Coslada, ciudad sin ley

Si hay algo m¨¢s repugnante que un chorizo es un polic¨ªa chorizo. Una sociedad asume la posibilidad de que entre los ciudadanos haya personas indeseables que cometan cr¨ªmenes o se apropien de lo ajeno. Para eso se dictan leyes y normas que permitan ordenar la vida sin que impere la ley de la selva. Con id¨¦ntico objeto se crean los cuerpos de seguridad supuestamente formados por personas ¨ªntegras a las que damos armas y poderes para que mantengan a raya a quienes vulneran esas normas. Cuando esos vigilantes escogidos, a los que denominamos polic¨ªas, son los primeros en delinquir o aprovechan su poder y posici¨®n para extorsionar a los ciudadanos a quienes se deben, cuando eso sucede, el esquema de convivencia se va a hacer pu?etas. Esto es lo que se ha destapado el jueves pasado en Coslada.

Es evidente que nadie denunciaba porque al hacerlo pon¨ªan en juego su vida y sus negocios

Un tal Gin¨¦s Jim¨¦nez, al que todo el pueblo tem¨ªa y conoc¨ªa, utilizaba presuntamente la chapa de Jefe de la Polic¨ªa local para extorsionar a las prostitutas, a los bares de copas y a todo el que pod¨ªa. Un tipo que se mont¨® una guardia pretoriana de al menos 25 agentes municipales constituida en red mafiosa para controlar el pueblo en el mas puro estilo de la Cosa Nostra. Hay pruebas y testimonios para aburrir y por de pronto habr¨¢ que felicitar a la Polic¨ªa Nacional por levantar la tapa de este hediondo puchero y animar a los jueces para que estimulen las labores de investigaci¨®n con la m¨¢xima tenacidad.

Hay que llevar el asunto hasta el final y que no quede t¨ªtere con cabeza entre quienes participaron o favorecieron semejante impudicia. El Estado de derecho necesita un tratamiento ejemplar y ejemplarizante de este esc¨¢ndalo si no queremos que la impunidad estimule situaciones similares en todos los pueblos de Espa?a. No tengo la menor duda de que, por desgracia, cosas parecidas a la ocurrida en Coslada est¨¢n pasando en otros muchos municipios del Estado incluidas las grandes ciudades como Madrid y, si eso puede suceder y eso sucede, es que est¨¢ fallando el sistema. Un fallo que nos distancia de los pa¨ªses en que las instituciones son garantes del respeto a los ciudadanos y nos acerca odiosamente a las rep¨²blicas bananeras donde los cuerpos de seguridad practican la mordida a tumba abierta.

Lamentablemente ya no estamos tan lejos porque lo de Coslada era de un descaro absoluto. Todo el mundo all¨ª sab¨ªa que el sheriff, como apodaban a Gin¨¦s Jim¨¦nez "hac¨ªa lo que le sal¨ªa de los huevos", y cito literalmente la frase que m¨¢s hemos escuchado estos d¨ªas entre el sufrido vecindario. Lo hac¨ªa ¨¦l y los agentes del llamado "bloque", es decir los corruptos. Pagaban los empresarios, tambi¨¦n las putas y, cuando los del bloque ten¨ªan ganan, se las tiraban manu militari de gratis.

Esto ha ocurrido durante los ¨²ltimos a?os mientras el poder pol¨ªtico de Coslada estaba a por uvas. Ni siquiera pasa por mi imaginaci¨®n que el anterior alcalde, el popular Ra¨²l L¨®pez tuviera nada que ver con esto y tampoco lo imagino del actual, el socialista ?ngel Viveros. Ambos sin embargo son responsables pol¨ªticos de que semejante banda de indeseables se apoderara del pueblo. No vale decir, como han dicho, que sobre esto s¨®lo oyeron rumores y que nadie denunciaba nada. Es evidente que nadie denunciaba porque al hacerlo pon¨ªan en juego su vida y sus negocios.

No hay que olvidar que esta gentuza era capaz de dar palizas o realizar montajes para incriminar en falsos delitos a quienes no pasaban por el aro. Son los representantes p¨²blicos los que han de vigilar y meter mano al asunto al primer indicio porque, si no son capaces de conjurar abusos de esta envergadura por parte de los propios empleados municipales, qu¨¦ pintan en el Ayuntamiento.

Eso hizo hace ya nueve a?os el entonces alcalde socialista Juan Granados quien denunci¨® a Gin¨¦s Jim¨¦nez y lo apart¨® de su cargo aunque despu¨¦s los tribunales obligar¨ªan a readmitirle. ?Qu¨¦ ojo el de esos jueces! Tampoco debemos olvidar que aparte de los detenidos en aquel municipio hay 120 polic¨ªas locales m¨¢s que al parecer no estaban metidos en el ajo. Habr¨¢ que celebrar el que hayan sabido mantener su integridad en circunstancias tan adversas para la ¨¦tica.

Tengo adem¨¢s la esperanza de que la Operaci¨®n Bloque emprendida por la Polic¨ªa Nacional responda a alguna iniciativa de los propios agentes locales. Para ellos resultaba pr¨¢cticamente imposible escapar al conocimiento de las fechor¨ªas del jefe del cuerpo y sus secuaces. Espero y deseo que as¨ª sea porque, si por el contrario, viendo lo que han visto se callaron, lo de Coslada ser¨ªa a¨²n m¨¢s grave. Coslada ser¨ªa la ciudad sin ley.