Un pique muy festivo
El pique, como en tantas fiestas, es fundamental. Pero aqu¨ª muy especialmente. Porque en el reci¨¦n creado municipio de El Pinar, el m¨¢s meridional de Espa?a, en la isla de El Hierro, la fiesta de las cruces est¨¢ rodeada de m¨²sica, devoci¨®n, tradici¨®n, belleza; pero tambi¨¦n de esfuerzo. Un esfuerzo protagonizado por manos femeninas que visten las cruces, forradas de delicadas telas, con papel de seda y joyas prestadas por las vecinas. Hilos de colores serv¨ªan para identificarlas, aunque este a?o han introducido una novedad: las fotografiar¨¢n digitalmente. Durante la celebraci¨®n est¨¢n muy pendientes para que no se pierda ninguna: en El Pinar, las prendas no se han sustituido por bisuter¨ªa, siguen siendo aut¨¦nticas.
Este pique no impide la hermandad entre los pi?eros, gente muy singular, arraigada a sus ritos y a sus fiestas, con una gran personalidad. En los dos n¨²cleos, Las Casas y Taibique, est¨¢n convencidos de que su cruz es la mejor, la m¨¢s bonita. Y lo curioso es que ambos tienen raz¨®n. La tarea la llevan a cabo j¨®venes solteras. La creencia general se?ala que "las casa la cruz": tres a?os le dan de plazo.
De los colores y adornos elegidos no dicen ni palabra: "El 2 de mayo lo podr¨¢ saber", se?ala Tibiabin Padr¨®n, una de las casadas que echa una mano a las ocho j¨®venes que visten la cruz de Taibique. En Las Casas son siete, y el secreto, el mismo.
El 3 de mayo, cada cruz sale de su barrio acompa?ada por su gente y por los bailarines, imprescindibles en las fiestas herre?as, lo mismo que la m¨²sica de las ch¨¢caras, pitos y tambores. En los momentos cruciales (cuando se encuentran ambas y a la entrada de la iglesia), quienes las han vestido tienen el privilegio de cargar las andas. Tras la misa hay una procesi¨®n con la imagen de la Virgen de la Paz.
La tarde, desde los a?os noventa (antes lo hac¨ªa cada una en su demarcaci¨®n), la pasan todos juntos, bailando y entonando medas, cantares encadenados con dos versos fijos, que se conocen como responder y suelen tener un car¨¢cter religioso; tras ellos va el decir, o copiar, y ah¨ª de nuevo el pique se pone en marcha, con todo tipo de temas, en los que predominan el ingenio y la r¨¦plica jocosa.
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