Un centenar de rumanos, a la calle
Ocupaban un edificio abandonado cerca de la conocida Finca Roja de ValenciaLlevaban cuatro meses sin luz ni agua corriente en la finca
Cunas, mantas, maletas, cacharros de cocina, biberones, pa?ales, los perros, los gatos y alg¨²n p¨¢jaro, todos los enseres de una vida cotidiana de m¨¢s de un centenar de personas, unas 30 familias, acabaron ayer esparcidos por la acera de la calle de Mart¨ªnez Aloy de Valencia, cerca de la conocida Finca Roja.
Algunos se trasladaron a casas de familiares en otras localidades
Una orden judicial moviliz¨® a seis unidades de la Polic¨ªa Local que sobre las ocho de la ma?ana levantaron de la cama a peque?os y mayores para echarlos de los pisos ocupados de una finca de cinco alturas con tres portales, los n¨²meros 9, 11 y 13. Nadie de servicios sociales acompa?¨® a la polic¨ªa. S¨ª lo hizo el administrador de la finca, en representaci¨®n de los propietarios, que se neg¨® a hacer declaraciones y se limit¨® a se?alar a la mercantil Verdolaga, SA, como due?a de ese inmueble.
"Estoy embarazada de tres meses, no tengo trabajo, mi marido tampoco. Lo buscamos cada d¨ªa, no queremos caridad. Estamos inscritos en el registro de personas rumanas que est¨¢n en Espa?a, pero no sirve para nada", explica Stefan, que dej¨® a tres hijos en su pa¨ªs de origen.
Mientras, los operarios movilizados por la propiedad de la finca pon¨ªan rejas a las puertas de acceso al edificio y la polic¨ªa recorr¨ªa las escaleras para asegurarse de que no quedaba nadie, los afectados amontonaban sus cosas pregunt¨¢ndose d¨®nde iban a ir. Algunos han conseguido que otros familiares les hagan un hueco, que saben transitorio. Tudor, su marido Emil y sus tres hijos aceptaron la cortes¨ªa de unos primos en Alfafar. "Pero tengo que vivir en una habitaci¨®n, todos en una habitaci¨®n, pagar 200 euros, llevar a mis hijos de siete y once a?os al colegio del distrito de Malilla en el que tienen plaza, ?c¨®mo lo hago? ?qui¨¦n me ayuda? S¨®lo queremos una casa, una oportunidad, me da igual que est¨¦ vieja, ya la arreglaremos", dec¨ªa ayer mientras pensaba de qu¨¦ cosas se desprend¨ªa para acomodarse en Alfafar.No es la primera vez que se quedan en la calle. Nadia, Tudor, Stefan, Emil y Dan, como la mayor¨ªa de los que ayer fueron desalojados, se conocen desde ni?os. Huyeron de Constanta, una localidad al este de Ruman¨ªa, despu¨¦s de las graves inundaciones sufridas a finales de 2005. "Nos quedamos sin nada. Solo agua. Perdimos todo. Y salimos como pudimos, unos antes que otros. Llegamos aqu¨ª, sin nada. Hemos dormido en la calle, en parques, con nuestros hijos. Limpiamos casas, vamos a la chatarra, pero no podemos trabajar porque no tenemos papeles, todo es siempre en negro". Muchos de ellos vivieron una experiencia similar muy reciente: el pasado verano fueron desalojados del edificio de la antigua Macosa, en la calle de San Vicente de Valencia.
Nadia y Tudor, con sus respectivas familias, estuvieron en las que fueron instalaciones de Macosa. Despu¨¦s de eso, Nadia lleg¨® al n¨²mero 11 de Mart¨ªnez Aloy. En la primera planta, en un piso con cuatro habitaciones, le pag¨®, explic¨®, 650 euros a un espa?ol que le dijo que pod¨ªa quedarse ah¨ª. "Pero no me quiso dar ning¨²n papel. Me he querido empadronar aqu¨ª y no he podido, llevo a mi hijo al colegio Santo ?ngel, he buscado un alquiler y no puedo pagarlo, ni tengo papeles, ni n¨®mina, ni nada". Cuando llegaron, ten¨ªan luz y agua. "Desde hace cuatro meses no", a?ad¨ªa. Es justo el tiempo que hace que la polic¨ªa desaloj¨® el n¨²mero siete de la misma calle de Mart¨ªnez Aloy, un edificio de una sola escalera que tambi¨¦n amenazaba ruina, pero en cuyo bajo se mantiene abierta una fruter¨ªa. Tudor, su marido y sus tres hijos vivieron primero en el n¨²mero siete, donde pag¨® 700 euros nada m¨¢s llegar. Desde Navidad, compart¨ªa con otras tres familias uno de los pisos que ayer fueron desalojados. En esa finca llegaron a vivir hasta 400 personas, m¨¢s de 150 menores. Cuando cortaron la luz y el agua, la mayor¨ªa se march¨®.
Ayer, el desalojo fue ca¨®tico, tenso en un primer momento porque los afectados aseguraban que no les hab¨ªan advertido, que hab¨ªan intentado negociar con el administrador sin ¨¦xito, extremo que ¨¦ste no coment¨®.
Por otra parte, la Plataforma Salvem El Cabanyal denunci¨® ayer que el pasado lunes la sociedad Cabanyal 2010, que conveni¨® con poblaci¨®n marginal la ocupaci¨®n de infraviviendas ya abandonadas por sus propietarios, los ha empezado a expulsar del barrio.
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