La visita que huye de la nostalgia y se abre al descubrimiento

El guionista y productor de cine El¨ªas Querejeta (Hernani, 1934) se fue a vivir a Madrid en 1960. "Llegu¨¦ un 8 de octubre. Durante los seis primeros meses me cost¨® much¨ªsimo adaptarme, pero luego... Es una ciudad que me gusta y en la que vivo muy a gusto", afirma. Sin embargo, siempre que puede se acerca a San Sebasti¨¢n. Y lo hace "sin nostalgia". Prefiere que cada visita suponga un "descubrimiento".

"Pasear por San Sebasti¨¢n sigue siendo realmente una delicia y no sabr¨ªa decir por qu¨¦ lugar me gusta pasear m¨¢s, porque tendr¨ªa que hacer consideraciones sobre por qu¨¦ lugar me gusta pasear menos", comenta en una especie de trabalenguas. Ondarreta y La Concha figuran, por supuesto, en su lista. Ya no se anima a bajar a la playa, pero recuerda con nitidez los partidos de f¨²tbol que jug¨® sobre el arenal en las filas del equipo Txinparta de la Parte Vieja.

El productor disfruta en cualquier restaurante de la Parte Vieja

"A mi mujer le gusta tanto pasear que, a veces, tengo que entrenarme para seguir su ritmo", bromea quien fuera tambi¨¦n jugador de la Real Sociedad. E insiste en que caminan por cualquier sitio, aunque un lugar por el que transitan "particularmente" es el paseo de los Fueros, que discurre paralelo al r¨ªo Urumea.

Durante parte de su infancia y su juventud, Querejeta vivi¨® a caballo entre Hernani y San Sebasti¨¢n y un tiempo residi¨® precisamente cerca del paseo de los Fueros. De ah¨ª le viene la predilecci¨®n por ese rinc¨®n donostiarra. ?Por qu¨¦ le gusta tanto? "No s¨¦... Est¨¢ el r¨ªo... Son cosas que casi no se pueden describir. Hay que verlas y vivirlas".

En cualquier caso, la infancia es para ¨¦l sin¨®nimo de Hernani. "Mi ¨²nica patria es mi infancia", dice parafraseando al escritor Antoine de Saint-Exup¨¦ry. "Esas palabras siempre me conmovieron, as¨ª que como mi infancia es Hernani, mi patria es Hernani".

En este caso, s¨ª le pesa algo la nostalgia. Hace ya "15 o 20 a?os" que no visita su localidad natal. Fue tal la diferencia que vio entre el Hernani de su memoria y lo que estaba viendo que prefiri¨® irse, pero asegura que aquel pueblo de su infancia, que no cree que llegase a 5.000 vecinos, sigue en su recuerdo "con real exactitud". Una referencia clara en esa memoria es el monte Santa B¨¢rbara y sus alrededores. "Mis padres ten¨ªan la casa cerca. Ah¨ª hemos hecho de todo", apunta con una p¨ªcara sonrisa.

Y de un monte a otro, porque de vuelta a San Sebasti¨¢n otro lugar que le gusta "much¨ªsimo" es el Urgull. Echa mano de nuevo de la moviola del tiempo para recordar la carrera que hicieron en una ocasi¨®n el actor Alfredo Landa y ¨¦l para alcanzar la cima. "Quer¨ªa ganar a toda costa, pero gan¨¦ yo".

En la cercana Parte Vieja "cualquier sitio es bueno para comer". Querejeta, diplom¨¢tico, se resiste a concretar. "No me gusta hacer distinciones". Ante la insitencia de su interlocutora, se anima a citar algunos restaurantes: el Urepel, Juanito Kojua, La Rampa,... Y procura pasar siempre que puede por Arzak, porque "Juan Mari es amigo de toda la vida".

La verdura y el pescado. "Eso es b¨¢sico" en los men¨²s por los que se decanta Querejeta, poco amigo de ir de txikiteo y pinchos. Prefiere sentarse a comer tranquilamente.

El productor relataba sus recuerdos y sus gustos sentado en la cafeter¨ªa del Hotel Londres, en pleno paseo de La Concha, el pasado 24 de abril, justo un d¨ªa antes de recibir el premio del Festival de Cine y Derechos Humanos de San Sebasti¨¢n en el Teatro Victoria Eugenia. "Todav¨ªa no lo he visto renovado. Tengo unas ganas...", comenta, al tiempo que confiesa, "sin establecer comparaciones", que el Festival Internacional de Cine le resultaba "m¨¢s emocionante" cuando ten¨ªa su sede en este teatro que en el Kursaal.