Gobernar con las luces largas
Uno de los recursos t¨®picos m¨¢s utilizados en el debate pol¨ªtico, y a la vez m¨¢s absurdos es el de acusar al adversario de continuismo, atribuyendo al concepto una carga negativa que no se discute ni requiere mayor demostraci¨®n. Llamar al otro continuista es muy c¨®modo, porque le pone a la defensiva y ahorra el esfuerzo de argumentar sobre el fondo de los temas.
Digo yo que el continuismo ser¨¢ bueno o malo seg¨²n lo que se pretenda continuar. Si se inicia un proyecto pol¨ªtico y cuatro a?os despu¨¦s la gente lo vuelve a apoyar ser¨¢, entre otras cosas, para que termines lo que has empezado. As¨ª que para m¨ª lo grave en este supuesto no ser¨ªa el continuismo, sino la discontinuidad: gobernar prescindiendo de lo que has hecho hasta ahora.
Continuidad, s¨ª, pero no inercia, sino impulso. ?se es el sino de la legislatura que comienza
Lo que Zapatero propone es un 'aggiornamiento' radical de nuestra agenda pol¨ªtica
Zapatero ha iniciado la Legislatura con dos actuaciones que se?alan el rumbo de los pr¨®ximos a?os: la presentaci¨®n de su programa en la investidura y la formaci¨®n del propio Gobierno. Dos actuaciones estrechamente ligadas entre s¨ª: pocas veces ha quedado tan clara la asociaci¨®n entre las prioridades program¨¢ticas y la estructura y composici¨®n del Gobierno.
En ambos -programa y Gobierno- hay clar¨ªsimos elementos de continuidad respecto a la tarea de la anterior Legislatura. Pero ambos responden tambi¨¦n muy claramente a una visi¨®n de conjunto totalmente alejada de la inercia. Todas las prioridades formuladas en el discurso de investidura y los cambios en la estructura y en la composici¨®n del Gobierno tienen una interpretaci¨®n relacionada con el futuro.
A mi juicio, los dos rasgos m¨¢s destacados de la propuesta de Zapatero para la Legislatura son la contemporaneidad de sus prioridades y la naturaleza estrat¨¦gica de sus pol¨ªticas, en el sentido de que contienen opciones de fondo y con alcance de medio y largo plazo.
La propuesta arranca de algunas convicciones de calado:
a) Que cuando salgamos de la crisis que la econom¨ªa mundial se dispone a atravesar, ya nada ser¨¢ igual para nadie. Que los elementos que nos han permitido mantener un crecimiento intenso y un aumento del bienestar ya no garantizan el futuro. Que en funci¨®n de lo que hayamos hecho en este tiempo, estaremos mejor o peor situados para aprovechar una eventual fase expansiva de la econom¨ªa. Que el futuro econ¨®mico de cada pa¨ªs depender¨¢, en primer lugar, de su inteligencia disponible, en forma de ciudadanos capacitados y en forma de recursos tecnol¨®gicos. Que un nuevo modelo de crecimiento significa un nuevo modelo de producci¨®n, de distribuci¨®n y de consumo; de organizaci¨®n del trabajo; de competitividad. Es decir, una nueva econom¨ªa. Adem¨¢s de combatir los efectos inmediatos de la desaceleraci¨®n econ¨®mica, hay que hacer posible la aceleraci¨®n posterior en una pista de rodaje completamente distinta a la que hemos conocido hasta ahora.
b) Que el cambio clim¨¢tico no plantea tan s¨®lo un problema medioambiental, sino un problema general de sistema socioecon¨®mico. Que la propia lucha por la subsistencia del planeta a la que estamos abocados nos brinda unas cuantas oportunidades de transformaci¨®n econ¨®mica, social y cultural que deber¨ªamos aprovechar.
c) Que el ¨²nico enfoque sensato de la pol¨ªtica de inmigraci¨®n es el que la liga a las demandas y las posibilidades del mercado de trabajo y a la vez ayuda al desarrollo de los pa¨ªses de origen e incentiva el retorno como una posibilidad deseable.
d) Que la igualdad de hombres y mujeres ya no es tan s¨®lo un problema de justicia hist¨®rica, sino de eficiencia social. Las sociedades que sigan considerando a la mitad femenina de su poblaci¨®n como poblaci¨®n inactiva o activa a medias perpet¨²an una discriminaci¨®n inaceptable; pero adem¨¢s, asumen una desventaja insuperable.
e) Que en el camino de la modernizaci¨®n de Espa?a le ha llegado la hora a la Administraci¨®n P¨²blica. Y en primer lugar a su ¨¢mbito m¨¢s obsoleto en medios y en procedimientos, la Administraci¨®n de Justicia.
f) Que la revoluci¨®n que vivimos es tecnol¨®gica y econ¨®mica, pero tambi¨¦n demogr¨¢fica. Y que esa nueva realidad social obliga a buscar y asentar nuevos patrones de convivencia y de integraci¨®n.
Lo que Zapatero ha propuesto es un aggiornamiento radical de nuestra agenda pol¨ªtica. Que dejemos para siempre de discutir sobre curas y sobre banderas. Que las chocarrer¨ªas con las que algunos miembros de la caverna han recibido a la Ministra de Defensa y a las dem¨¢s mujeres del Gobierno no provoquen m¨¢s que una triste sonrisa. Que el debate pol¨ªtico se parezca m¨¢s a la Espa?a de hoy que a la de las Cortes de C¨¢diz.
Ese es tambi¨¦n el gran desaf¨ªo de la derecha. Las elecciones no s¨®lo han derrotado a la estrategia de la crispaci¨®n como v¨ªa para recuperar el poder; tambi¨¦n han condenado un temario. Adem¨¢s de cambiar los ademanes, la derecha espa?ola debe empezar a pensar en serio sobre cuestiones que hasta ahora han estado fuera de sus preocupaciones.
Continuidad s¨ª, por tanto, pero no inercia, sino impulso. Ese es el sino de la Legislatura que comienza.
S¨®lo hemos de seguir batallando con un fantasma del pasado: ETA y su violencia. ETA es lo que queda del franquismo en la Espa?a del siglo XXI. Pero su final es conocido, aunque a¨²n no tenga fecha.
Jos¨¦ Blanco es secretario de Organizaci¨®n del PSOE
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