables.