Un pa¨ªs que se mueve en motocicleta
La imagen de una campesina avanzando silenciosa bajo su sombrero c¨®nico con sus cestos colgados de una ca?a de bamb¨² que balancea al hombro es casi historia. El s¨ªmbolo del Vietnam de hoy es el continuo zumbido de sus motocicletas. Las hay incluso en las aldeas de las monta?as de Truong Son -frontera natural con Laos-, una de las zonas m¨¢s pobres del pa¨ªs, donde los campesinos se adentran en la jungla con sus veh¨ªculos. Pero sobre todo son las grandes urbes desde Hanoi a Ciudad Ho Chi Minh, las que se han convertido en aut¨¦nticos avisperos.
"Es la gran moda entre los j¨®venes. Los fines de semana acudimos a los mercados de segunda mano para, con lo poco que hemos ahorrado y la que ya tenemos, hacernos con otro modelo mejor", dice entre risas Hoang Duc Thieu, de 24 a?os. "Yo tengo tres: una para ir al trabajo, otra para los fines de semana y otra para salir de Hanoi", comenta orgulloso, aunque no indica la procedencia de las motos hasta que no se le pregunta directamente. "Las tres son chinas", se?ala con cierta frustraci¨®n.
La locura de las motocicletas comenz¨® en 1997 con las primeras importaciones masivas de China, tras la normalizaci¨®n de las relaciones con el vecino del norte, a principios de la pasada d¨¦cada -en el a?o 1979, tropas chinas avanzaron sobre Vietnam para "darle una lecci¨®n" por haber invadido Camboya y se retiraron a los dos meses-. Las motocicletas chinas cuestan entre 200 y 300 euros.
Marcas preferidas
Como muchos compa?eros, Hoang lo que quiere es una moto japonesa, pero son m¨¢s caras. Tanto Honda, como Yamaha, ya fabrican en Vietnam y en apenas unos a?os han logrado llenar las calles con los m¨²ltiples modelos y colores de sus veh¨ªculos. Las japonesas m¨¢s sencillas cuestan alrededor de 650 euros.
Pero no s¨®lo son j¨®venes los que se aventuran a zigzaguear por las calles vietnamitas. A la hora de la salida de los colegios, hay un enjambre de padres, madres y abuelos en motocicleta esperando a los ni?os, que se colocan el casco y van de paquete. Aunque est¨¢ prohibido, no es extra?o ver a bordo de un mismo veh¨ªculo una familia completa: los progenitores y los dos hijos que permite la planificaci¨®n familiar exigida por el Partido Comunista.
Es tal la proliferaci¨®n de motocicletas que el Gobierno ha comenzado a restringir los lugares de aparcamiento para no alentar su uso por la contaminaci¨®n tanto ac¨²stica como atmosf¨¦rica que causan en las ciudades. Tambi¨¦n ha comenzado a preparar normativas m¨¢s estrictas sobre medio ambiente que afectar¨¢n al auge de las dos ruedas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.