La responsabilidad de gobernar
No hace ni un a?o, en las ¨²ltimas elecciones municipales, los ciudadanos de Barcelona dieron la victoria al PSC y el consistorio reunido en la primera sesi¨®n nombr¨® a Jordi Hereu alcalde de la ciudad. Los electores y los concejales dieron, pues, un mandato claro al alcalde Hereu para que formara gobierno con ICV y por tanto gobernara. Un gobierno en minor¨ªa, s¨ª, pero con todas las garant¨ªas y prerrogativas que ofrece la ley.
Por eso, desde hace un a?o, y como siempre ha sucedido desde 1979, el gobierno municipal gobierna. Gobierna porque tiene un proyecto claro para Barcelona: anclar el crecimiento econ¨®mico en un modelo sostenible y competitivo basado en la calidad, la innovaci¨®n y los sectores emergentes (medio ambiente, comunicaci¨®n, biomedicina...), asegurar el desarrollo necesario para las grandes infraestructuras, mantener la transformaci¨®n urbana (Sant Andreu-Sagrera, Gl¨°ries, la Marina) y la dignidad del espacio p¨²blico en toda la ciudad. Nuestro objetivo, ofrecer mejoras sociales y ampliaciones de los servicios p¨²blicos (bicing, guarder¨ªas, prestaciones sociales, bibliotecas...) y garantizar la convivencia y la cohesi¨®n social en todos y cada uno de los 73 barrios que ahora forman Barcelona.
El gobierno municipal seguir¨¢ gobernando al servicio de los ciudadanos, su programa y sus ideas
El equipo de Hereu gobierna porque toma decisiones y obtiene resultados. Pero cuando necesita pactar, pacta, como para la nueva contrata de limpieza o el aumento de las plantillas de la Guardia Urbana. En este mandato, el Pleno del Ayuntamiento de Barcelona ha aprobado hasta hoy 218 expedientes o iniciativas. De ¨¦stas, 153 se han aprobado por unanimidad. Es decir, el 70,1% de las iniciativas del gobierno han contado con el apoyo de todos los grupos pol¨ªticos. Pero este equipo, cuando puede tomar sus decisiones, las toma (siempre desde el respeto al debate pol¨ªtico, pero en virtud de sus competencias). As¨ª hemos conseguido que la ciudad avance (con el presupuesto 2008) y que no se paralicen sus proyectos. Barcelona avanza y supera dificultades y pol¨¦micas (el AVE ha llegado por fin a la ciudad; habr¨¢ un t¨²nel que enlazar¨¢ Sants con la gran estaci¨®n intermodal de la Sagrera y nos garantizar¨¢ la salida hacia Francia, permitiendo ampliar la red de Cercan¨ªas; pronto tendremos la nueva terminal del aeropuerto y gracias a la actitud responsable de determinados grupos pol¨ªticos, el suministro de agua ha quedado garantizado incluso en caso de sequ¨ªa extrema).
El equipo de gobierno del Ayuntamiento ejerce porque est¨¢ el primero, al lado de los ciudadanos en los momentos m¨¢s d¨ªficiles: lo estuvimos en el Carmel y lo hemos vuelto a estar dando alternativas a los paros de Cercan¨ªas y recortando al m¨¢ximo las molestias durante los cortes de electricidad del pasado verano.
Y frente a un gobierno que gobierna, hay una parte de la oposici¨®n que, en primer lugar, se contradice, porque nos acusa al mismo tiempo de par¨¢lisis y de actuar contra la mayor¨ªa, pero sobre todo que se ha lanzado irresponsablemente -a solas- a la estrategia del bombero-pir¨®mano, que para justificar su existencia prende fuego al monte: CiU desestabiliza la instituci¨®n municipal abanderando frentes del no y judicializando la pol¨ªtica simplemente para ofrecerse despu¨¦s como garant¨ªa de estabilidad. Un mal servicio a Barcelona. Si la oposici¨®n quiere gobernar -algo absolutamente leg¨ªtimo-, tiene tres posibilidades: la primera es ganar las elecciones; la segunda, pactar con el gobierno, y la tercera, presentar una moci¨®n de censura. Pero lo que no tiene sentido es querer gobernar desde la oposici¨®n porque va contra toda l¨®gica institucional y porque al final lo ¨²nico que puede conseguir es el victimismo y la apariencia de bloquear la ciudad.
Mientras la oposici¨®n decide qu¨¦ hacer, el gobierno de Barcelona seguir¨¢ asumiendo su obligaci¨®n y cumplir¨¢ su responsabilidad de gobernar al servicio de los ciudadanos, de su programa y de sus ideas.
Carles Mart¨ª es primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona.
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