Khaled reina en el Womad
La pasi¨®n desatada del rey del 'ra?' marca el final del festival
Un bosque de nidos de cig¨¹e?as dibuja la silueta del hotel Fontecruz, a 10 minutos de C¨¢ceres y el ¨²nico de cinco estrellas del municipio. Ning¨²n artista de este festival Womad de ritmos ¨¦tnicos ocup¨® sus habitaciones salvo Khaled Hadj Ibrahim, el cantante de Or¨¢n que ha conseguido poner a bailar a medio mundo con el palpitante ritmo del ra?.
Khaled gusta de preparar sus conciertos en estancias espaciosas, con su taza de caf¨¦ solo cargado y un ejemplar del Nuevo Cor¨¢n en la mesilla. Aunque haga pensar en un artista exigente y distante, en la distancia corta se revela jocoso, apasionado y divertido. Un aut¨¦ntico seductor. "Me he criado en la tolerancia, en el amor al pr¨®jimo y la alegr¨ªa de vivir. Y mientras pueda no parar¨¦ de cantar". Lo proclama este hombre de 48 a?os que ha padecido el acoso del integrismo por difundir el ra?, esa infecciosa m¨²sica argelina que actualiza, a golpe de teclados y bajo el¨¦ctrico, las ense?anzas de la tradici¨®n magreb¨ª.
Su discurso es atropellado, arrollador. Despotrica contra toda dictadura, "empezando por la de Bush", y predica la convivencia entre razas y religiones hasta extremos casi transgresores. "Si un musulm¨¢n se casa con una cristiana ?qu¨¦ fe ha de abrazar el ni?o? ?Pues que se haga budista, si quiere! Lo importante es que aprenda la religi¨®n del amor".
El autor de A?cha, tema que le coloc¨® entre los discos m¨¢s vendidos ("al lado de Madonna y Mariah Carey", r¨ªe), llevaba m¨¢s de dos a?os sin pisar un escenario espa?ol. Su reencuentro fue una descarga de pasi¨®n a veces desatada, sobre todo entre la abundante colonia magreb¨ª que intentaba eludir la seguridad para acercarse a su ¨ªdolo. Menudo y fe¨²cho, pero con una sonrisa irresistible, Khaled abraz¨® cuantas banderas le lanzaron (saharauis o marroqu¨ªes) y se herman¨® con el cantante jud¨ªo David D'Or en una emocionante interpretaci¨®n conjunta de Chebba. Todo un s¨ªmbolo.
La efervescencia t¨ªpica del Womad se mantuvo la madrugada de ayer en los tres escenarios. Maravilloso fue escuchar al veterano clarinetista turco-gitano Hasan Yarimd¨¹nia, con su traje blanco reluciente; o al espectacular laudista maliense Bassekou Kouyate; al acordeonista malgache Regis Gizavo, o a la saharaui Mariem Hassan, de quien se present¨® un documental, La voz del S¨¢hara, de Manuel Dom¨ªnguez.
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