Desigualdades sociales, calidad de vida y salud
Una caracter¨ªstica de muchos pa¨ªses desarrollados ha sido el crecimiento de sus desigualdades sociales a causa de pol¨ªticas que han diluido la cohesi¨®n social que caracteriz¨® a la mayor¨ªa de pa¨ªses europeos y Estados Unidos durante el periodo que sigui¨® a la Segunda Guerra Mundial, cuando el keynesianismo y las pol¨ªticas redistributivas centraban las pol¨ªticas econ¨®micas y fiscales. Incluso el presidente republicano de Estados Unidos Richard Nixon dijo en su d¨ªa: "todos somos keynesianos".
Ahora, estableciendo un paralelismo semejante, gran parte de los dirigentes de gobiernos de ambos lados del Atl¨¢ntico podr¨ªa decir que "todos somos liberales", porque la situaci¨®n cambi¨® a partir de los a?os ochenta con la llegada del republicano Ronald Reagan a la presidencia de EE UU y del Gobierno conservador del Reino Unido liderado por Margaret Thatcher. El abandono de las pol¨ªticas redistributivas, del keynesianismo y del intervencionismo p¨²blico ha tenido como consecuencia un enorme incremento de las desigualdades sociales que han alcanzado su mayor expresi¨®n en EE UU. Tales desigualdades aparecen en todas las dimensiones de la sociedad, incluyendo la calidad de vida de sus ciudadanos. Una persona perteneciente al 5% del nivel de renta superior en EE UU vive 20 a?os m¨¢s que una persona perteneciente al 5% de renta inferior (un trabajador no cualificado con m¨¢s de cinco a?os en paro). En la Uni¨®n Europea de los Quince (UE-15) la diferencia es de siete a?os y en Espa?a de 10 a?os, uno de los diferenciales m¨¢s altos de la UE-15.
La falta de solidaridad y cohesi¨®n social influye en la tasa de mortalidad de los pa¨ªses
La esperanza de vida en Bangladesh es mayor que en Harlem
Dentro de cada pa¨ªs, el n¨²mero de a?os de vida que una persona vive, parecer¨ªa depender del nivel de renta que la persona tenga. A mayor renta, m¨¢s a?os de vida. Con tal renta la persona puede adquirir los recursos que van desde alimentos saludables a ejercicio f¨ªsico, educaci¨®n y otros determinantes de su salud que le permite mayor calidad de vida. Pero tal explicaci¨®n es insuficiente para explicar las enormes diferencias en mortalidad en la poblaci¨®n. As¨ª, un trabajador no cualificado con m¨¢s de cinco a?os en paro en Harlem, Nueva York, tiene una mortalidad mayor que una persona de clase media de Bangladesh, el pa¨ªs m¨¢s pobre del mundo; y ello a pesar de que el primero, la persona de Harlem, tiene muchos m¨¢s recursos (25 veces m¨¢s renta per c¨¢pita) que la persona de clase media de Bangladesh. Si el mundo fuera una sola sociedad, la persona de Harlem pertenecer¨ªa a la clase media, mientras que la de clase media de Bangladesh ser¨ªa pobre. Sin embargo, la persona promedio de Bangladesh vive m¨¢s a?os que la persona de Harlem. Otro ejemplo de que la diferencia en los niveles de renta no explican la mortalidad diferencial entre seres humanos es que el tercio superior de la poblaci¨®n de EE UU tiene unos indicadores de salud peores que el tercio inferior de la poblaci¨®n con menor renta del Reino Unido, a pesar de que el primer grupo es mucho m¨¢s rico que el segundo. Nivel de renta 'per se', por lo tanto, no es garant¨ªa de buena salud.
Una explicaci¨®n que se ha dado a este hecho de mortalidad diferencial entre las clases pudientes de EE UU y las clases populares del Reino Unido es que la poblaci¨®n estadounidense tiene unos h¨¢bitos de vida menos saludables que la poblaci¨®n brit¨¢nica; tiene, por ejemplo, una dieta alimentaria peor que la brit¨¢nica. Y el Reino Unido tiene un Servicio Nacional de Salud que garantiza el derecho de acceso a los servicios sanitarios en caso de necesidad, un derecho inexistente en EE UU. Tales explicaciones, aunque v¨¢lidas, son tambi¨¦n insuficientes. En realidad, el tercio de la poblaci¨®n de EE UU con nivel superior de renta tiene unos h¨¢bitos de vida semejantes a los existentes en los pa¨ªses europeos y tiene cobertura sanitaria a trav¨¦s del aseguramiento privado. ?Cu¨¢l es entonces la raz¨®n de esta mortalidad diferencial?
Para responder a esta pregunta hay que constatar que existe un gradiente de salud en todos los pa¨ªses independientemente de su riqueza. El profesor Michael Marmott ha estudiado, por ejemplo, los niveles de salud de los funcionarios p¨²blicos en el Reino Unido y ha visto que factores como la alimentaci¨®n, el h¨¢bito de fumar, el nivel de grasas en la dieta y otros factores, explican s¨®lo un 30% de las diferencias de mortalidad entre los m¨¢s y los menos sanos. Tales factores, que centran las intervenciones de salud p¨²blica, basadas en un mejoramiento de los h¨¢bitos de consumo y comportamiento individual son de gran importancia, pero insuficientes. Otros factores juegan un papel incluso mayor. Entre ellos est¨¢ la sensaci¨®n de poder controlar el trabajo y la vida de uno mismo. Tal sensaci¨®n determina que a mayor percepci¨®n de control de la vida, mayor nivel de salud. En realidad, la renta, la educaci¨®n, el estatus social y otras variables son instrumentos para alcanzar tal sensaci¨®n de control. Pero esta sensaci¨®n que se presenta a nivel de cada persona, depende de c¨®mo tal persona se relacione con otras. A mayor sociabilidad y solidaridad, mejor salud. Ah¨ª est¨¢ la ra¨ªz del problema y por lo tanto la v¨ªa para encontrar la soluci¨®n.
El darwinismo social que caracteriza las pol¨ªticas liberales (en las que cada persona debe competir con otras, vali¨¦ndose por ella misma, con escasa protecci¨®n social) es la mayor causa de patolog¨ªa social, y de escasa calidad de vida y salud para la mayor¨ªa de la poblaci¨®n. La prueba emp¨ªrica de ello es que la mejora de las tasas de mortalidad para todos los grupos en el Reino Unido se ralentiz¨® durante la ¨¦poca Thatcher, cuando el liberalismo alcanz¨® su mayor desarrollo en el Reino Unido. Las pol¨ªticas p¨²blicas thatcherianas, con reducci¨®n de las pol¨ªticas redistributivas, con ¨¦nfasis en la competitividad y falta de protecci¨®n social responsables del aumento de la inseguridad laboral y del desempleo, crearon un empeoramiento de la tasa de mortalidad en todas las edades y en la mayor¨ªa de la ciudadan¨ªa. No s¨®lo se increment¨® la mortalidad diferencial entre ricos y pobres, sino entre todas las clases sociales. Lo mismo est¨¢ ocurriendo en EE UU y ello como consecuencia de las pol¨ªticas liberales de la Administraci¨®n de Bush.
De estas realidades se deduce que el abandono de las pol¨ªticas redistributivas a favor de las pol¨ªticas antipobreza y antiexclusi¨®n social son importantes pero muy insuficientes, porque la mayor¨ªa de la poblaci¨®n no es pobre ni est¨¢ excluida y en cambio su potencial de vida queda disminuido con la falta de solidaridad y cohesi¨®n social. Lo que se requiere son programas altamente redistributivos que mejoren la calidad de vida de la mayor¨ªa de la ciudadan¨ªa, disminuyendo las distancias sociales y aumentando la solidaridad y la cohesi¨®n social.
Vicen? Navarro es catedr¨¢tico de Pol¨ªticas P¨²blicas de la Universidad Pompeu Fabra y profesor de Pol¨ªticas P¨²blicas y de Estudios Pol¨ªticos de la Johns Hopkins University.
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