Exotismo con alma
Conocimos el ex¨®tico, largo, ancho y peligroso mundo a trav¨¦s de lo que nos contaba Hollywood con escasa responsabilidad y notable sentido del espect¨¢culo y de la enso?aci¨®n. Por lo tanto, les preocupaba mucho menos la fiabilidad de los escenarios y la descripci¨®n de la verdadera realidad que el estereotipo y el t¨®pico vendible. Todo ello filmado en los decorados de cart¨®n piedra construidos a escasos metros del despacho del productor, invent¨¢ndose folclore africano al gusto del consumidor, con negritos torvos o angelicales que aullaban o utilizaban el idioma del Imperio como si fuera su lengua materna. Por all¨ª se mov¨ªan Tarz¨¢n y su desbragada novia Jane, rastreaban las minas del rey Salom¨®n, viv¨ªan historias de amor mecidos por las nieves del Kilimanjaro.
Hollywood le encarga a Marc Foster que traslade a China todos los rutilantes medios que precise y la disfrace de Afganist¨¢n
Billy Wilder, ese chico venenoso al que los financieros no ten¨ªan m¨¢s remedio que aguantarle sus sarcasmos en el nombre del prestigio y el ¨¦xito que aportaba su infinito talento, tuvo la osad¨ªa de salir con sus c¨¢maras a las calles para filmar con escalofriante realismo la desesperaci¨®n de un borracho que limosnea su imperiosa droga en D¨ªas sin huella. Los Oscar y la taquilla bendijeron la osad¨ªa de Wilder, e imagino que aquello sirvi¨® para que muchos directores se atrevieran a proponer escenarios reales para sus historias. Imagino que creadores con un estatus tan intocable en la industria como John Ford, John Huston y Howard Hawks no debieron de tener excesivos problemas con los due?os del negocio cuando decidieron que sus aventuras africanas se rodar¨ªan, aunque costaran un past¨®n, en los escenarios naturales. Yo adoro la profesionalidad de los cazadores de fieras y el maravilloso tono de comedia en Hatari, el problem¨¢tico idilio entre el borracho y la puritana de La reina de ?frica y el incendiario tri¨¢ngulo amoroso de Mogambo, pero reconozco que los capitanes de estos divertidos e inolvidables barcos tampoco ten¨ªan demasiado inter¨¦s en los habitantes, sociolog¨ªa y ritos de la tierra que estaban filmando. Ning¨²n reproche por mi parte. Cada uno a lo suyo. Pero siempre sent¨ª curiosidad por degustar la visi¨®n que pod¨ªan ofrecer los moradores de ?frica acerca de s¨ª mismos y del estado de las cosas. Que aceptando con enorme gratitud la colonizaci¨®n de mi subconsciente que ha ejercido el mejor cine norteamericano, tambi¨¦n pudiera contrastar los mensajes de ¨¦ste sobre lo divino y lo humano con las descripciones sobre su propia cultura del resto del insignificante universo.
Hace tiempo que Hollywood se toma un poquito m¨¢s en serio el tercer mundo y las ancestrales e interminables putadas que ¨¦ste tiene que padecer. Lo hace lleno de buenas intenciones, con esforzado tono cr¨ªtico hacia los desastres que han perpetuado sus colonizadores, pero sin descuidar jam¨¢s los filones que engordan la taquilla, las sagradas convenciones y el transparente o subterr¨¢neo happy end. La tem¨¢tica puede abordar el demoniaco y oscuro tr¨¢fico de diamantes, armas o f¨¢rmacos caducados, pero la calculadora siempre se las ingeniar¨¢ para que la luz acabe redimiendo a los pecadores Leonardo DiCaprio, Nicolas Cage y Ralph Fiennes. Atributos del estrellato, regla intocable del negocio.
Hollywood tambi¨¦n frecuenta otros lugares maldecidos por la fortuna pero, ante todo, por los hombres. Por ejemplo, el siempre machacado Afganist¨¢n. Hollywood le encarga a Marc Foster, uno de los empleados m¨¢s sensibles de la ¨²ltima generaci¨®n, autor de las conmovedoras y prestigiosas Monster's ball, Descubriendo el pa¨ªs de Nunca Jam¨¢s y M¨¢s extra?o que la ficci¨®n, que traslade a China todos los rutilantes medios que precise y la disfrace de Afganist¨¢n para recrear el megaventas literario Cometas en el cielo. Y el resultado es pulcro, amable, ligeramente emotivo. Se supone que el presupuesto ha sido notable, que hay mogoll¨®n de dinero para extras, para una ambientaci¨®n mod¨¦lica narrando la infancia afgana de un americanizado se?or y su retorno a ese pa¨ªs asolado por los talibanes para ajustar cuentas con su complejo de culpa, con la retorcida salvajada que cometi¨® con su amigo de la ni?ez.
Hay una secuencia en esta pel¨ªcula en la que aparecen cr¨ªos mutilados que corren como posesos ayudados por sus muletas. Y tengo la sensaci¨®n de que no existe artificio en la cojera de esos ni?os, que as¨ª les castigaron las minas o la enfermedad, pero no puedo evitar la certeza de que existen un mont¨®n de ayudantes de direcci¨®n grit¨¢ndoles: "?A correr!", e infinitas y sofisticadas c¨¢maras film¨¢ndoles. Veo y siento la puesta en escena.
Sin embargo, recuerdo a los cr¨ªos tullidos de la escalofriante y aut¨¦nticamente l¨ªrica Las tortugas tambi¨¦n vuelan y me ofrecen sensaci¨®n de verdad y de inmediatez. O la desarmante y tenaz chiquilla de Buda explot¨® por verg¨¹enza, acorralada por otros ni?os que s¨®lo saben jugar a fundamentalismo y muerte. O los locos y los marginales que han huido del frenop¨¢tico y vagando como fantasmas por el Bagdad bombardeado en Ahlaam. O la odisea de miedo y de arena de la mujer que atraviesa el desierto para saber por qu¨¦ se suicid¨® su hermana en Kandahar. O los a¨²n m¨¢s desolados que iluminados j¨®venes palestinos que se plantean actuar como kamikazes en Paradise now. O esa mujer aterrorizada que deambula en la noche por calles embarradas y con un feto en su bolso en Cuatro meses, tres semanas, dos d¨ªas.
Y sabes que detr¨¢s de esas pel¨ªculas iran¨ªes, iraqu¨ªes, afganas, palestinas, rumanas, de la emoci¨®n y la angustia que provocan, de su aroma a verdad, no hay grandes medios, ni actores profesionales, ni estrellas, ni promoci¨®n, ni marketing. S¨®lo posibilismo, imaginaci¨®n, conocimiento de tu realidad y compromiso hacia ella, talento y sensibilidad para expresarla, voz propia. Esas pel¨ªculas peque?as y distintas, aunque hablen del horror y de la muerte, huelen a vida.
![Fotograma de la pel¨ªcula <i>Buda explot¨® por verg¨¹enza, </i>de Hana Makhmalbaf.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/6YHSBNS5AZII7TVKGYQNNP5MXE.jpg?auth=d4b9be00d7c4883131db7841f4b47fd9ae33d1ca21709ebb4436a46788bc97dc&width=414)
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