El hombre que discute con el diablo
Jos¨¦ Antonio Fortea, uno de los cinco exorcistas de la Iglesia cat¨®lica en Espa?a, publica una 'Summa Daemoniaca' con secretos de un oficio que los obispos mantienen oculto
Si a las tres horas no sale, hay que dejarlo para otro d¨ªa". Se refiere a los demonios. El padre Jos¨¦ Antonio Fortea habla del diablo y los dem¨¢s demonios con familiaridad pasmosa. Siempre en serio, con la raz¨®n por delante, sobrado de experiencias. Los no creyentes tienen al principio la tentaci¨®n de mofarse, y los creyentes no dan cr¨¦dito. La raz¨®n y la fe, oy¨¦ndole, se comportan como los dos platillos de una balanza: a medida que una sube, baja la otra.
Hay testigos de c¨®mo el padre Fortea discute con el diablo, incluso grabaciones en v¨ªdeo. Algunos lo cuentan con espanto, neg¨¢ndose a creer; otros, con la fe del carbonero. Quien acudi¨® para encontrar el secreto del truco ha renunciado a buscar explicaciones. Ni cree, ni deja de creer. Sencillamente, no sale del asombro.
"Si a las tres horas de exorcismo el demonio no sale del cuerpo del pose¨ªdo, hay que dejarlo para otro d¨ªa"
En Espa?a act¨²an cinco exorcistas. Los obispos guardan en secreto los nombramientos. En cambio, el padre Fortea es p¨²blico y notorio (en la web www.fortea.ws expone una galer¨ªa de libros, fotograf¨ªas y opiniones, con gran vistosidad). Y sabe d¨®nde est¨¢n los otros exorcistas, a los que remite los casos que les corresponden.
Que el oficio del exorcista cat¨®lico intenta ser riguroso lo certifica el Vaticano, que organiza cursos para preparar a sacerdotes "a expulsar esp¨ªritus malignos de aquellos pose¨ªdos por el demonio". Las clases duran dos meses y se desarrollan en el prestigioso Ateneo Pontificio Regina Apostolorum. Las lecciones son sobre la antropolog¨ªa del satanismo y la posesi¨®n diab¨®lica, y sobre el contexto hist¨®rico y b¨ªblico. La noticia del ¨²ltimo seminario la distribuy¨® la BBC londinense.
El padre Fortea viste sotana con duro alzacuello blanco, estudi¨® teolog¨ªa en la Universidad de Navarra y es p¨¢rroco de Anchuelo, un pueblo de 700 habitantes a las afueras de Alcal¨¢ de Henares. Su obispo le envi¨® all¨ª para que tuviera m¨¢s tiempo para escribir libros y dar conferencias. El prelado auxiliar de Madrid y portavoz de la Conferencia Episcopal, Juan Antonio Mart¨ªnez Camino, dirigi¨® su tesis en la Facultad de Teolog¨ªa de la Pontificia de Comillas. Se titula El exorcismo en la ¨¦poca actual. El sabio te¨®logo de Aquino, santo Tom¨¢s, escribi¨® la Summa Theologica. El padre Fortea publica ahora su Summa Daemoniaca, un tratado completo de demonolog¨ªa que edita La Esfera de los Libros. Entre sus otros libros hay uno que se titula Exorc¨ªstica, un manual de uso imprescindible para sus colegas.
El aspecto de Fortea es el de un cura del Opus. T¨ªmido en apariencia, la voz callada, pero firme en los principios, casi retador, habla con la rotundidad de los convencidos, incluso sobre las reticencias de sus superiores a que salga tanto en los medios de comunicaci¨®n. Naci¨® en la misma ciudad que san Josemar¨ªa Escriv¨¢, Barbastro (Huesca), en 1968. Pero no. "No soy del Opus Dei, nunca lo he sido. Fui a Navarra porque su Facultad de Teolog¨ªa es una de las mejores del mundo, y en su seminario hab¨ªa una gran vida espiritual. Sab¨ªa que siempre me considerar¨ªan del Opus Dei por haber ido, pero no me importaba. Lo importante era formarme bien", afirma.
Hay una sesi¨®n de exorcismo, concreta, precisa, reiterada, con nombres y apellidos que le tiene sumido en angustias e interminables oraciones. Lo relata de palabra, y est¨¢ recogida en el libro que publica ahora. Se trata de Marta, un caso de posesi¨®n demoniaca, seg¨²n el diagn¨®stico del exorcista.
Marta era universitaria. "Cuando aparecieron los primeros signos de posesi¨®n: trances, convulsiones, conocimiento de lenguas por ella desconocidas, aversi¨®n a lo sagrado, etc¨¦tera. En tres ocasiones lleg¨® a levitar. Ni su madre ni yo albergamos la menor duda acerca del car¨¢cter sobrenatural de lo que padec¨ªa", dice Fortea.
El escritor Lorenzo Silva, que ha visto a Fortea "luchar contra el Enemigo", resume: "La escena es potente. Un poseso agit¨¢ndose y gritando todo tipo de blasfemias con voz horrenda, y el exorcista, tranquilo, rezando sus latines y conminando al demonio a que diga c¨®mo entr¨® y a salir del infortunado. S¨®lo es eso, oraci¨®n, durante horas. No m¨¢s de tres por sesi¨®n. Si a las tres no sale, hay que dejarlo para otro d¨ªa".
Han pasado cinco a?os, y Marta sigue pose¨ªda. "Cinco a?os de oraciones, a raz¨®n de m¨¢s de tres horas semanales como media, es algo que acaba con la paciencia de cualquiera", reconoce el padre Fortea. Conf¨ªa en vencer al demonio, y que Marta volver¨¢ a ser como fue. Ha liberado antes a otros posesos, cuatro al menos. A otras muchas personas que parecen estarlo las remiti¨® al psiquiatra o a la Seguridad Social. Pero nunca le falta trabajo. "S¨ª, siempre hay casos. El ¨²ltimo fue la semana pasada. Pero no significa que cada semana haya casos nuevos. Hay tres o cuatro nuevos por a?o. Y algunos requieren oraci¨®n durante meses", dijo el jueves pasado.
"En las sesiones salen muchos demonios", seg¨²n Fortea. Es que hay demonios y demonios. Sat¨¢n es el m¨¢s poderoso -el Nuevo Testamento lo llama Diablo- , pero tambi¨¦n Belceb¨², Lucifer, Lilith... "Cada demonio pec¨® con una intensidad determinada, eso se ve en los exorcismos con claridad. Hay unos demonios que pecan m¨¢s de ira; otros, de egolatr¨ªa; otros, de desesperaci¨®n. Los hay locuaces, los hay m¨¢s despectivos; en uno brilla de un modo especial la soberbia, en otro el pecado del odio. Aunque todos se apartaron de Dios, unos son m¨¢s malos que otros".
Pese a sus relaciones con los demonios, Fortea coincide con el Papa en que el infierno, como lugar concreto, no existe. No es que comparta la afirmaci¨®n de Schopenhauer -"el infierno es el mundo"- ni la de Sartre -"el infierno son los otros"-, pero casi. "Qu¨¦ son los campos de concentraci¨®n sino el infierno. Grandes demonios Hitler y el doctor Mengele, por ejemplo. El infierno es vivir la ausencia de Dios. Pero Dios tiene que ser justo. No puede no pasar nada. El infierno es una necesidad de justicia", dice. Sobre otros asuntos puede salirse por la tangente. Al fin y al cabo, "tambi¨¦n a Dios, a veces, le gusta no ser serio; en ocasiones, tiene un sentido del humor incre¨ªble".
Un d¨ªa en la vida de Juan Antonio Fortea recuerda la r¨ªgida divisi¨®n horaria de El nombre de la rosa, de Umberto Eco, una de sus novelas preferidas. Solitario y austero, en una habitaci¨®n oscura, rodeado de libros, muchos libros, el joven exorcista de Alcal¨¢ de Henares comienza el d¨ªa con el rezo de Laudes, desayuna, escribe hasta las doce -"libros de teolog¨ªa o novela"-, reza, acude a la parroquia (ma?ana y tarde) para atender a las personas que ese d¨ªa le han ido a ver, vuelve a rezar, almuerza en casa mientras ve reportajes del Canal Historia, juega una partida de ajedrez, reza de nuevo, escucha m¨²sica cl¨¢sica o de bandas sonoras, cena viendo m¨¢s reportajes o una pel¨ªcula -"las veo a trozos, s¨®lo media hora, en cada cena"-, y antes de acostarse reza otra vez, lee la Biblia y hace examen de conciencia. "Para envidia de insomnes, me duermo en tres minutos. Y recuerdo lo que he so?ado cada noche con toda claridad". -
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