Aurelio P¨¦rez, naturalista

"No he hecho m¨¢s que hacer mi trabajo", dec¨ªa emocionado Aurelio P¨¦rez (Barriomart¨ªn, Soria, 1935 - Madrid, 2008) cuando a primeros del pasado mes de febrero decenas de personas le aplaud¨ªan entusiasmadas en el sal¨®n de actos del hotel Wellington de Madrid, en el acto de homenaje y de presentaci¨®n de su autobiograf¨ªa, organizado por la Fundaci¨®n FIDA de la Comunidad del Madrid, que dirige Juan Jos¨¦ Cerr¨®n, promotor de la edici¨®n del libro.

Su trabajo, como ¨¦l dec¨ªa, consisti¨® en ser parte esencial en los rodajes de la c¨¦lebre serie de televisi¨®n El hombre y la tierra. Aurelio, como el resto de los colaboradores de F¨¦lix Rodr¨ªguez de la Fuente, se hizo c¨¦lebre por la cantidad de veces que este divulgador de la naturaleza les cita en su obra. Cuando falleci¨® Felix, en 1980, a todos nos eran ya familiares nombres como el de Aurelio, Josechu y algunos otros miembros del equipo de El hombre y la tierra.

El cari?o de los espa?oles hacia "el amigos de los animales" se proyect¨® sobre sus colaboradores, en particular hacia Aurelio, que destac¨® por su personalidad y sencillez, y por haber sido "el cetrero" m¨¢s c¨¦lebre de los que trabajaron con F¨¦lix. ?l le ayud¨® a preparar grandiosas escenas que los espa?oles fijamos en la retina y en la mente.

?se fue su gran m¨¦rito. Hacer bien su trabajo. Haber participado con total entrega y capacidad t¨¦cnica en el rodaje de los documentales que Rodr¨ªguez de la Fuente film¨® entre 1975 y 1980. Aquella serie, y el resto de la obra de F¨¦lix, transform¨® a Espa?a en un pa¨ªs sensible, que aprendi¨® a amar a la vida silvestre y moderno en su visi¨®n de conservaci¨®n de la naturaleza.

Aurelio fue humilde pastor trashumante en su pueblo natal de Soria. Emigr¨® a Madrid y all¨ª, a los 33 a?os de edad, fue requerido por F¨¦lix Rodr¨ªguez de la Fuente, para que le cuidara y entrenara sus halcones peregrinos y dem¨¢s aves de presa con los que el famoso divulgador de la naturaleza practicaba la cetrer¨ªa. Aurelio fue contratado para una tarea muy especial. ?l ayudaba a F¨¦lix a volar a los halcones adiestrados para la cetrer¨ªa en los aeropuertos de Barajas y de Torrej¨®n, cazando y espantando con ellos a aves como los sisones, para evitar que colisionen con los aviones al aterrizar o despegar. Lleg¨® a ser un gran cetrero profesional, alabado y admirado por todos los que le conocieron.