Alitalia, culebr¨®n sin final
La compa?¨ªa de bandera italiana no tiene novio. Todos huyen de ella como de la peste. Pierde un mill¨®n de euros al d¨ªa, le quedan 170 millones en caja, tiene 17.000 empleados, una flota y una estructura entre anticuada y obsoleta, y unos sindicatos prepotentes y desunidos con una decena de siglas en sus filas. El ¨²ltimo consejero delegado de la compa?¨ªa, Maurizio Prato, dej¨® una frase hist¨®rica minutos antes de dimitir, hace un mes, cuando las centrales decidieron no aceptar la oferta vinculante de Air France-KLM: "Esta empresa est¨¢ maldita y s¨®lo un hechicero puede salvarla".
El mago que deb¨ªa rescatar a Alitalia es, por supuesto, Silvio Berlusconi. Pero, de momento, Alitalia se ha convertido en la primera crisis seria del tercer Gobierno del l¨ªder del Pueblo de la Libertad, antes incluso de tomar posesi¨®n.
"Esta empresa est¨¢ maldita", dijo el consejero delegado antes de irse
El tercer Gobierno de Berlusconi hace frente a su primera crisis
Air France se ha cansado de remar y ha dicho "ciao', Alitalia"
Durante la campa?a electoral, Berlusconi despreci¨® ol¨ªmpicamente la oferta de Air France-KLM con argumentos electoralistas: era "impresentablemente" baja (aunque la Bolsa no la valoraba mucho m¨¢s), no garantizaba la italianidad y acababa con el hub de Mil¨¢n-Malpensa (que, por otro lado, ha sido abandonado ya por Alitalia por razones obvias: no hay viajeros suficientes). A cambio, se sac¨® de la manga un improbable grupo de heroicos empresarios italianos que acudir¨ªan al rescate nacionalista de la bella ofendida. La promesa se ha revelado, de momento, poco m¨¢s que una fantas¨ªa sobrenatural.
Ahora que Air France se ha cansado de remar y ha dicho "ciao, Alitalia", Berlusconi y los sindicatos se han topado de frente con la cruda realidad: entre los dos, han tirado por la borda la ¨²nica oferta viable. La mejor prueba es que ambos se han acusado mutuamente de la retirada franco-holandesa. As¨ª que el ninguneado Gobierno saliente de Romano Prodi ha concedido, bajo presi¨®n de Berlusconi, un cr¨¦dito puente de 300 millones de euros que servir¨¢ para evitar la quiebra inminente y ganar algo de tiempo.
La Comisi¨®n Europea deber¨¢ analizar a fondo el asunto, tras la denuncia de Ryanair, que considera el pr¨¦stamo una ayuda estatal ilegal. De momento, Dur?o Barroso y Berlusconi se han inventado un trueque italofranc¨¦s de comisarios, muy conveniente para las dos partes: Roma cede la cartera de Justicia Libertad y Seguridad a Par¨ªs, mantiene la vicepresidencia de la Comisi¨®n y pasa a encargarse de la de Transportes. Pero el rescate ser¨¢ todo menos f¨¢cil. Mientras Bruno Ermolli, el superasesor de Berlusconi, busca inversores debajo de las piedras, el jefe de Gobierno in p¨¦ctore ha pedido a su amigo Vlad¨ªmir Putin que ponga a Aeroflot a negociar una improbable oferta, y ha advertido de que har¨¢n falta despidos dolorosos. Quiz¨¢ ambas cosas animen al capital nacional a sacar la cartera y el orgullo. Pirelli ya ha dicho s¨ª; el constructor Ligresti, tambi¨¦n. Una vez garantizados los neum¨¢ticos y la especulaci¨®n, ahora queda todo lo dem¨¢s. Pero la dama tricolor ya no puede esperar mucho. -
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