Vuelva usted ma?ana, aunque est¨¦ muerto
La Comunidad insta a dos fallecidos a renovar su solicitud para una residencia
La burocracia en la concesi¨®n de plazas para mayores en las residencias p¨²blicas de la Consejer¨ªa de Familia y Asuntos Sociales, con una lista de espera de 17.000 personas, est¨¢ provocando disgustos innecesarios a personas cuyos seres queridos han muerto en los ¨²ltimos tiempos. Al menos dos familias de solicitantes ya fallecidos, uno de ellos en julio de 2005, han recibido sendas cartas instando a la renovaci¨®n de la solicitud de plaza.
El ¨²ltimo caso lo dio a conocer ayer la cadena SER y es el de In¨¦s, viuda de Francisco, muerto el d¨ªa de su 69 cumplea?os, el 31 de julio de 2005, tras cinco a?os de padecer alzh¨¦imer. "Presentamos la solicitud a principios de 2004, cuando mi marido ya necesitaba asistencia las 24 horas, y en casa yo y la persona que me ven¨ªa a ayudar no d¨¢bamos abasto", explica In¨¦s, que no puede ocultar su disgusto porque tres a?os despu¨¦s de morir su marido el Gobierno regional le inste a renovar la solicitud. "Es que a¨²n no le dan ni la plaza, sino que piden que renueve todos los papeles. Imag¨ªnate cu¨¢ndo le llegar¨¢ la ayuda que necesit¨¢bamos hace tres a?os", se queja.
La Consejer¨ªa de Familia, por su parte, argumenta que la tramitaci¨®n de las plazas en residencias "sigue su curso hasta que se tiene noticia de que la persona ha muerto". "Si nadie nos lo comunica, ?c¨®mo podemos saberlo?", explica un portavoz, que considera que son las familias las que deben alertar de que ya no es necesaria la plaza.
En octubre de 2007, se le env¨ªo a otra anciana la misma solicitud del Gobierno regional, nueve meses despu¨¦s de su fallecimiento. Mar¨ªa Luisa Ba?uelos, hija de Francisca Cubo Herrero, hab¨ªa solicitado en noviembre de 2001 una plaza gratuita en una residencia para asistidos, ampar¨¢ndose en un informe de minusval¨ªa del 97%. Los tr¨¢mites se prolongaron tres a?os, ya que Francisca contaba con tres pensiones y no pod¨ªa aspirar a una plaza gratuita. Todo qued¨® resuelto entre julio y diciembre de 2004, cuando la mujer entr¨® en la lista de espera para una plaza financiada en parte por la familia y en parte por la Comunidad de Madrid. Pero a partir de ah¨ª, el silencio. Hasta el 11 de octubre de 2007, cuando a Francisca se le mand¨® una nueva carta de la consejer¨ªa en la que piden los mismos documentos aportados tres a?os antes.
Mar¨ªa Luisa, que hab¨ªa enterrado a su madre el 4 de enero, se llev¨® un buen disgusto. Escribi¨® una carta a la presidenta regional, Esperanza Aguirre, en la que recalc¨® que el Gobierno regional no deber¨ªa olvidarse de aquellos que, "en otro momento de su vida contribuyeron con su trabajo y esfuerzo a hacer que nuestro pa¨ªs prosperara y que al final de sus vidas, se ven, en muchos casos, olvidados y solos".
Las cosas, sin embargo, no terminaron ah¨ª. El pasado 4 de enero, justo un a?o despu¨¦s de la muerte de su madre, Mar¨ªa Luisa recibi¨® otra carta en la que le comunican el archivo de su expediente "por no presentar la documentaci¨®n requerida".
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