Otro hachazo a las salas
Apple ha abierto una nueva era en la industria cinematogr¨¢fica, en un escenario caracterizado por la pluralidad de ventanas de exhibici¨®n, p¨²blicas y privadas, y por la amenaza de la pirater¨ªa. La iniciativa supone otro hachazo a las declinantes salas que subsisten. Pero supone tambi¨¦n, como novedad, un golpe bajo al futuro de los reproductores de DVD, casi en el mismo momento en que Hollywood acaba de bendecir el sistema Blu-ray de alta definici¨®n.
Con el nuevo acuerdo se favorece tambi¨¦n la promoci¨®n y venta de equipos iPod de quinta generaci¨®n, un terminal estrella que ha elevado considerablemente los beneficios econ¨®micos y la penetraci¨®n de Apple en el mercado de las golosinas audiovisuales. La l¨®gica de la operaci¨®n reside en que si se puede comprar una pel¨ªcula a trav¨¦s de este terminal el mismo d¨ªa en que aparece en soporte DVD en las tiendas, mucha gente -sobre todo j¨®venes, los m¨¢s consumistas en el mercado de la virtualidad- preferir¨¢ el canal online, con un interfaz ubicuo y de f¨¢cil manejo, lo que para las empresas productoras supone el considerable ahorro de no tener que confeccionar un soporte f¨ªsico para sus obras. Para Time Warner esta f¨®rmula significar¨¢ que sus ganancias se podr¨¢n triplicar en breve plazo. La oferta del cat¨¢logo actual de iTunes no alcanza todav¨ªa los 2.000 t¨ªtulos cinematogr¨¢ficos, pero con el nuevo sistema la expansi¨®n ser¨¢ mete¨®rica.
La nueva estrategia persigue recuperar al p¨²blico joven y postelevisivo
Hollywood vivi¨® su primer terremoto tecnol¨®gico con la competencia radiof¨®nica y este reto contribuy¨® a la implantaci¨®n del cine sonoro. El segundo gran sobresalto lleg¨® con la imagen dom¨¦stica de la televisi¨®n, que desplaz¨® a gran parte de la audiencia hacia el hogar. El tercer impacto se produjo con la aparici¨®n de las grabadoras y reproductoras dom¨¦sticas de soportes videogr¨¢ficos, artefactos que algunas majors intentaron sin ¨¦xito que fuesen prohibidos por el Tribunal Supremo como instrumento de pirater¨ªa. Y la ¨²ltima sacudida procedi¨® de la llegada de Internet y de todas sus ramificaciones subsiguientes. Con el nuevo acuerdo Hollywood se ha tomado en serio los nuevos retos tecnol¨®gicos y ha entrado en serio en la era de la virtualidad. Esto quiere decir, en la pr¨¢ctica, que ha acabado por apostar por la movilidad online en detrimento de los soportes duros. El gozo audiovisual se empalma as¨ª a las extensiones f¨ªsicas del sujeto perceptor, como habr¨ªa postulado un McLuhan que muri¨® en la era de los sat¨¦lites geoestacionarios y no alcanz¨® a vivir la globalizaci¨®n de Internet.
Los efectos de esta operaci¨®n no acaban aqu¨ª. La nueva estrategia persigue adem¨¢s otros fines lucrativos: recuperar para la oferta cinematogr¨¢fica al p¨²blico adolescente y postelevisivo e impulsar la venta de m¨¢s iPod. Hollywood se ha hecho virtual. Lo que ya no sabemos es si con ello ha entrado tambi¨¦n en una edad cultural m¨¢s madura.
Babelia
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