"La gente tiene derecho a una televisi¨®n digna"

"Qu¨¦ horror, es espantoso". "S¨ª, pero la gente tiene que ver lo que hace esa gentuza". La cabina de montaje de Televisi¨®n Espa?ola parec¨ªa "el camarote de los hermanos Marx". Los editores Mar¨ªa Antonia Iglesias y Julio de Benito, los presentadores Elena S¨¢nchez y Luis Mari?as "y todo el que pasaba por all¨ª" discut¨ªan a voces emitir o no unas im¨¢genes en el telediario. En la moviola, Mar¨ªa Jes¨²s Gonz¨¢lez intentaba levantarse del asfalto mutilada por la bomba de ETA que le hab¨ªa segado las piernas a su hija Irene Villa, tendida m¨¢s all¨¢. "Fue un debate brutal. Hasta entonces s¨®lo se ve¨ªan coches retorcidos y muertos tapados con albal. Ver a aquella mujer y su ni?a desangr¨¢ndose fue un antes y un despu¨¦s en la percepci¨®n del terrorismo. Se hizo lo correcto".

La defensora del espectador de RTVE har¨¢ un programa con las quejas del p¨²blico

Si ese 17 de octubre de 1991 le hubieran dicho a la peleona redactora S¨¢nchez que iba a ser Defensora del Telespectador, el Oyente y el Usuario de los Medios Interactivos de la Corporaci¨®n RTVE "hubiera flipado". "S¨ª soy una curranta", le espet¨® a quien se lo propuso. "Pero pens¨¦: si los periodistas nos pasamos el d¨ªa discutiendo sobre los l¨ªmites del oficio, mostremos ese debate".

S¨¢nchez tiene una comida de trabajo. Por eso pide de beber y no las tapas de Jabugo y bac¨®n con brie fundido en que consisten muchos de sus almuerzos en la barra. A¨²n no ha llegado la horda de ejecutivos que componen la parroquia de Urrechu. Este restaurante de autor es hoy la locomotora de Zoco Pozuelo, uno de los primeros centros comerciales de Madrid. ??igo Urrechu ofrece "su casa" a "sus amigas". Ser¨¢ luego cuando se niegue a traer la cuenta.

El cargo le llega a S¨¢nchez a los 50. Se libr¨® por s¨®lo un a?o de enfrentarse "al dilema" de acogerse a la prejubilaci¨®n que ha borrado del mapa a una brillante generaci¨®n de colegas. Ella ya tuvo su eclipse. La rubia de las chicas Calvi?o -Mar¨ªa Escario, Concha Garc¨ªa Campoy, ?ngeles Caso-, aquellas j¨®venes periodistas "con hombreras de Mazinger Z" que fich¨® el director de RTVE del primer Gobierno socialista, ha cruzado el desierto. Con la llegada del PP al poder, S¨¢nchez pas¨® del estrellato del telediario de la noche al ostracismo del Canal Internacional. "Fue una decisi¨®n pol¨ªtica. En esta casa no siempre ha primado el criterio profesional", admite. "En esto no hay bandos, ni profesionales, ni pol¨ªticos. Los ciudadanos tienen derecho a una informaci¨®n plural y a un entretenimiento digno. Un medio p¨²blico debe tener un plus de ¨¦tica. Canalizar¨¦ las quejas de la audiencia, alertar¨¦ a los compa?eros sobre los fallos y divulgar¨¦ c¨®mo trabajamos. Los intereses del medio y del p¨²blico son los mismos".

Para eso hay que dar la cara. Y ganarse al respetable. Va a hacer un programa como defensora, busca hueco en la parrilla. "Aspiro a enganchar a la audiencia. En la tele no hay g¨¦nero menor". Algunos recordar¨¢n el diamante -"regalo de mi madre por mis 20 a?os"- que brillaba en su garganta en los ochenta. Ahora es una amatista -"regalo de mam¨¢ por mis 50"- la que lastra su anular. De las hombreras -"las pr¨®tesis, dec¨ªa la Escario"- nunca m¨¢s se supo. "Alabado sea Dior".