La izquierda y los nacionalismos
Ensayo. Se entiende el desbordamiento de los nacionalismos perif¨¦ricos tras la dictadura, pero no tanto la ola de entusiasmo filonacionalista que arrastr¨® a los partidos de ¨¢mbito estatal, sobre todo de la izquierda, en los a?os setenta, con consecuencias que se prolongan hasta hoy. Andr¨¦s de Blas fue de los primeros en alertar, desde posiciones socialdem¨®cratas, sobre esas consecuencias en art¨ªculos y conferencias recogidas en este libro: si desde la democracia cristiana a los partidos marxistas reclamaban la autodeterminaci¨®n, es decir, el derecho de secesi¨®n, como un m¨ªnimo democr¨¢tico indiscutible, es l¨®gico que los nacionalistas genuinos se vieran forzados a singularizarse radicalizando sus propias propuestas. Ello distorsion¨® la pol¨ªtica espa?ola de la ¨¦poca, y aunque socialistas y comunistas atemperaron luego su discurso en aras del realismo pol¨ªtico, la semilla estaba sembrada para prolongar esa din¨¢mica perversa: lo que en un momento dado es satisfactorio para los nacionalistas, deja de serlo en cuanto los partidos de ¨¢mbito estatal lo asumen como propio. Hoy podr¨ªa tal vez a?adirse algo m¨¢s: que esa din¨¢mica tambi¨¦n es mala para los propios nacionalistas con vocaci¨®n de gobierno (es decir, con aprecio por la estabilidad pol¨ªtica): si no encuentran resistencias a sus demandas, se desorientan, pierden la conciencia de los l¨ªmites y se dejan arrastrar a situaciones imposibles por la presi¨®n de los partidos independentistas situados a su costado. En Catalu?a, por ejemplo.
Escritos sobre nacionalismo
Andr¨¦s de Blas
Biblioteca Nueva. Madrid, 2008
216 p¨¢ginas. 16 euros
El autor busca en la historia las razones de ese desenfoque, desde las alianzas forjadas durante la guerra y prolongadas en la oposici¨®n a la dictadura a la mala conciencia de los reformadores del franquismo; pero tambi¨¦n la influencia del marxismo sumario de los a?os setenta, con su adaptaci¨®n a todo lo que se moviera, sin importar en qu¨¦ direcci¨®n, y aquella confusi¨®n que llev¨® a tomar el nacionalismo como un movimiento social equiparable a la ecolog¨ªa o el feminismo. Ese marxismo ocasional se pas¨® de moda, pero su huella permaneci¨® en una serie de t¨®picos y equ¨ªvocos que identifican radicalidad antiestatal con progresismo. Un estudio de Juan Linz reproducido en el libro revela que todav¨ªa en 1979 el 11% de los que expresaban simpat¨ªas comunistas defend¨ªan la independencia como respuesta adecuada a la cuesti¨®n nacional, mientras que s¨®lo el 6% de los votantes de CiU compart¨ªa esa idea. Entre los t¨®picos m¨¢s superficiales del nacionalismo y sus avalistas exteriores destaca De Blas el de la crisis del Estado nacional. Una contradicci¨®n flagrante es la de quienes invocan esa crisis, magnific¨¢ndola, como argumento de su reclamaci¨®n de independencia para formar su propio Estado nacional. Otro t¨®pico, el de la afirmaci¨®n de las nacionalidades vasca, catalana y gallega como ¨²nicas realidades nacionales genuinas, negando tal condici¨®n a Espa?a, permite al autor regresar a la distinci¨®n cl¨¢sica entre naci¨®n pol¨ªtica y naci¨®n cultural que ha desarrollado en sus obras anteriores. El cap¨ªtulo dedicado a la evoluci¨®n del pensamiento de Aza?a sobre la cuesti¨®n nacional es tal vez el m¨¢s sugestivo del libro, que tambi¨¦n incluye art¨ªculos de intervenci¨®n pol¨ªtica sobre los temas pol¨¦micos de los ¨²ltimos a?os, de la autodeterminaci¨®n a las reformas estatutarias en curso.
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