Picaresca de posguerra
Narrativa. Nueve d¨ªas antes de morir, Rafael Azcona entreg¨® el manuscrito revisado de Los ilusos, novela publicada por primera vez en 1958, hace ahora 50 a?os. Su recuperaci¨®n literaria comenz¨® en 1999 con Estrafalarios I, recopilaci¨®n de tres de sus novelas cortas. En las distintas reediciones de sus textos, su autor siempre revisaba el original no tanto para modificar sustancialmente su contenido o forma como para a?adir los detalles que ocult¨® en su d¨ªa como consecuencia de una inevitable autocensura. Detalles sin excesiva importancia pero que, en su opini¨®n, no incluirlos ser¨ªa una forma de enga?o al lector y al propio autor.
Paco, el protagonista, llega a Madrid desde su natal Pamplona. Viene dispuesto a triunfar en el dif¨ªcil mundillo literario. 186 p¨¢ginas despu¨¦s, y sin que el contar el final reste un ¨¢pice de inter¨¦s al relato ya que el atractivo es el desarrollo de la trama, aquel joven tira la toalla de sus esperanzas y acepta trabajar en el hostal de un tal Manfredo, un hombre que sent¨ªa un profundo desprecio por los poetas: "En lugar de dedicarse a los ruise?ores, ded¨ªquese a las gallinas, le pongo por ejemplo de animal pr¨¢ctico y productivo, y venda sus huevos. O c¨®maselos, si no ha nacido para el comercio", le explicaba quien ser¨ªa su nuevo patr¨®n.
Los ilusos (nueva versi¨®n)
Rafael Azcona
Ilustraciones de Antonio Mingote
Ediciones del Viento. A Coru?a, 2008
186 p¨¢ginas. 18 euros
Los ilusos no es sino la traves¨ªa de un joven que llega a la gran ciudad, que se sumerge en los ambientes bohemios de los que sin levantar cabeza no renunciaban a la gloria de la l¨ªrica, que alcanzan la plenitud en un delirante viaje a Granada con la noble misi¨®n de "sembrar el grano de la poes¨ªa por las bas¨¢lticas tierras de Espa?a" y que, final y personalmente, claudica ante las dificultades. Naturalmente, esta excelente novela costumbrista es eso y mucho m¨¢s. Es un gran muestrario de una cierta picaresca urbana en la dura posguerra. Una nueva demostraci¨®n del rechazo que sent¨ªa el responsable hacia los sentimientos considerados como una de las bellas artes: "O sea, que se arruin¨® por amor' dedujo Paco, haciendo literatura. 'Hombre, si a eso le llamas amor... Que lo ten¨ªa cogido por el nabo y basta". Es, tambi¨¦n, un canto a la solidaridad y una muestra extraordinaria del o¨ªdo de su autor para el habla popular adem¨¢s de un alarde de generosidad argumental.
En las novelas de Azcona, como en las de uno de sus grandes maestros, P¨ªo Baroja, la cantidad de personajes que surgen en cada cap¨ªtulo, y que tendr¨ªan cada uno de ellos material para un relato o una nueva novela, es deslumbrante. En unas l¨ªneas esboza una vida que dar¨ªa para muchas m¨¢s: "A Luis le colgaban por detr¨¢s los tirantes del pantal¨®n. Seg¨²n el informe confidencial de Adolfo, aquel sujeto era el querido de do?a Rosita; un d¨ªa hab¨ªa acudido como fontanero a reparar una fuga de agua, hizo alguna frase de doble sentido a cuenta del soplete, do?a Rosita se le despechug¨® y Luis ya no volvi¨® por la fontaner¨ªa ni para devolver el soplete". O cuando describe al guardia municipal Atilano: "Acaba de sacar un libro titulado Pompas y Ditirambos, compuesto por sonetos que ensalzan con los mismos adjetivos los m¨¦ritos del r¨ªo Manzanares y los del Misisipi; los del Premio Nobel don Santiago Ram¨®n y Cajal y los de don Mariano Castillo y Ocsiero, inventor del Calendario Zaragozano; los de la piedra de los Toros de Guisando y los de la ternura de la ternera de ?vila... Pues bien: Atilano se present¨® de uniforme en la Embajada de Suecia, meti¨® entre las p¨¢ginas de un ejemplar de su libro un billete de cinco pesetas y se lo entreg¨® a un funcionario dici¨¦ndole, con un gui?o: 'Esto, para lo del Nobel".
Cada vez se escucha con m¨¢s frecuencia en boca de gentes sensatas y eruditas que para conocer la historia del g¨¦nero humano es m¨¢s provechoso leer a determinados novelistas que desempolvar archivos. Lo que resulta evidente es que obras como El cochecito, Los europeos o Los ilusos resultan ya imprescindibles para conocer nuestro pasado inmediato.

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