Homenaje a los ca¨ªdos con p¨®lvora
Algodonales recrea la batalla que se libr¨® contra la invasi¨®n napole¨®nica
"?Ani, t¨² te mueres hoy?". Ani alza la vista hacia el balc¨®n de donde le ha venido la pregunta. "S¨ª, esta vez me toca, aunque a media batalla", responde mientras vence al sol con la mano. Los vecinos de Algodonales (C¨¢diz, 5.726 habitantes) est¨¢n acostumbrados a morirse cada primer fin de semana de mayo, cuando todo el pueblo celebra el aniversario de la sangrienta batalla que se libr¨® en 1810 y que seg¨® la vida de 239 personas y quem¨® m¨¢s de 70 casas. Una representaci¨®n teatralizada recuerda a los ca¨ªdos a golpe de ca?onazos y bayonetas. No en vano el Ayuntamiento ha repartido m¨¢s de 50 kilos de p¨®lvora.
Medio millar de personas participan activamente en la recreaci¨®n de la batalla. Los vecinos de Algodonales no est¨¢n solos. En esta ocasi¨®n han venido compa?eros de Bail¨¦n (Ja¨¦n), Alhaur¨ªn (M¨¢laga), M¨¢laga y La Albuera (Badajoz). Los autobuses les han llevado hasta este municipio de la sierra gaditana que lleva cuatro a?os festejando la cruenta contienda y el valor de sus habitantes. "Mientras en otros pueblos muchos salieron huyendo, aqu¨ª hubo una feroz resistencia", explica orgulloso el alcalde, ?ngel Acu?a. Los preparativos para repartir papeles y organizar la escenograf¨ªa y el vestuario comienzan en septiembre.
La principal plaza del pueblo y sus calles aleda?as se han cubierto de albero y, mientras se aguarda el inicio de la batalla, los bares y cafeter¨ªas se transforman en tabernas de la ¨¦poca y bullen de actividad las tiendas del mercado artesanal. Estos d¨ªas se espera triplicar poblaci¨®n.
Los altavoces avisan del inicio del enfrentamiento que va a tener como ensordecedora banda sonora la cantata Carmina Burana y el estruendo de la p¨®lvora estallando desde pistolones al aire y ca?ones que, s¨®lo al verlos, provocan que el p¨²blico se tape los o¨ªdos. El imparable avance franc¨¦s hacia la Iglesia deja atr¨¢s una ristra de muertos, que no pueden resistir la curiosidad de levantar de vez en cuando la cabeza para seguir tambi¨¦n la batalla. Licencias de una recreaci¨®n festera.
El final es un aplauso generalizado. Ovaci¨®n que sirve de homenaje a la heroicidad de un pueblo. "Cuando ocurri¨® todo esto hab¨ªa 2.000 habitantes. Murieron m¨¢s de 200, as¨ª que quien m¨¢s quien menos perdi¨® a un ser querido", explica un vecino desde la reja de la ventana. La memoria de la tragedia permanece escrita en las fachadas de algunas casas. El Ayuntamiento ha recuperado el episodio hist¨®rico para atraer turistas.
La fiesta, que se inici¨® el 1 de mayo, continuar¨¢ hoy con una degustaci¨®n compartida de platos t¨ªpicos: esp¨¢rragos y potaje de tagarninas. La bebida se sirve en cuencos de barro para viajar en el tiempo en cada sorbo. La celebraci¨®n se cerrar¨¢ con un ataque ficticio al campamento franc¨¦s, en el que participan, en un duelo de espadas y ca?ones, los ni?os y sus padres. Ani tendr¨¢ otra oportunidad de morirse en Algodonales.
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