Liberalismo antip¨¢tico
Creo sinceramente que Esperanza Aguirre -y vaya por delante mi admiraci¨®n hacia su trayectoria pol¨ªtica y su gesti¨®n al frente de la Comunidad de Madrid- se equivoca. Lo hace cuando reclama un debate de ideas que impulse el liberalismo en el pr¨®ximo Congreso del Partido Popular que se celebrar¨¢ en Valencia. Y vuelve a equivocarse cuando afirma que la socialdemocracia est¨¢ m¨¢s c¨®moda con Mariano Rajoy que con ella. Digo esto porque ambas afirmaciones son injustas. Si quiere disputar a Mariano Rajoy el liderazgo nacional de nuestro partido -cosa a la que est¨¢ en su derecho y nadie puede censurar, deber¨ªa hacerlo esgrimiendo otros motivos. Primero, porque Rajoy est¨¢ lejos de sintonizar con las ideas socialdem¨®cratas ya que ¨¦stas -y si no que me corrija la presidenta de Madrid- nacieron como una democratizaci¨®n de la izquierda tras su renuncia a la lucha de clases y al marxismo. Y segundo, porque el Partido Popular no necesita abrir ning¨²n debate sobre el liberalismo, ya que lo ha asumido como soporte de la mayor¨ªa de sus propuestas.
Al reclamar un debate de ideas, Esperanza Aguirre se equivoca y es injusta
Aguirre no defiende postulados 'neocon' pero dudo de alguno de sus colaboradores
Lo demuestra el programa con el que concurrimos a las elecciones del 9 de marzo. En ¨¦l se dice que somos "una formaci¨®n pol¨ªtica de centro" (punto 7) que "asume la tradici¨®n del liberalismo espa?ol surgida de la Constituci¨®n de C¨¢diz" (punto 8). Un partido que defiende la "libertad porque es el fundamento de la dignidad de la persona y el motor del progreso y el bienestar de las sociedades" (punto 9). Asimismo creemos en la "igualdad porque sin ella hay arbitrariedad, privilegio y discriminaci¨®n, y porque asegura un orden de justicia gobernado por el imperio democr¨¢tico de la ley" (punto 10). Reclamamos el "protagonismo de la sociedad civil a la hora de liderar los cambios que demanda nuestro pa¨ªs" (punto 16) y abogamos por el "reformismo como garant¨ªa de progreso y bienestar y de la igualdad de todos los espa?oles dentro de una econom¨ªa libre" (punto 17). Por ¨²ltimo, se afirma que la "pol¨ªtica debe ejercerse desde la moderaci¨®n y el respeto a las opiniones de los dem¨¢s", apostando por el "consenso y el desarrollo de pol¨ªticas incluyentes, especialmente cuando ¨¦stas interesan a los fundamentos de nuestra convivencia" (punto 18).
A la vista de estos principios program¨¢ticos no encuentro motivos para calificar veladamente de socialdem¨®crata a quien los ha promovido abiertamente dentro de nuestro partido. Tampoco entiendo por qu¨¦ se reclama un debate congresual sobre la idoneidad liberal de la ideolog¨ªa que defendemos los populares.
Esperanza Aguirre sabe que expreso esta opini¨®n como liberal que ha dado alguna que otra batalla de ideas dentro del partido durante esta legislatura. Por eso, me preocupa su abrupta insistencia en reivindicar un debate ideol¨®gico cuando nadie la secunda. Hace que me pregunte sobre si no estaremos apelando a dos tipos diferentes de liberalismo, pues, si ella cree que los liberales que estamos c¨®modos con el discurso de Rajoy no lo somos del todo -o, incluso, somos a sus ojos unos socialdem¨®cratas encubiertos-, entonces, una de dos: o el discurso neocon ha cobrado cuerpo con Aguirre y empiezan a deslizarse los reproches que fueron tan del gusto de los Wolfowitz, Perle, Kristol y compa?¨ªa hacia quienes no les secundaban entre las filas re-publicanas, o las ideas del neoliberalismo de los 80 han vuelto inoportunamente a la carga cuando una profunda crisis econ¨®mica est¨¢ al acecho.
Si como apunt¨® hace unos d¨ªas la presidenta de Madrid, los populares tenemos que combatir la imagen de "partido antip¨¢tico" (nasty party) con la que nos ven muchos espa?oles, no parece l¨®gico que las herramientas ideol¨®gicas para lograrlo sea alguna de las dos hip¨®tesis mencionadas. S¨¦ que Aguirre est¨¢ lejos de defender los postulados neocon, pero tengo serias dudas acerca de alguno de sus colaboradores. En cualquier caso, sus continuas apelaciones al liberalismo a trav¨¦s de autores como Friedman o Hayek producen cierta inquietud, ya que dejan en el ambiente los ecos neoliberales de la melod¨ªa de la revoluci¨®n conservadora que protagonizaron Reagan y Thatcher.
Desde que Aguirre defendi¨® la Ponencia de Ideolog¨ªa del VI Congreso del Partido Liberal de junio de 1985, a la que apelaba hace unos d¨ªas en el Casino de Madrid para justificar su posici¨®n cr¨ªtica, han pasado ya m¨¢s de 23 a?os y, hoy, el liberalismo ha experimentado profundas adaptaciones a los desaf¨ªos y retos de la globalizaci¨®n postindustrial. Lo explica Dahrendorf cuando en El recomienzo de la historia (2006) se?ala que el liberalismo ha de ser capaz de defender la libertad "tanto de la jaula burocr¨¢tica de la servidumbre como de los peligros del fundamentalismo del mercado". Por eso, quienes defendemos el liberalismo dentro del Partido Popular debemos ser conscientes de que el ejercicio de la libertad ya no s¨®lo debe operar en un sentido negativo y anti-estatista, sino tambi¨¦n de una forma positiva, proyectando una din¨¢mica incluyente e igualitaria que anteponga la independencia de la persona frente a las intromisiones de aquellos que practican la arbitrariedad, la intolerancia, la intransigencia y la ortodoxia, vengan de donde vengan, que es lo que defienden los actuales principios de nuestro partido y lo que mantiene Mariano Rajoy en sus discursos desde que asumi¨® su presidencia en 2004.
Si no fuera as¨ª y retrocedi¨¦ramos en nuestros planteamientos o, lo que ser¨ªa peor, asimil¨¢ramos versiones reaccionarias de los mismos, el liberalismo podr¨ªa convertirse en una ideolog¨ªa excluyente, trasnochada y anticuada; un liberalismo antip¨¢tico (nasty liberalism) sin magnetismo ni poder de seducci¨®n y convocatoria, que har¨ªa perder lo alcanzado por el Partido Popular estos ¨²ltimos a?os: un espacio de encuentro para los que comparten una longitud de onda moderada y centrada en torno a un liberalismo igualitario que trata de sintonizar con la compleja fisonom¨ªa ideol¨®gica y afectiva que irradian las sociedades abiertas despu¨¦s del derribo del Muro de Berl¨ªn.
Si queremos avanzar posiciones electorales debemos trazar con m¨¢s precisi¨®n a¨²n una frontera que sustituya la vieja pol¨¦mica estatistas-liberales, por otra que exprese nuestra beligerancia frente a las tentaciones arbitrarias y populistas que coartan la independencia tolerante, cr¨ªtica, moral, intelectual, pol¨ªtica, religiosa, social y econ¨®mica de la persona. Desde esta plataforma, e insistiendo y profundizando en ella, no cabe duda de que estaremos en condiciones de ganar las pr¨®ximas elecciones generales.
Jos¨¦ Mar¨ªa Lassalle es secretario de Estudios del PP y diputado por Cantabria.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.