Gasol abre a lo grande el camino a los Lakers

Hace un par de d¨ªas, Charles Barkley, enorme jugador en todos los sentidos y una de las bocas m¨¢s afiladas del deporte mundial, comparaba lo que hicieron los americanos con los indios con lo que perpetraron los Lakers al fichar a Gasol por casi nada. Un robo de grandes proporciones. Seg¨²n van pasando los partidos, esta sensaci¨®n se confirma al comprobar el salto cualitativo en todos los niveles de juego que les ha dado la llegada del espa?ol. Ayer, en el primer partido de los playoffs, dio un sonoro pu?etazo en la mesa para terminar con su nefasta racha de doce derrotas en doce apariciones en los mismos. Sus estratosf¨¦ricos n¨²meros -36 puntos (14 de 20 tiros de 2, 8 de 8 en los libres), 16 rebotes y 8 asistencias- hablan de una actuaci¨®n definitiva. Pero, as¨ª escritos y a pesar de su excepcionalidad, no lo dicen todo. Los puntos los reparti¨® equilibradamente entre la primera y la segunda parte, lo que demuestra que su producci¨®n fue constante. En el tercer cuarto, minutos en los que los Lakers destrozaron a sus rivales con un parcial de 39-22, la omnipresencia de Gasol y sus conexiones con el resto del equipo fueron continuas hasta que deshicieron por completo la resistencia de los Nuggets, que dieron por finalizado su primer intento de ganar un partido en la serie. En definitiva, que, ante la mirada expectante del universo baloncest¨ªstico, ilusionado al comprobar c¨®mo un equipo m¨ªtico como los Lakers vuelve a aspirar a lo m¨¢ximo, Gasol respondi¨® a lo grande, aumentando su cada d¨ªa mayor prestigio como jugador.

Casi ninguna de las acciones de Pau fue prescindible, pues el partido fue algo indigesto. M¨¢s si cabe cuando los Lakers salieron mucho m¨¢s enchufados que sus rivales. Los primeros minutos mostraron las credenciales de cada uno. El juego armonioso y solidario de la gente de Phil Jackson y la anarqu¨ªa no exenta de grandes dosis de talento individual de estos Nuggets a los que les gusta tanto atacar como poco defender. Cuando eres tan bueno en un lado y tan desastroso en otro, s¨®lo tienes un camino para el ¨¦xito: meterlas. No lo hizo Iverson en el comienzo del partido y los Lakers cogieron diez puntos de ventaja como si nada (23-13 a los seis minutos). Pese a ello, algo se empez¨® a intuir. La mu?eca de Bryant no andaba fina. Con Gasol y Odom estaba siendo suficiente, pero, poco a poco, el juego fue cambiando de din¨¢mica. Hay algo de desquiciante en el estilo de los de Denver. No obedecen a los c¨¢nones habituales, juegan a la carrera, se la tiran en cuanto pueden y conf¨ªan en sus robos y tapones, en los que son los mejores de la NBA. Su desorden termin¨® por contagiar a los Lakers. Encima, sali¨® el lituano Kleiza y decidi¨® que Los ?ngeles es una buena plaza para reivindicarse. Hizo diez puntos casi consecutivos en el arranque del segundo cuarto y se encendieron las alarmas amarillas (33-41). Pero reaccionaron bien los Lakers y, a trancas y barrancas, se fueron al descanso con dos puntitos de ventaja (58-56). Hasta aqu¨ª dur¨® el debate.

El resto fue Gasol. Y, por supuesto, Odom. Este hombre al que parece que le quitaron la sonrisa de peque?o y no hay nada ni nadie que se la devuelva, al menos p¨²blicamente, es un pedazo de jugador. Se habla mucho del entendimiento entre Pau y Kobe. Pero detr¨¢s de ellos siempre est¨¢ Odom. Para meter puntos, para dejarte con la boca abierta por su fuerza y habilidad, para reba?ar los aros lo que haga falta. Bryant pone la elegancia; Gasol, la inteligencia. Lo de Odom es otra cosa. Es una fiera. Silenciosa, pero implacable.

Bast¨® que los Lakers apretasen un poco las clavijas defensivas para cerrar el partido en el tercer cuarto. Con 20 puntos de ventaja, todos dieron por concluido el debate principal y algunos como Bryant, Iverson o Anthony se dedicaron a engordar sus estad¨ªsticas individuales. A Gasol no le hizo falta. Lo que ten¨ªa que hacer ya lo hab¨ªa hecho. Mucho y todo bueno.

Pau Gasol ya est¨¢ por delante de Kobe Bryant en lalistaWIP