La crisis se asoma a la feria
Menos gente que otros a?os en la fiesta andaluza en Catalu?a
Afuera un grupo de ni?atos hac¨ªa rugir sus coches para impresionar a quienes marchaban hacia la noria, reci¨¦n iluminada, que domina el recinto barcelon¨¦s del F¨®rum. Era viernes por la noche y abr¨ªa la 37? edici¨®n de la Feria de Abril, cita inevitable para el andalucismo catal¨¢n. Lo evidenciaba el acento del sur que reinaba entre las casetas, entregadas al jolgorio sevillano.
"Soy catalana y tambi¨¦n celebro la Diada, pero hoy s¨®lo pienso en la juerga", explicaba Manuela Menujar, de 62 a?os, con un puro en la boca y en la mano derecha un rebujito (vino manzanilla con gaseosa). Manuela se subi¨® al tablao con las rosas que cosech¨® por Sant Jordi. Los libros, no: se quedaron donde deben cuando hay feria. "A quien se ponga a leer aqu¨ª lo echamos", bromeaba Manuel, su marido. El Real se marc¨® una buena parranda en sus dos primeras noches, pero muchas casetas se quedaron casi vac¨ªas, animadas apenas por el eco de las sevillanas.
"El arranque ha sido flojo", reconoci¨® ayer un asesor de la FECAC (Federaci¨®n de Entidades Culturales Andaluzas en Catalu?a), que organiza el evento. "Se nota algo la crisis. Esperemos a que pase el fin de mes, la gente cobre y cambie la din¨¢mica", a?adi¨®, "porque en el fondo lo que nos interesa a todos es hacer dinerito". Lo corrobora el indicador m¨¢s fiable de la feria: los servicios de limpieza, cuyo balance realizado al alba representa el estudio m¨¢s preciso sobre el alcance de la noche anterior. "Nada que ver con otros a?os", explicaron los limpiadores. "Vino gente, pero menos".
Los que acudieron aseguran que la feria no decepciona. Incluso la alardeada diversidad, representada por la caseta latina y la magreb¨ª, se rindi¨® al empuje del flamenco, los faralaes y farolillos. "Aqu¨ª a todos nos sale la vena andaluza, aunque no sepamos de d¨®nde viene", cont¨® Tarik Abzez, magreb¨ª de 32 a?os y biso?o en eso de los pase¨ªllos. "Pero aprendo r¨¢pido", dijo orgulloso sin parar de pisar pies y de disculparse por la haima instalada en el recinto.
"Tacatacat¨¢, tacat¨¢". Sonia Grandes, de 21 a?os y voz chillona, tarareaba y practicaba las palmas al anochecer. Es entonces cuando la feria de las familias cede ante la fiesta de los cubalibres, el ligue y el bailoteo. "Es mucho mejor por la noche, cuando nos juntamos todos pa cantar", asegur¨® Sonia antes de ponerse a canturrear. Tambi¨¦n Antonio Garz¨®n se levant¨® de la banqueta y arrastr¨® sus 42 a?os hacia la tarima. "Yo arranco s¨®lo cuando llega la juerga, que la feria es larga y hay que bailar con todas", coment¨® divertido. Antonio critic¨® el envoltorio cultural porque a la feria, asegur¨®, s¨®lo se va a ligar. "Pregunta, pregunta por ah¨ª y ver¨¢s". De ah¨ª su pelo engominado y el sello en el dedo, que no dejaba de ense?ar, y que no se dejara desanimar por la escasa asistencia. "Parece un poco m¨¢s vac¨ªo de lo habitual, pero no importa. A ver c¨®mo est¨¢ el panorama", dijo mientras se perd¨ªa en un mar de faldas.
A otros les parec¨ªa demasiado tanto palo flamenco. "?Ay, qu¨¦ bofetada de calor!", dec¨ªa Montse, gerundense de 43 a?os, que intentaba salir de la caseta en la que todo el mundo empujaba para entrar. "Agobia un poco tanta sevillana", dijo ya frente al mar, tras superar la muchedumbre que se apostaba ante los lavabos. Era la primera vez que visitaba la feria. "No est¨¢ mal. Pero es como viajar a Andaluc¨ªa, que no enga?en a nadie con el rollo del mestizaje y la diversidad", dijo. Juan Gonz¨¢lez, de 36 a?os, le daba la raz¨®n, en clave positiva. "Claro que esto es Andaluc¨ªa, pero el que quiera puede sumarse", asever¨® con el rostro oculto tras un sombrero cordob¨¦s. Montse opt¨® por marcharse.
Donde apenas cab¨ªa m¨¢s gente era en la carpa de la FECAC, la caseta m¨¢s lujosa. All¨ª cenaron el viernes su presidente, Francisco Garc¨ªa Prieto, con las autoridades municipales. Garc¨ªa Prieto habl¨®, habl¨® mucho, lanzado por el fino y su arrojado car¨¢cter andaluz. "Algunos pol¨ªticos tienen diarrea mental", dijo. "Y al que no le guste la feria", zanj¨®, "con no venir, arreglado".
Converg¨¨ncia sin Uni¨®
Converg¨¨ncia y Uni¨®, aunados para levantar la casa grande del nacionalismo, llegaron a la Feria de Abril bien separados en sus respectivas casetas. No es algo ins¨®lito, puesto que en la mayor¨ªa de ediciones de la feria ambas federaciones han asistido por separado. Pero la visibilidad del divorcio, con una caseta aneja a la otra, ha hecho que Converg¨¨ncia i Uni¨® (CiU) caiga en las redes del chismorreo de los asistentes al recinto.
Quiere la rumorolog¨ªa de los visitantes que el detalle sea indicio de algo importante. "No tardar¨¢n en separarse, est¨¢n fritos unos de otros", teorizaba el viernes Miguel Jim¨¦nez, catal¨¢n de origen gaditano, de 46 a?os y profeta de los corrillos del recinto. "No se quieren n¨¢", "ni se van a visitar", segu¨ªan insistiendo ayer por la tarde. El ministro de Trabajo e Inmigraci¨®n, Celestino Corbacho, visit¨® ayer la feria y tambi¨¦n brome¨® con el asunto: "Est¨¢n separados porque la feria expresa la realidad".
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