Una bala para callar a Casanova
Asesinado un legendario mafioso cuando iba a ser capo de C¨®rcega
Fue una ejecuci¨®n. Cuando Richard Casanova, tambi¨¦n conocido como Charles el Mentiroso, y El Poeta, sal¨ªa del aparcamiento de un concesionario de autom¨®viles en la localidad corsa de Porto Vecchio, una bala Remington del calibre 22, disparada a menos de seis metros de distancia, le vol¨® la cabeza. Era el mi¨¦rcoles pasado, 23 de abril. Acababa as¨ª la carrera de un personaje que se hab¨ªa convertido en leyenda, desde que se le atribuy¨® ser el cerebro del robo de la oficina central de la Uni¨®n de Bancos Suizos (UBS), que produjo un bot¨ªn equivalente a cerca de 20 millones de euros en divisas.
De joven, milit¨® en el Frente de Liberaci¨®n de la Naci¨®n Corsa
Fue protegido por el ex ministro Charles Pasqua, seg¨²n los analistas
Casanova, nacido en Bastia (C¨®rcega) el 3 de julio de 1959 en una familia de ricos comerciantes, reun¨ªa todas las caracter¨ªsticas del bandido audaz y h¨¢bil, y se le consideraba uno de los jefes y fundadores de La Brisa de Mar, una de las principales bandas criminales de la isla. Ten¨ªa buenas relaciones con los servicios de informaci¨®n y las redes parapoliciales francesas y tambi¨¦n con los ambientes independentistas, donde aprendi¨® de joven el oficio de las armas militando en el Frente de Liberaci¨®n de la Naci¨®n Corsa (FLNC).
El 25 de marzo de 1990, de madrugada, cinco personas penetraron en la sede central de la UBS en Ginebra. Inmovilizaron a los guardianes, neutralizaron las alarmas y se llevaron 220 kilos de billetes de banco en divisas, un dinero que nunca ha sido recuperado. Meses despu¨¦s, los cinco presuntos autores fueron denunciados por un c¨®mplice, Michel Ferrari, quejoso por el reparto del bot¨ªn. Casanova se dio entonces a la fuga. Escribi¨® al juez para explicarle que ¨¦l no hab¨ªa sido: argumentaba que aquella noche se encontraba en Ajaccio (la capital de C¨®rcega) para asistir a un combate de boxeo. Hasta 11 personas aseguraron haberle visto salir del pabell¨®n de deportes de madrugada. Tambi¨¦n figuraba como registrado en el hotel Eden Roc de la capital corsa.
Pero no se entreg¨®. Desapareci¨® durante tres lustros y durante todo ese tiempo, aqu¨ª y all¨¢, la polic¨ªa encontr¨® pistas tan dispares como las que le relacionaban con el negocio del juego en Gab¨®n, una actividad de los antiguos miembros del Servicio de Acci¨®n C¨ªvica, una milicia creada por De Gaulle durante la II Guerra Mundial; o las que le situaban en Espa?a o en Marruecos. Tambi¨¦n dej¨® trazas en m¨¢s de una suntuosa villa de la Costa Azul. Pero la verdad es que, adem¨¢s, Richard Casanova entraba y sal¨ªa de C¨®rcega cuando quer¨ªa; visitaba a sus padres o a sus amigos nacionalistas -como Fran?ois Santoni- en sus domicilios de la isla; e incluso figuraba como socio en un proyecto inmobiliario en Porto-Vecchio, justo donde ha ido a esperarle la muerte.
Por no tener, la justicia no ten¨ªa ni siquiera una fotograf¨ªa suya actualizada, tan s¨®lo un clich¨¦ en blanco y negro de principios de los a?os ochenta. Pero en diciembre de 2005, la polic¨ªa registr¨® el domicilio de su compa?era sentimental, con la que ten¨ªa un hijo, y encontraron la fotograf¨ªa de un hombre, un tipo atl¨¦tico, vestido de forma deportiva, de mirada intensa, cara ovalada y cabello cortado a cepillo, que llevaba en sus brazos a un ni?o peque?o. Descubrieron entonces que Charles hab¨ªa sido padre por segunda vez y que incluso se hab¨ªa presentado, obviamente bajo su propia identidad, en el Registro Civil de Bastia para reconocerlo.
Las sorpresas no acaban ah¨ª. Los investigadores comprobaron que su nombre hab¨ªa desaparecido de las listas de personas en busca y captura durante varios meses y que incluso hab¨ªa votado en varias elecciones.
Finalmente, el 3 de marzo de 2006, la polic¨ªa francesa le detuvo en Lucciana, en la parte norte de la isla de C¨®rcega. Para entonces, el sumario por el robo de UBS se hab¨ªa deshinchado completamente: la justicia hab¨ªa absuelto a cuatro de sus presuntos c¨®mplices por falta de pruebas. La condena de Casanova a 12 a?os de prisi¨®n -dictada en ausencia suya- ya no ten¨ªa sentido. El juez le concedi¨® la libertad provisional bajo fianza de 150.000 euros, en contra de la opini¨®n de la fiscal¨ªa, y le impidi¨® acercarse a C¨®rcega, aunque esa condici¨®n fue anulada pocos meses despu¨¦s.
?Por qu¨¦ lo han matado? Fuentes citadas por el diario Le Monde se?alan que Casanova estaba a punto de convertirse en el m¨¢ximo capo del crimen organizado en C¨®rcega. Su destino, o al menos as¨ª parec¨ªa entenderlo ¨¦l mismo, era suceder a Jean-J¨¦ Colonna en la c¨²spide del crimen organizado en la isla, tras la muerte de este ¨²ltimo en un sospechoso accidente de tr¨¢fico en noviembre de 2006.
Jacques Follorou y Vincent Nouzille, los autores del libro Les Parrains Corses (Fayard), aseguran que durante los 15 a?os de su fuga, Casanova estuvo protegido por c¨ªrculos pr¨®ximos a Charles Pasqua, ministro del Interior franc¨¦s en diversas ¨¦pocas de ese periodo. Ca¨ªdo Pasqua, las cosas cambiaron. "Si se decidiera a contar lo que sabe habr¨ªa suficiente como para hacer saltar 10 veces la Rep¨²blica", asegura un alto funcionario citado en el libro. Ya no podr¨¢ hablar.
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