El sentido de los n¨²meros
Son muchos quienes tienen dificultades con los n¨²meros. No es tanto realizar operaciones aritm¨¦ticas, sino saber leer lo que significan. Un uno, por ejemplo, es, a simple vista, una cifra muy sencillita. ?Qu¨¦ se puede esconder tras semejante birria, un palito que por todo adorno apenas si lleva un flequillo? Nada, en efecto, sin la coletilla de "mill¨®n de euros", como sin duda sabe Eduardo Zaplana.
Otras cifras son m¨¢s complejas. Ocurre con las macrocifras del mundo financiero, esa enso?aci¨®n num¨¦rica. ?Qu¨¦ significan 44.600 millones de d¨®lares o, lo que es lo mismo, 28.925 millones de euros? Aconsejamos a los nost¨¢lgicos de
la peseta que multipliquen por los 166 (as¨ª, sin decimales) de rigor y ya ver¨¢n qu¨¦ espacio ocupa la simple escritura del resultado. ?sa era la cantidad que ofrec¨ªa la empresa Microsoft a la empresa Yahoo!, el segundo buscador en Internet tras el Google invencible. Repite usted esa cantidad unas cuantas veces y no llega a imaginarse de qu¨¦ estamos hablando. Entret¨¦ngase un ratito
y divida los 28.925 millones de euros por su sueldo anual y calcule cu¨¢ntos a?os de trabajo se necesitan para alcanzar esa cantidad. Le ayudamos: con un sueldo al a?o de 30.000 euros s¨®lo tendr¨ªan que pasar casi un mill¨®n de a?os: 964.166, para ser exactos. M¨¢s o menos lo que usted habr¨ªa ganado desde su primer empleo de becario en Atapuerca, rompiendo piedras, hasta su actual empleo de inform¨¢tico. Eso sin contar los estragos de la inflaci¨®n y los consiguientes impuestos. Una minucia.
Pero hay otras cantidades a¨²n m¨¢s inextricables. Cien muertos en la carretera durante las navidades son una estad¨ªstica, pero s¨®lo cuando nos toca de cerca apreciamos la cifra. De todas ellas, la dificultad mayor, el r¨¦cord de lo que nadie entiende ni calibra corresponde al n¨²mero de muertos de cualquier pa¨ªs del Tercer Mundo. ?Qu¨¦ significan los 22.500 muertos y 41.000 desaparecidos de Myanmar? ?Hay alguien ah¨ª capaz de comprender lo que significa tal n¨²mero de ni?as, ni?os, mujeres y hombres de mediana edad, ancianas y ancianos, succionados por el agua, aplastados
por el barro? La prueba de que es dif¨ªcil entender esta enormidad es que tampoco la entienden muchos pol¨ªticos, muchos intelectuales y muchos banqueros.
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