Un presidente "marxista ladrillista"
?ngel Torres, intermediario de suelo y ex propietario de bingos y bares, ha convertido al Getafe en una proeza consolidada
El hombre con mayor olfato para formar equipos de la Primera Divisi¨®n trabaja solo. O en todo caso, s¨®lo con los de su m¨¢xima confianza. "En mi empresa s¨®lo est¨¢ mi secretaria. De 10 a 2". Y en el f¨²tbol, los justos. "Mientras yo sea el presidente, no mandar¨¢ nadie m¨¢s. Con mi dinero me divierto yo y mi gente". Y punto.
?ngel Torres, de 56 a?os, presidente del Getafe, empresario y padre de tres hijos, est¨¢ de moda. Su equipo, que dirige y posee desde hace siete a?os, es una m¨¢quina de encadenar proezas. Modesto en todo, le ha sacado los colores al Real Madrid, al Barcelona o al Bayern de M¨²nich, y aunque con dolorosas derrotas, se ha plantado dos a?os seguidos en la final de la Copa del Rey. El equipo es un trampol¨ªn. Entrenar hoy al Getafe es dirigir ma?ana a un grande de Europa. Y Torres, quiz¨¢ pensando en otras cosas, ha puesto a su ciudad en el mapa de Europa. "Beckenbauer se acordar¨¢ toda su vida de d¨®nde est¨¢ Getafe", solt¨® tras la eliminatoria de la UEFA.
Con 14 a?os, reci¨¦n llegado de Recas, entr¨® de aprendiz en un taller
"Cerraba tratos en un 'pub' que se compr¨®, el Lovely Club", dice un promotor
"Un apret¨®n de manos le importa m¨¢s que una escritura", se?ala Castro
Pero el Torres que hoy se abraza al Rey en un palco empez¨® de muy abajo. Agachado casi, recogiendo virutas de un taller mec¨¢nico con 14 a?os. Reci¨¦n llegado a Getafe de Recas, un peque?o pueblo de Toledo, entr¨® de aprendiz en talleres Oca?a. "Entonces ¨¦l era insignificante. Lleg¨® con unas circunstancias tr¨¢gicas, su padre acababa de morir en un accidente de tr¨¢fico", recuerda un compa?ero de aquella etapa.
El "h¨¢bil", "vehemente" y de "lengua afilada" Torres todav¨ªa no hab¨ªa nacido. Con 18 a?os se march¨® a trabajar a la f¨¢brica de electrodom¨¦sticos Kelvinator. Estall¨® la huelga entre los del mono azul, azul Getafe. Y apareci¨® la promesa sindicalista. Se meti¨® en CC OO, pero le despidieron pronto de la factor¨ªa de neveras. Y las malas noticias llegaron acompa?adas. Su madre muri¨® ese a?o. "Es el peor recuerdo de mi vida. Ten¨ªamos mucho feeling". Con 18 a?os se fue hu¨¦rfano a Mallorca.
De vuelta, tras pasar por la Marina de C¨¢diz, se meti¨® en una empresa de manufacturas de Fuenlabrada. Y al cabo de cinco a?os se volvi¨® a liar. "Quer¨ªan despedir a un compa?ero. Dije que si se iba ¨¦l, me iba yo... Nos echaron a los dos".
Y ah¨ª la vida empez¨® a dibujar al ?ngel Torres de hoy. Al que entonces apodaban El Pirri y que sent¨ªa ya una devoci¨®n infinita por el Getafe y, especialmente, por el Real Madrid. El que hoy tiene un busto de s¨ª mismo a las puertas del estadio y que posee el 70% de las acciones del club. Y el que, tras llevar al equipo al ascenso a la Primera Divisi¨®n, no pudo evitar recordarle a su casi socio e inseparable compa?ero de aventuras, el regidor Pedro Castro, que "alcaldes hay 8.000 en Espa?a, pero presidentes de clubes de Primera Divisi¨®n s¨®lo 20". "Un hombre sin educaci¨®n que se hizo en la calle", como le define un pol¨ªtico vinculado a la primera l¨ªnea de Getafe durante a?os. "Una persona que no le debe muchos favores a nadie, y que por eso se permite ser como es", seg¨²n el portavoz de IU en Getafe, Ignacio S¨¢nchez Coy.
Poco despu¨¦s lleg¨® el negocio definitivo, el que impuls¨® su carrera en el mundo de la construcci¨®n y el suelo. "Con la asociaci¨®n de vecinos de Getafe inventaron una cooperativa que se llamaba Nuevo Hogar", recuerda un promotor del municipio. Era el famoso Sector 3. Se construyeron 6.500 adosados. Para trabajadores. "Todos los promotores ven¨ªan del Partido Comunista de Espa?a. Eran los marxistas ladrillistas", recuerda un pol¨ªtico de Getafe.
Fue el primer gran desarrollo urban¨ªstico de Getafe. Aquello dio, principalmente, contactos. Pero ¨¦l por entonces sent¨ªa todav¨ªa con m¨¢s fuerza su pasi¨®n por el f¨²tbol. Tanto que incluso escrib¨ªa cr¨®nicas del Getafe en la revista vecinal Presencia Ciudadana. "Y ahora llama tebeos a la prensa local", se?ala un antiguo socio.
Empezaban a ir bien las cosas y compr¨® un bingo en Valdemoro. Ah¨ª conoci¨® a futbolistas y una cosa llev¨® a la otra. Se meti¨® en la directiva del Valdemoro y logr¨® ascenderlo. "Tiene fe ciega en sus apuestas. Y much¨ªsima visi¨®n para anticipar la jugada", dice el director deportivo del Getafe, Santiago Llorente.
Torres vendi¨® su participaci¨®n en las empresas que salieron de la aventura del Sector 3 y se compr¨® un pub en Getafe: el Lovely Club. "A partir de ah¨ª empez¨® a funcionar solo. Comenz¨® con lo de la intermediaci¨®n de suelo con constructores. Cerraba muchos tratos en el bar", recuerda un promotor que ha compartido m¨¢s de una negociaci¨®n con ¨¦l. "Y eso lo hace muy bien. La lucha cuerpo a cuerpo. Es muy bueno, h¨¢bil. Pero es tambi¨¦n muy ¨¢cido. Cuando habla ?ngel Torres, tiemblan las farolas de la calle Madrid", insiste.
Y esa c¨¦ntrica calle de Getafe, dicen sus conocidos, "es hoy su escenario natural". "Tiene 300 metros, pero tarda media hora en recorrerla. Se para a hablar con todos. Para ¨¦l, un apret¨®n de manos es m¨¢s importante que una escritura firmada ante notario", explica Pedro Castro. Y le conoce bien. "Desde hace 30 a?os", asegura el alcalde. Ambos eran l¨ªderes sindicales de UGT y CC OO de la zona. "Es noble y sincero. Y apuesta por lo que cree, aunque le cueste disgustos. Estoy con ¨¦l para lo que haga falta", dice Castro.
Su relaci¨®n verdadera comenz¨® hace siete a?os. Cuando el Getafe estaba en quiebra y se lo qued¨® el Ayuntamiento. Castro busc¨® a empresarios que lo reflotaran. Y apareci¨® Torres, que ya intent¨® ser presidente a?os atr¨¢s. "Si me hubieran dejado entonces, hubi¨¦ramos llegado 15 a?os antes a Primera. Todos los que llegaron delante de m¨ª, desde el a?o 83, metieron la mano en la caja", dice rotundo.
Pero m¨¢s all¨¢ de las fotos abrazados y de las buenas palabras, entre ¨¦l y el alcalde tambi¨¦n ha habido roces. "Castro tiene una trayectoria similar a Torres. Se ha ganado lo suyo en la calle. Y en algunos momentos han surgido celos. Cuando ?ngel dijo aquello de que alcaldes hab¨ªa 8.000... es que estaba en estado de euforia. Pero es que a veces el alcalde quiere ser entrenador, presidente y jugador. Los dos se pisan el terreno", analiza un pol¨ªtico muy pr¨®ximo a Castro. Y Torres, a su manera, socarr¨®n, no lo niega: "Esperanza [Aguirre] se cabrea porque dice que le dejo mandar demasiado".
"Se convienen mutuamente. Aunque a veces se piquen", dice un conocido de Torres. Como cuando el alcalde mostr¨® abiertamente su amistad con el jugador rumano Gica Craioveanu, quien apodaba a Castro El Pitufo. Por esas fechas, el Getafe ya hab¨ªa ascendido y el jugador era un ¨ªdolo de la afici¨®n. Pero se llevaba a matar con Torres, que consideraba que le revolv¨ªa el vestuario. "Castro vio que desde el punto de vista medi¨¢tico le conven¨ªa llevarse bien con Gica. Y eso, claro, a ?ngel no le gust¨®", explica un ex compa?ero de corporaci¨®n. Pero la historia termin¨® en tablas: Craioveanu se present¨® de n¨²mero dos en las listas del PP de Getafe. La estatua que el Ayuntamiento le hizo al jugador todav¨ªa est¨¢ guardada en alg¨²n almac¨¦n.
Torres le quita hierro de una manera muy peculiar: "Pedro es muy carism¨¢tico. A las seis de la ma?ana le tienes por ah¨ª viendo los baches. Y adem¨¢s, ¨¦l sabe que yo nunca me dedicar¨¦ a la pol¨ªtica".
D¨®nde se meter¨¢ cuando deje el club, s¨®lo lo sabe ¨¦l. Dice que nunca est¨¢ m¨¢s de 10 a?os con el mismo proyecto. Le quedan tres. "Quiero conseguir el nuevo estadio. El a?o que viene empezar¨¦ a buscar un sustituto. Luego me jubilar¨¦ y me dedicar¨¦ a viajar", confiesa con un tono que desprende cierto hast¨ªo. Pero el lamento, dice un conocido suyo, es impostado. "No me lo creo. Le encanta que le digan que se quede. Y si cree que se lo piden, se quedar¨¢".
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