Baltasar accede a comprar agua a los regantes de fuera de Catalu?a

Habr¨¢ tuber¨ªa y llevar¨¢ agua del Ebro. El resto est¨¢ por decidir. La acumulaci¨®n de cuotas de riego cedidas por los regantes "tardar¨¢ meses" en concretarse, explic¨® ayer el consejero de Medio Ambiente, Francesc Baltasar, decidido a esquivar las tensiones que sus planes provocan en el delta.

Baltasar precis¨® que prefiere negociar con regantes de las otras autonom¨ªas que recorre el Ebro. "Ofrecen un margen de negociaci¨®n m¨¢s amplio", justific¨®. Hasta ayer hab¨ªa asegurado lo contrario, que todo se solventar¨ªa tratando con los regantes de Catalu?a. Ha cambiado de parecer, tras el portazo con que los regantes del delta le cerraron el martes la opci¨®n de ceder su agua. ?stos adujeron que ten¨ªan la justa para regar y le recomendaron que negociara con regantes de allende de Catalu?a, una idea que Baltasar asumi¨® como mejor que la que ¨¦l tuvo antes.

No queda tiempo para muchos rodeos. El consejero entiende que la negociaci¨®n con los regantes ser¨¢ embrollada, pero no debe interferir en los trabajos para interconectar las cuencas catalanas. Estas obras se van retrasando -la fecha tope de la Generalitat era el 15 de abril-, pero mantienen su plazo de finalizaci¨®n en octubre. La Generalitat y el Gobierno central a¨²n no han firmado el convenio de colaboraci¨®n previo al comienzo de los trabajos, previsto para esta semana. Baltasar dej¨® entrever ayer el culpable del retraso. "No se ha firmado porque el Ministerio de Medio Ambiente, Marino y Rural a¨²n tiene que reestructurarse. No tiene un organigrama completo", resolvi¨® Baltasar. Ante las demoras, el consejero abordar¨¢ ambas cuestiones de forma paralela. La tuber¨ªa se ir¨¢ construyendo sin pensar que a¨²n no se dispone de agua que la llene. Empezar¨¢, como muy tarde, en menos de 15 d¨ªas. Y la Generalitat ir¨¢ negociando sin considerar que va contrarreloj para lograr un acuerdo.

La soluci¨®n llegar¨¢ sin crispaciones, conf¨ªa Baltasar, mediante una suerte de banco de agua. "Integrando a los regantes de otras comunidades ser¨¢ f¨¢cil resolver el problema", razon¨® el consejero. "Cada uno puede darnos la parte que estime conveniente hasta juntar los 30 hect¨®metros que necesitamos". Este arreglo entre comunidades puede irritar a las regiones que viven muy pendientes del Ebro. "Para evitar estas fricciones negociaremos con todos los actores", precis¨® Baltasar.

Precisamente en Arag¨®n, cuyo Gobierno se niega a que Catalu?a desv¨ªe agua de su cuenca, se celebrar¨¢ hoy el primero de los encuentros a cuatro bandas. La mesa reunir¨¢ a responsables del Gobierno central, la Generalitat, la Confederaci¨®n Hidrol¨®gica Nacional y la Federaci¨®n Nacional de Comunidades de Regantes. "S¨®lo ser¨¢ el primer contacto", explic¨® el responsable de la Agencia Catalana del Agua, Manel Hern¨¢ndez, que acudir¨¢ a Zaragoza. Hern¨¢ndez defini¨® el encuentro como "una primera toma de contacto de unas negociaciones que pueden durar seis meses". No m¨¢s. O la tuber¨ªa, en caso que est¨¦ instalada a tiempo, no tendr¨¢ nada que transportar.

Esta conducci¨®n costar¨¢ m¨¢s dinero a la Generalitat. El agua adquirida discurrir¨¢ por el Ebro, pero una vez en el delta deber¨¢ bombearse a Barcelona mediante la red del Consorcio de Aguas de Tarragona. Este servicio costar¨¢ entre 12 y 14 millones de euros, no incluidos en el presupuesto del trasvase (180 millones). Baltasar no aclar¨® si este coste lo sufragar¨¢ la Generalitat o el Gobierno central, pero asegur¨® que ambas administraciones "no se enfrentar¨¢n" por el asunto.

Agua que enfrenta

Tampoco quiere rivalidades el alcalde de Barcelona, Jordi Hereu. "Me niego a formar parte de una coalici¨®n que utlice el agua para enfrentar territorios". As¨ª de tajante rechaz¨® Hereu ayer el retorcido pacto que le ofreci¨® anteayer el presidente de la Comunidad Valenciana, Francisco Camps.

El valenciano pretende agrupar una liga de alcaldes que promueva la recuperaci¨®n del derogado Plan Hidrol¨®gico Nacional. "No tiene nada que ver una cosa con la otra", asegur¨® Hereu, esquivando la invitaci¨®n.