Murakami, dos por uno

Narrativa. Para Haruki Murakami, el mundo, la vida, no son vulgares. Lo parecen a veces, si s¨®lo se atisba la superficie. Pero si se escarba, si se mira, la esencia, el alma o lo que diferencia en el fondo a un hombre de un gato, si se llega al territorio del sue?o, el duermevela, el dormir despierto y la vigilia durmiente, surgir¨¢, inevitablemente, el misterio, la trascendencia, lo diferente e incomprensible, pero sugerente y pr¨®ximo. Si todo ello se escenifica en una sociedad como la japonesa en la que a¨²n no est¨¢ resuelto el conflicto entre tradici¨®n y modernidad, entre lo retr¨®grado y lo ultrainnovador. Si se piensa en El extranjero o El guardi¨¢n entre el centeno. Si se mira a trav¨¦s del prisma sociol¨®gico, psicol¨®gico y parapsicol¨®gico. Si se est¨¢ dispuesto a asumir, al menos como propuesta literaria, que los pozos, los gatos y hasta las piedras pueden ser mucho m¨¢s que pozos, gatos y piedras...

Si se tiene la mente abierta ante todo eso, y alguna cosa m¨¢s, bienvenidos al universo de Haruki Murakami. No es un club restringido. Tiene millones de socios. Es un mundo personal, un territorio en el que no le faltar¨¢ nunca alimento literario. La pregunta ser¨ªa: ?y si se cree que todo eso es pura filfa, fantas¨ªa barata? A¨²n merecer¨ªa la pena leerle, por puro placer, y porque este tipo es capaz de hacer vibrar fibras sensibles cuya existencia ni siquiera conoc¨ªas.Tusquets, despu¨¦s de Tokio Blues (el mayor ¨¦xito de ventas de Murakami, tal vez su mejor obra, aunque no la m¨¢s representativa), saca ahora en ediciones de bolsillo dos novelas de aliento y ambici¨®n similares, por mucho que Cr¨®nica del p¨¢jaro que da cuerda al mundo cuadriplique en n¨²mero de p¨¢ginas a Sputnik mi amor. Los ritos inici¨¢ticos, la juventud desencantada, la muerte y la ausencia, lo trascendente y lo incomprensible, la b¨²squeda, las historias entrecruzadas est¨¢n en ambas. Eso s¨ª, la Cr¨®nica... te puede dejar exhausto. O engancharte para siempre. -