Un problema sin resolver
La universidad es una instituci¨®n docente e investigadora cuya funci¨®n primaria es la de formar licenciados. Por ello todos los profesores tenemos que dar clase e investigar aunque algunos tengan una actividad investigadora escasa o nula. Las mejores universidades son las que forman los titulados m¨¢s preparados y no, necesariamente, las que m¨¢s investigan. Lo que sucede es que estas universidades tambi¨¦n tienen una magn¨ªfica investigaci¨®n que redunda positivamente en la formaci¨®n de los estudiantes. Pretender que las universidades p¨²blicas espa?olas sean como Harvard o Cambridge es un imposible casi metaf¨ªsico. Para eso habr¨ªa que cambiar leyes, costumbres y mentalidad, es decir, hacer una revoluci¨®n acad¨¦mica.
Algunos profesores demandan que se reduzca su dedicaci¨®n docente debido a su actividad investigadora y que adem¨¢s ¨¦sta incida tanto en la pol¨ªtica de selecci¨®n y promoci¨®n del profesorado como en la dotaci¨®n de espacios. La investigaci¨®n es parte de nuestro trabajo y no tenemos que reclamar recompensas por cumplir con nuestra obligaci¨®n. El esfuerzo investigador debe reconocerse, pero 1) definiendo qu¨¦ es investigaci¨®n porque, por ejemplo, hacer trabajos para empresas no siempre es investigar; 2) estableciendo criterios de productividad porque a veces los que m¨¢s tienen no son los que m¨¢s y mejor producen; 3) exigiendo que investiguen los que no lo hacen; 4) revisando los sistemas de contrataci¨®n del profesorado y creando mecanismos de seguimiento durante, como m¨ªnimo, dos sexenios; 5) evitando que los profesores que ya est¨¢n privilegiados -?que los hay!- tengan a¨²n m¨¢s privilegios. Los profesores que acrediten una investigaci¨®n de excelencia podr¨ªan desgravar horas de docencia (nunca totalmente) pero, para que el equilibro no se rompa, aquellos que no investiguen o tengan una investigaci¨®n menor deber¨ªan incrementar su docencia. No es mejor profesor el que m¨¢s investiga sino el que mejor ense?a.
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